Esta semana los peruanos hemos terminado de despertar a una realidad que ya nos temíamos: la historia que nos vendió el expresidente Vizcarra sobre la llegada de una vacuna que el primer trimestre del próximo año alcanzaría para inmunizar al personal de “primera línea” en la lucha contra el COVID-19 –y hasta a los miembros de mesa de las elecciones de abril– era un embeleco. La verdad es que mientras otros países de Latinoamérica, como Chile o México, empezarán a vacunar a su población este mismo mes, nosotros no estamos ni siquiera oficialmente en una cola que nos permita afirmar que recibiremos un contingente importante del suero protector en el segundo semestre del 2021.
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