Rosana en la cueva del lobo, por Ricardo Vásquez Kunze
Rosana en la cueva del lobo, por Ricardo Vásquez Kunze
Ricardo Vásquez Kunze

Las periodistas Rosana Cueva y Karina Novoa de “Panorama” han sido denunciadas por el Mindef a cuenta de un reportaje que tenía por objeto poner en evidencia una red de corrupción con los fondos destinados a la lucha contrasubversiva en el Vraem. 

El delito que se les imputa es gravísimo. Nada menos que traición a la patria en la modalidad de revelación de secretos de interés nacional porque “[El reportaje] contenía relaciones de informantes y colaboradores que contribuyen en el trabajo que realizan las Fuerzas Armadas, y que estaban en un informe confidencial”.

El punto de “Panorama” era demostrar que los susodichos, a los que supuestamente se les remuneraba por sus servicios, no existían y que los fondos del Estado destinados a estos iban a otras manos. En concreto, que alguien en el Vraem se estaba robando la plata.

Era de esperarse que el principal objetor del reportaje de “Panorama” fuese el ministro de Defensa –cuyo celo en el cumplimiento del deber es digno del inspector Javert de “Los miserables” de Víctor Hugo–, aunque el general responsable haya reconocido ante cámaras las irregularidades. 

Lo patético es que exista una sola periodista, que en su momento fue puesta al fresco por Cueva por sobonear a Nadine Heredia en el “caso de las agendas”, la que objete la idoneidad profesional de la nota de “Panorama”.

Así, se afirma que el reportaje está “viciado de origen” porque no presentaría pruebas de lo que afirma. Se pretende deslegitimar entonces las declaraciones de los supuestos informantes que niegan haber recibido un cobre porque –se dice– por una cuestión de supervivencia nunca podrían exponerse a admitir que son informantes. De esto se seguiría que su testimonio periodístico no vale nada. 

Aun más. La que critica a Cueva dice que “según sus fuentes” el reportaje habría desarticulado una “red de espionaje contraterrorista” en el Vraem para perjuicio de la defensa nacional. 

Yo también puedo decir aquí que, según “mis fuentes”, “Panorama” ha desarticulado una red de corrupción en el Vraem en perjuicio del erario público.

Pero a diferencia de los que pueden perorar cualquier cosa porque no pueden revelar sus “fuentes”, yo no tengo ningún problema en hacerlo con las mías, porque son públicas: Jakke Valakivi.

Ha dicho el ministro: “No estamos diciendo que el reportaje sea malo, al contrario, eso motivó que yo mismo pidiera que se investigaran estos hechos”. 

A confesión de parte relevo de prueba. Para el más “interesado” la legitimidad periodística está fuera de discusión, pues ha cumplido su cometido de informar sobre una mafia que, en nombre de la seguridad nacional, le robaba al Estado amparada bajo el rótulo de “secreto” y “confidencial”. 

La “razón de Estado” no es un derecho constitucional. La libertad de expresión y de información, sí. Mejor vea cómo retira la denuncia, señor ministro.