A propósito del Día Internacional de la Mujer, celebrado ayer, es importante reflexionar sobre el apasionante mundo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Como estudiante inmersa en campos tradicionalmente dominados por hombres, mi misión es construir historias de inspiración y transformación que contribuyan al progreso de más mujeres.
La presencia femenina en STEM ha experimentado un crecimiento significativo, pero aún enfrentamos desafíos en términos de igualdad de oportunidades y reconocimiento. Como estudiante universitaria en ingeniería, reconozco y celebro a las pioneras que desafiaron las expectativas y abrieron puertas para que nosotras, las mujeres de hoy, caminemos firmemente hacia la equidad, reafirmando que el impacto de la participación femenina en el mundo STEM va más allá de las fórmulas y los algoritmos, y no se mide solo por proyectos exitosos, sino por el cambio cultural que inspiramos.
Quiero contribuir a cambiar esta narrativa, inspirando a las jóvenes a seguir su vocación, independientemente de las expectativas sociales preconcebidas. Busco ser parte de un movimiento que no solo celebra los logros individuales, sino que también trabaja arduamente para eliminar las barreras que han persistido en STEM.
Sé que no estoy sola en este viaje. Cada experimento, cada línea de código, cada descubrimiento es un testimonio de la capacidad ilimitada de las mujeres para transformar el panorama. Estamos para desafiar, inspirar y construir un futuro donde la igualdad de género en STEM sea la norma, no la excepción.
Ayer no solo conmemoramos los logros de las mujeres y la lucha por la igualdad de género, sino que miramos hacia el futuro con determinación, con la esperanza de que cada mujer en STEM encuentre un camino iluminado por la inspiración de las que han venido antes y la promesa de un cambio duradero de las que vendrán después.