En estos últimos años, estamos siendo testigos de una feroz competencia entre empresas de todos los rubros posibles en todo el mundo, dado un contexto de globalización e implementación tecnológica. Uno de los últimos retos críticos que enfrentaron las empresas fue por la pandemia del COVID-19, pues esta obligó a las compañías a reinventar de nuevo sus modelos de negocio, sus procesos o su manera de conectar e interactuar con sus clientes y usuarios para poder sobrevivir a pesar de todas las restricciones dadas y seguir manteniéndose competitivas.

Por ejemplo, en el Perú se dieron medidas drásticas para las empresas como parar las operaciones de manera presencial en ciertos rubros o la prohibición del libre tránsito. Esto hizo que muchas mypes quebraran o que las grandes compañías vieran mermadas sus utilidades. Entonces, ¿por qué a pesar de una infinidad de restricciones algunas empresas pudieron sobrevivir? Pues un factor determinante, sin importar el tamaño o capacidad de la empresa, fue la “innovación empresarial”.

Pero ¿existen empresas en el mercado peruano innovadoras? La respuesta es sí; existen ejemplos claros como el Centro de Innovación del Banco de Crédito del Perú, que lanzó Yape en el 2017 y que hoy en día es una de las billeteras digitales más importantes del país con más de 13 millones de usuarios e incluso ya empezó operaciones en Bolivia.

Finalmente, capacidad empresarial y recursos de todo tipo existen en el Perú. Sin embargo, debemos apuntar no solo a innovar cuando haya problemas o se requiera sacar un nuevo producto para venderlo. La innovación empresarial debe ser insertada como un estilo de vida en la sociedad peruana. Debemos hacer que la innovación sea parte de nuestra cultura. Solo así podremos volver al mercado peruano más competitivo y globalizado con miras a ser una potencia en Sudamérica y, por qué no, en todo el mundo.

José Pino Estudiante de Ingeniería Empresarial en la Universidad del Pacífico

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