Es el diseñador industrial más influyente del planeta pero ahora Jony Ive se enfrenta a una prueba clave. ¿Podrá convertir el reloj inteligente de Apple, Watch, en otro superproducto sin el apoyo de su mentor y colega Steve Jobs?
En las últimas semanas Sir Jonathan Ive, o Jony Ive, como todos lo llaman, ha estado frecuentando ambientes fuera de su hábitat natural.
Este individuo tímido, con algunas dificultades para expresarse, que pasa la mayor parte de su tiempo encerrado en su estudio de diseño en la sede de Apple en Cupertino, ha estado socializando con figuras del mundo de la moda.
Se le vio con la editora de la revista Vogue, Anna Wintour, y con el diseñador Karl Lagerfeld en un evento en París.
Y recientemente el editor de la publicación Vanity Fair bromeó con él en el escenario durante un evento en California por llevar un traje en lugar de su habitual camiseta.
¿Por qué? Porque el hombre que diseñó el iPod, el iPhone, el iPad y cualquier otro producto de Apple durante los últimos 15 años, ahora se está aventurando en un territorio desconocido, donde la aprobación del mundo de la moda será vital.
Una categoría de producto nueva
El Watch de Apple, que saldrá a la venta el próximo año, es la primera nueva categoría de producto en la que Apple incurre desde que murió Steve Jobs.
Y es también la primera categoría que Sir Ive ha diseñado sin la mano guía de su mentor.
"La moda tiene que ver con la identidad", dice Jeremy Myerson, del Royal College of Art de Londres, "así que no me sorprende que el mundo de la moda y el de la informática se únan".
"Ambos tienen que ver con la expresión de tu identidad".
Myerson, una de las voces líderes en diseño en Reino Unido, ha ido siguiendo y admirando el progreso de Ive desde que le escuchó a su tutor en el Politécnico de Newcastle describirlo como "un estudiante que te encuentras solo una vez en la vida".
Cuando Steve Jobs descubrió el talento de Sir Ive, a finales de los 90, entablaron una alianza que transformaría a Apple.
"Era como otra extremidad de Steve, estaban increíblemente unidos", dice Clive Grinyer, que conoce bien a Ive.
Grinyer le pidió a Ive que se uniera a su firma de consultoría de diseño, Tangerine, después de ver su trabajo como estudiante.
Y fue cuando Tangerine hizo un trabajo con Apple que el joven diseñador viajó por primera vez a California. Después, allí se quedó.
Atención al detalle
Clive Grinyer dice que Ive llevó a Apple su atención obsesiva por el detalle, por la simplicidad, por hacer que todo aspecto interno y externo de un producto se vea bien.
Eso, y algo más.
"Todo lo que diseñaba como estudiante era blanco".
La alianza entre Sir Jonathan Ive y Steve Jobs se acabó, evidentemente, pero según Grinyer "Steve está detrás de él en espíritu".
Lo que sí no ha tenido Ive en los tres años en que él y su equipo han estado trabajando en el Watch es un mentor que le diga cuándo el producto está listo, algo para lo que Jobs era brillante, según el diseñador.
Buscando asesores
Sir Jonathan Ive convenció a su amigo el diseñador australiano Marc Newson para que se fuera a Apple.
Además, la antigua directora ejecutiva de Burberry Angela Ahrendts, que ahora lidera la operación de ventas, está cerca para dar asesoramiento.
El deseo de Apple de impresionar a la industria de la moda quedó claro cuando Apple presentó su reloj inteligente en Cupertino el pasado septiembre: entre la multitud de geeks fans de la marca había por primera vez periodistas de moda de referencia.
Rosie Mullender, de la revista Cosmopolitan, era una de ellos, y cree que la estrategia tuvo éxito.
"Hay muchísimas tecnologías que no son femeninas y eso tiene que cambiar. El Watch me dejó impresionada: había tantos diseños que podían atraer a las mujeres, y eso es algo que otros relojes inteligente no han conseguido".
Pero el lanzamiento del Watch presenta desafíos nunca antes vistos por Apple.
Un juego diferente
La competición de la relojería tradicional es diferente a lo que la empresa ha experimentado hasta ahora.
"Cuando hacían computadoras portátiles, los laptops que había eran malos. No había una industria suiza fabricante de laptops con 200 años de antigüedad", dice Myersen.
"Así que tienes que llegar con algunas ideas de diseño que sean totalmente cautivadoras", añadió.
A pesar de su entusiasmo, Rosie Mullender ve un problema con este producto cuyos modelos de gama más alta tendrán precios de artículo de lujo.
"Los accesorios de moda, como los bolsos, pueden aumentar su valor con el tiempo. Un reloj Rolex se convierte en un clásico, pero la tecnología es, por su propia naturaleza, desechable".
Es difícil imaginar a un padre pasándole a su hijo un Apple Watch versión 1.0.
Pero Grinyer cree que Apple sí puede tener éxito con su reloj inteligente y pasar a convertirse en una marca de moda.
"¿Veremos chaquetas y ropa de Apple? A mí no me sorprendería", dijo.
¿Tendrá éxito el Watch?
Al final, por lo que se juzgará al Watch será por lo que hace además de por su aspecto, y para eso la interfaz es clave.
En la era post Jobs, el papel de Sir Jonathan Ive se ha expandido más allá del hadware para controlar el look and feel (el aspecto y el tacto) del software.
Ive ya ha recibido críticas por las fallas de su nuevo sistema operativo, el iOS8, poco después de salir al mercado.
Si hay problemas con el Watch o falla en su intento por convencernos de que es realmente útil, será un fracaso.
Pero el galanteo con el mundo de la moda continuará: en la edición de este mes de la revista Vogue en China aparece una modelo en portada llevando el reloj.
Steve Jobs resumió la filosofía que compartía con Ive diciendo que la tecnología por sí sola no es suficiente.
Es "la tecnología casada con las artes, casada con las humanidades, la que hace que nos cante el corazón".
Pero si la tecnología del Apple Watch no hace que nos cante el corazón, no tendrá éxito, por mucho que lo cubran en las revistas de moda.