Gianela Sipion

En el , una representación política crónicamente fragmentada ha generado duras pugnas entre el Legislativo y el Ejecutivo y el desenlace de este conflicto ha generado protestas masivas inéditas. A menos de que el Perú pueda ampliar la vigilancia ciudadana de la vida política e incorporar los movimientos juveniles en la política formal, la del país se encamina hacia más problemas.

Hace unos días, del 28 al 30 de junio, participé en CADE Universitario 2023, el encuentro de jóvenes líderes más importante y diverso del país, que tuvo como objetivo generar un espacio de reflexión, inspiración y acción.

Este gran evento me ha dejado tres grandes enseñanzas. Una de ellas es que escuchemos nuestra voz interna, que cada uno acepte sus raíces para que podamos construir sociedades más justas. Luego está la gratitud, ya que muchos de los ponentes han coincidido en mencionar que hemos llegado tan lejos por el sacrificio y el esfuerzo de un entorno que nos ha ayudado a destacar. Por último, llevar a la acción nuestras iniciativas y cambiar el mundo como lo queremos hacer.

Desde mi perspectiva legal, podemos definir la democracia como el arreglo institucional para llegar a las decisiones políticas, en el que los individuos adquieren el poder de decisión mediante la lucha competitiva por sus votos. Ahora, en una democracia es necesario garantizar una serie de protecciones a las y los ciudadanos para que puedan participar y votar con libertad.

En ese sentido, la participación en elecciones es fundamental para la rendición de cuentas y es un indicador de la confianza ciudadana en el régimen democrático; la baja participación en las elecciones puede entenderse como la erosión de la confianza en los funcionarios y en la democracia.

Finalmente, no debemos estar presentes siempre en el sector público para hacer valer la democracia, sino también se debe reconocer la participación del sector privado dentro de los espacios de diálogo y negociación durante procesos de estabilidad y movilidad política, ya que las empresas privadas tienen un rol fundamental para el fortalecimiento de la democracia.

Los empresarios tienen una responsabilidad cívica ante el país para apoyar el fortalecimiento de la democracia y garantizar la confianza tanto de la ciudadanía como del sistema político, y se ha demostrado que la ciudadanía confía más en aquellas empresas que apoyan la democracia.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Gianela Sipion es estudiante de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón