Rosmery Fox

En medio del constante flujo de publicaciones en Facebook, un colorido flyer capturó mi atención: “Convocatoria de voluntariado, Lima Lee”, de la Municipalidad de Lima. Este anuncio generó en mí una mezcla de emociones: expectativa y felicidad por la oportunidad, aunado al miedo y la inquietud ante lo que significa adentrarse en el mundo de los corazones prestos y desinteresados, conectados entre sí para la acción generosa y altruista.

Mi participación en Lima Lee fue muy activa. Se inició con capacitaciones en las que se abordó la importancia de la labor voluntaria en la sociedad. La misión fue la de implementar estrategias para promover el hábito de la lectura en grandes y chicos.

Lima Lee se cimentó en cuatro líneas de acción. Opté por “Lectura en espacios públicos”, impulsada por el profundo deseo de ser agente de cambio frente a las desafiantes estadísticas en nuestro país. Mis recuerdos más entrañables se encuentran en Chorrillos, la Feria Itinerante y el colegio María Parado de Bellido, donde, con entusiasmo, alenté a los paseantes a participar en nuestras actividades interactivas, cuentacuentos y talleres de lectura, demostrando así que la lectura puede ser una experiencia enriquecedora.

Aunque este voluntariado ha sido descontinuado, considero crucial que se retome, ya que no solo fomenta la lectura, sino también fortalece los lazos comunitarios. Esta experiencia transformó mi relación con la lectura. En palabras de Mario Vargas Llosa, puedo decir que yo también aprendí a viajar con los libros en espacio y tiempo. Los invito a descubrir ese mismo poder transformador.

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Rosmery Fox es estudiante de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Católica del Perú

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