Participé en CADE Universitario 2023, por primera vez, no solo representando a mi universidad como estudiante, sino también como ciudadana y artista peruana, ya que estoy iniciando una carrera como cantante y compositora.
Comprendí que es de vital importancia participar activamente dentro de la sociedad, que los cambios no fueron, no son, ni serán responsabilidad del gobierno o de un grupo de personas en específico. El cambio comienza por uno mismo, a medida que hacemos respetar nuestros derechos y los derechos de todos por igual; en las acciones que día a día van construyendo ese futuro del que tanto venimos hablando generación tras generación, un futuro que ya viene siendo hora de convertirse en presente.
Este año, el reto CADE Universitario fue sobre la mejora de oportunidades para el emprendimiento formal en nuestro país, en el que nos involucramos mediante entrevistas previas con emprendedores formales y trabajadores dependientes, así como a través del descubrimiento de ‘insights’ y la ideación de soluciones frente a este problema de informalidad que está presente de manera perenne en el Perú y otros países de Latinoamérica.
Una parte de ese 72% de informalidad en el Perú es originada por necesidades económicas y otra, por desconocimiento de una educación financiera sólida que ayude a mantener de pie los emprendimientos que se van sumando y no superan el año de vida. Asimismo, parte de este problema es también la falta de identidad y cultura democrática de los emprendedores y trabajadores informales.
El CADE Universitario fue un espacio de reflexión, inspiración y acción, en el que más de 500 estudiantes universitarios fuimos capaces de aportar ideas de solución para este cambio, trabajando en equipos multidisciplinarios.
Igualmente, considero que toda la información brindada por los ponentes complementó perfectamente este espacio en el que muchos de nosotros nos sentimos comprometidos a ser voceros de democracia en nuestras distintas universidades y regiones del país. Llevando cada uno consigo mismo una cultura democrática con mayor sentido de responsabilidad y participación que merece difusión.
Es momento de tomar acción y de que dejen de tildar a mi generación como la de “cristal” y comiencen a llamarnos “la generación del cambio”, ya que la sensibilidad que poseemos, junto con la creatividad e intuición, puede propiciar esta transformación que muchos tienden a aplazar a lo largo de varias décadas.
Finalmente, muchos artistas independientes vamos emergiendo día a día; sin embargo, aún atravesamos por cierta desigualdad de oportunidades que tenemos que superar. Personalmente, me mueven la música y el arte, pero me mueve más hacer que artistas nacientes como yo puedan tener más oportunidades con su talento. Es por ello que, de la mano con mi carrera profesional, me siento comprometida a generar igualdad de oportunidades, no solo para mis colegas en el arte, sino también para todos los peruanos y peruanas con ansias de salir adelante, para seguir creciendo y hacer también que crezca el Perú.