Hace cinco años, al terminar la secundaria, busqué orientación vocacional. Quería estudiar una profesión que estuviera relacionada con el campo de la salud, pero no sabía cuál. Los test vocacionales me orientaban a psicología o servicio social; sin embargo, cuando acudí a la Universidad Peruana Cayetano Heredia, me ilustraron sobre la carrera de tecnología médica y su especialidad de terapia ocupacional, con la que me identifiqué por medio de un taller vivencial donde pude observar cómo el terapeuta ocupacional intervino con niños con discapacidad intelectual mejorando su desenvolvimiento en el día a día. Así descubrí mi vocación.
¿En qué consiste la labor de un terapeuta ocupacional? En lograr la mayor independencia en todas las actividades de la vida diaria de la persona, aumentando su participación exitosa dentro de su familia y comunidad, llegando así a generar bienestar y calidad de vida en sí mismo. Por ejemplo, en caso de problemas del neurodesarrollo, como el Trastorno de Espectro Autista (TEA), el terapeuta ocupacional interviene en el procesamiento sensorial para que el niño(a) pueda participar de manera efectiva en su aprendizaje, juego y actividades de la vida diaria, mejorando su maduración neurológica y así fomentar la adquisición de nuevas habilidades y destrezas necesarias para el crecimiento personal.
Ahora que estoy cursando el internado, y después de haber vivenciado casos clínicos en los diversos centros de atención, soy testigo de lo importante que es que sean cubiertas las necesidades de los pacientes con el profesional terapeuta ocupacional y no se incurra en el intrusismo.
Hace poco surgió una noticia que evidenció la necesidad de terapeutas ocupacionales frente a la gran demanda de pacientes pediátricos en el Instituto Nacional de Salud del Niño, una situación que es vivida en la mayoría de los establecimientos de salud de Lima y otras ciudades del país. Cabe resaltar que el 80% de terapeutas ocupacionales se encuentran en la capital y aun así no se logra abastecer a la población. Del mismo modo, las áreas de salud mental, educación, comunidad, penitenciaria, gestión y salud pública, entre otras no son tomadas, ni atendidas en nuestro país, debido al escaso número de profesionales que existen por la poca difusión de la carrera y desconocimiento del enfoque terapéutico de la profesión.
En conclusión, urge sumar más profesionales en el área de terapia ocupacional, así como potenciar los programas de salud pública y su implementación que facilite nuestra labor. Es necesario que exista un compromiso de los diferentes gobiernos (regional, central, local, comunal) y la sociedad en conjunto, porque urge atender ya esta problemática social.