Mia Tamayo

Los retos que enfrenta nuestro país en materia educativa son cada vez más preocupantes y el reingreso de tres mil docentes descalificados a la carrera magisterial es solo el reflejo de toda una brecha educacional para millones de peruanos.

Con la aparición de la reforma magisterial, se buscó cambiar ese panorama y profesionalizar a los docentes de todo el país, dando fin a la docencia no titulada. Sin embargo, las cifras actuales nos muestran un escenario diferente. Según un análisis de datos de la Unidad Estadística Educativa (Escale) del Ministerio de Educación, hay 119.480 profesores sin título profesional; es decir, el 20% del total de maestros.

Aquella cifra solo deja en evidencia la precariedad y el debilitamiento de una de las aristas de nuestro sistema educativo. Una vez un profesor me dijo que los maestros son como alumnos, pero con una ventaja comparativa de conocimiento; aun así, siguen siendo alumnos, pues el proceso de aprendizaje nunca termina. Es indispensable contar con profesionales a los que se les exija mérito y capacidad intelectual que impulsen nuestra transición educativa a una de calidad.

La modernización de la infraestructura educativa, la capacitación constante y el cumplimiento de los estándares de exigencia y calidad de la plana docente, así como el contenido curricular dictado en las diversas instituciones del país son temas que deben regir los planes estratégicos del Minedu de manera indiscutible y prioritaria.

De esta manera, se podrá asegurar un servicio de calidad en materia de enseñanza, con maestros profesionalizados, capacitados e incentivados en el arte de educar.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Mia Tamayo es estudiante de Ciencias Políticas en la UPC