Alfonso Ramírez

En nuestro país hay muchas cosas por mejorar, eso lo sabemos. Empezando por el ámbito político, en el que los congresistas parece que únicamente se preocupan por discutir entre ellos y convencer a otros para que voten por lo que ellos consideran correcto, en lugar de preocuparse por las necesidades de sus votantes.

¿Pero qué podemos hacer para revertir esta situación? ¿Cómo ponemos nuestro granito de arena? No somos nosotros quienes fuimos elegidos por la población para dirigir el rumbo del país. No somos nosotros los que sostenemos reuniones en las que se tomarán las decisiones que afectarán al ciudadano de a pie. Para eso están los funcionarios.

Desde nuestra posición, lo que nosotros podemos hacer únicamente es informar a las personas para que sean ellas, quienes, basándose en los datos que les proporcionamos, dictaminen si les parece correcto o no un hecho en concreto. Sin embargo, los tenemos una habilidad que otras personas no poseen y debemos usarla con mucho cuidado.

Nuestras manos pueden convertirse en juez, jurado y verdugo si así lo deseamos. Pues, de acuerdo con la manera en la que informamos, podemos, de cierta forma, moldear la forma de pensar de la ciudadanía para que esté a favor o en contra de lo que nosotros queramos. Debemos ser conscientes de ello antes de sentarnos a escribir en nuestra computadora o al coger un lápiz y papel.

Por ello, desde mi perspectiva, si de verdad buscamos mejorar al , lo que debemos hacer es proporcionarles a los ciudadanos la información de manera veraz y consistente, para que sean ellos quienes se forjen una opinión informada. No podemos permitir que nuestro punto de vista interfiera con la labor que realizamos. Si eso ocurre, deberíamos pensar seriamente en cambiar de oficio.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Alfonso Ramírez es estudiante de Comunicación y Periodismo en la UPC