Melanie Pérez

No logro entender el reciente caso de Francesa Anne Caroline Bonnet, quien llegó a nuestro país con el fin de realizar labores sociales de ayuda a favor de los perros callejeros, muchos de ellos enfermos, y que de pronto se fue dejando a más 30 animalitos en el desamparo.

¿Ahora quién velará por esos ? ¿Cómo le explicas a un perro que la persona que lo rescató, lo cuidó, puso su amor y fidelidad incondicional en él es la misma que lo abandonó a su suerte?

Este es uno de los tantos casos que se viven día a día. Personas que abandonan sin piedad a sus mascotas, a esos seres de cuatro patas que no saben odiar ni guardar rencor.

Está también el caso de los maltratadores, como ese joven universitario que flageló a su mascota por el hecho de que esta se comía las heces de otros perros. En nuestro país hay alrededor de seis millones de perros abandonados y Lima cuenta con dos millones de ellos. El caso de los gatos es tema aparte, quizá más grave porque se reproducen con mayor celeridad.

No podemos dejar pasar el comercio ilegal de animales cuando estos son arrebatados brutalmente de su habitad natural con el fin de venderlos al mejor postor.

Pero… ¿quién es la voz de estos animales? Desde el periodismo se puede ayudar para que la gente tome conciencia de que es urgente proteger a los animales, que las mascotas son parte de nuestras familias. Desde el periodismo podemos orientar a la población a asumir de forma responsable la crianza de un animal, a no abandonarlo al mínimo inconveniente, a no maltratarlo.

Hay quienes, por ejemplo, aún no entienden que no es bueno comprar animalitos y que lo mejor es adoptar. No saben que es un delito maltratar y traficar con las mascotas. Los medios de comunicación tienen un rol fundamental para ayudar a revertir la situación de maltrato que viven los animales. Es una terea ardua, pero se tiene que hacer porque es la única forma de que los animalitos estén protegidos.





*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.