Este martes la campaña #PasaEnLaCalle de El Comercio emitió el episodio 11 “La mafia que dejó en quiebra a pacientes con cáncer y ancianos”. En este, diversos ciudadanos denunciaron a la cooperativa financiera Finasur Perú por haberlos dejado en la quiebra con un modus operandis de total estafa.
Dicha entidad financiera está actualmente regulada por la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú (SBS). Sin embargo, fue imposible conocer sus descargos para el episodio. Este jueves El Comercio conversó con Carlos Flores Alfaro, Intendente de Registro de Cooperativas y Acciones Correctivas de la SBS, para conocer sobre este caso y el trabajo de fiscalización de la entidad. Además, estuvo presente un abogado penalista que dio recomendación a los afectados sobre qué proceso seguir para obtener justicia y algunos consejos para no caer en estas mafias.
Caso Finasur
“Somos un grupo de socios de una cooperativa financiera que nos ha dejado en la quiebra. Desaparecieron con todos nuestros ahorros. La mayoría somos ancianos y pacientes con enfermedades terminales que dependíamos de los intereses mensuales”.
Este fue el primer mensaje que llegó al WhatsApp #PasaEnLaCalle de El Comercio sobre Finansur Perú, una cooperativa constituida en Arequipa en el 2018, de la que poco se ha hablado.
A partir de ese primer contacto, El Comercio realizó una investigación de la mano con informantes (exsocios y extrabajadores) de esa cooperativa, que revelaron un resultado espeluznante: esta entidad habría planificado un complejo sistema para estafar a sus clientes, la mayoría personas de muy avanzada edad, buscando despojarlos de todo.
“Yo invertí S/90.000 confiado de que Finansur Perú era supervisado por la Superintendencia de Banca y Seguros [SBS]”, dijo Pablo Trejo, aportante de esta cooperativa. “Elegí la opción de recibir pagos mensuales de intereses para poder tener un sustento y no depender de nadie”, añadió.
Todo iba bien en los primeros meses. Precisamente, la estrategia de esta cooperativa era pagarles altos intereses en montos mensuales para generar confianza. Pero a pocos meses de culminar el contrato de sus socios, empiezan los retrasos.
“De un momento a otro dejaron de pagar nuestros intereses mensuales sin darnos mayor explicación”, contó Pablo. “Yo tenía S/205.000 ahí”, indicó otra ahorrista, que prefirió no dar su nombre. “No solo era mi dinero, sino también el dinero de mi papá y de mi hermano, que confiaron en mí. Yo ahora me siento como la estafadora, no tengo cómo devolverles. He querido quitarme la vida, estoy enferma, vivo deprimida, y nadie hace nada”, comentó la mujer de 55 años.
Para saber más puedes ver el episodio completo y conocer el mecanismo completo de la empresa haciendo click aquí.