Melissa Vargas Lavado

Una vez más, llegaron las Fiestas Patrias y, con ellas, el anhelado mensaje de la primera mujer a cargo de la Presidencia de la República de nuestro país, . Este discurso iba dirigido a todos los peruanos, quienes esperábamos escuchar propuestas concretas de cambio en áreas cruciales como economía, educación, salud y, sobre todo, seguridad ciudadana, con la esperanza de que no queden en meras promesas. Sin embargo, no podemos ignorar que este gobierno, al igual que sus predecesores, ha destacado por su falta de conexión con la población, lo que se ha manifestado en protestas, críticas y altos niveles de desaprobación ciudadana, algo que se ha evidenciado en las calles peruanas y en los medios de comunicación.

El mensaje a la Nación de Boluarte no difiere de los anteriores que, en su mayoría, se encargaron de culpar a quienes en su momento fueron sus aliados, desligándose así de sus propias responsabilidades. Resulta notable que la presidenta haya criticado la miopía política del gobierno anterior, en el que ella ocupó cargos importantes como vicepresidenta e incluso ministra, cargos desde los que no manifestó desacuerdos en aquel entonces. Además, la presidenta solicitó al Congreso facultades legislativas, dejando la impresión de que considera estar en mejores condiciones de gobernar que este poder del Estado, a pesar de que ambos, según la percepción de los peruanos, enfrentan altos niveles de desaprobación.

En nuestro país, las ideas de mejora son bienvenidas, siempre y cuando estén fundamentadas en la realidad y respondan a las necesidades de la población. Sin embargo, algunas de las propuestas mencionadas por la presidenta tuvieron más bien un tono de campaña presidencial, ya que no se especificaron los recursos que las financiarán, lo que genera la sensación de que podrían quedar como promesas sin posibilidad de realizarse.

Es fundamental que los gobernantes sean capaces de asumir responsabilidades y enfoquen sus esfuerzos en tomar decisiones y brindar soluciones concretas en beneficio de la sociedad, pues hacer patria no solo implica gobernar, sino trabajar por el bien del país. Como peruanos, cada uno de nosotros podemos contribuir siendo conscientes de las decisiones que tomamos día a día y votando para que las buenas intenciones se materialicen, permitiéndonos así superar la desalentadora situación política y económica en la que estamos inmersos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Melissa Vargas Lavado es estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UCV