A la altura de la cuadra 1 de la calle Valencia en Pueblo Libre, los vecinos han tenido que enfrentar un enorme problema, las ratas de la Urbanización San Bernardo. Estos roedores merodean por los techos de las viviendas e incluso han intentado ingresar por las ventanas. Los residentes de la zona piden celeridad a la municipalidad del distrito para que tomen acciones contra el presunto origen de esta invasión, el criadero de gallos de un vecino.
Pamela Ramos vive en la cuadra 1 de Valencia junto a sus hijos y cuenta que, desde la semana pasada, la invasión de ratas ha ido creciendo. “Exhortamos a la municipalidad a que tome cartas en el asunto. Hemos recibido la visita del equipo de fiscalización el 12 de abril, pero todo fue muy efímero”, dijo.
Señaló que el municipio trató de encontrar la posible madriguera donde se amontonan los roedores, pero sin éxito alguno. Indicó que “el mismo 12 de abril enviamos un documento a la municipalidad, el cual solicitaba que actúen con inmediatez y fue firmado por todos los vecinos de la cuadra”.
Un día después, el equipo de Participación Ciudadana prometió que iba a realizar un proceso de desratización. “Hay un vecino que tiene un criadero de gallos hace más de cinco años. Es por esa zona donde principalmente pasan las ratas y el dueño no da la cara. Nos hemos visto obligados a poner naftalina y romero en las ventanas para que no ingresen”, agregó.
La vecina Stephanie Piccone resalta que fueron 20 integrantes de la municipalidad los que llegaron luego de que hiciera una denuncia pública sobre el tema, entre fiscalizadores, personal de limpieza y más representantes. “Nunca habíamos visto a tanta gente del municipio”, aseguró. Ella es inquilina de un edificio de la urbanización desde el 2021, primero pensó que se trataba del desagüe. Sin embargo, los vecinos que tienen más años viviendo en la zona le aseguraron que el problema se debe al criadero de aves.
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Tanto ella como los demás inquilinos han tenido que colocar trampas alrededor de todo el edificio. “Lo hicimos debido a que las ratas ya no solo permanecen en el techo de la casa donde está el criadero, ahora invaden los costados”, dijo. Añade que cuando se acercó a hablar con el dueño de este criadero, inmediatamente mandó a derribar un árbol argumentando que en realidad de ahí vienen las ratas, pero el problema siguió.
Stephanie incluso encontró una rata muerta a las afueras de su edificio. Además, los vecinos vieron cómo algunos roedores trataban de ingresar por la cochera. “La municipalidad se encargó de la limpieza y los cebos, pero pedimos que le den seguimiento a este tema y fiscalicen ese gallinero”, comentó.
Un vecino que prefirió el anonimato sostuvo que ha tenido experiencias desagradables desde hace cinco años por los roedores. “No puede ser posible que exista un criadero de gallos en una zona urbana. Los alimentos de estas aves originan suciedad y así vienen las ratas”, mencionó. Además, resalta que, en más de una ocasión, ha tratado de conversar con el dueño, pero aparentemente nunca está.
Cuenta que un inquilino del mismo condominio tuvo que matar a una rata en el tercer piso. “En enero de este año, detectaron a un roedor queriendo asomarse por la ventana. De un palazo lo mataron. Esto ya es insostenible, buscamos la eliminación de las ratas y que no se permita este criadero”, dijo.
Recomendaciones
Sergio Recuenco, médico epidemiólogo, señaló a El Comercio que la erradicación total de ratas es difícil. No obstante, si existe proliferación, es porque hay un problema de saneamiento. “Es necesario realizar los principios de limpieza básicos como no exponer libremente los alimentos del hogar y disponer nuestros residuos de manera adecuada”, añadió.
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El especialista considera que también hay que revisar las casas que tengan años de antigüedad, así como aquellos depósitos grandes. “No tenemos que aprender a vivir con las ratas, sino a separarlas de nuestros espacios. Hay que mantener asegurados aquellos canales donde circula el agua del desagüe. Además, los alimentos deben estar bien protegidos y sobre una base elevada”, dijo.
Recuenco sostiene que los productos químicos para ahuyentar a los roedores tienen un efecto temporal. “Pueden ser dañinos para los pequeños. Lo correcto debería ser que el tema de eliminación lo vea la brigada de saneamiento de la municipalidad”, agregó.
Respecto a la relación con el criadero de gallos, menciona que estos lugares no suelen estar supervisados por un equipo de saneamiento. “Los alimentos de las aves que no están aislados, son un gran atractivo para las ratas. No es por la presencia de los gallos, sino por su comida (...). No es adecuado que un criadero se encuentre en una zona urbana, las autoridades municipales deberían inspeccionar”, sostuvo.
Por su parte, el médico epidemiólogo Antonio Quispe añadió que este tema tiene que ser tratado por el equipo de salud pública del Ministerio de Salud (Minsa) ya que la presencia constante de ratas puede traer dos enfermedades, la rabia por mordedura y la leptospirosis que se contagia por su orina y produce infecciones. Además, las pulgas de estos roedores pueden generar diversas bacterias.
“Es necesario que se manejen bien los residuos sólidos, hay que taparlos bien y no acumularlos en la vivienda. Por otro lado, no hay que tratar de cazar a la rata porque puede ponerse agresiva. Finalmente, es necesario tener una buena higiene personal”, dijo.
Quispe considera que el criadero de gallos, patos, pollos, cerdos, entre otros, puede generar la acumulación de basura y volverse un centro de producción de heces. Por ello, si hay un manejo incorrecto de los residuos, las ratas se verán sumamente atraídas al lugar.
Los descargos
Al contactar a la Municipalidad de Pueblo Libre, el equipo aseguró que ha ayudado en la limpieza y el recojo de los desechos. “Personal de la comuna acudió a verificar la situación de la aparición de roedores, no encontraron en ninguno de los jardines las madrigueras para proceder con la desratización de la zona” comunicaron.
La gerente de Desarrollo Humano, Familia y Demuna y el subgerente de Gestión y Ambiental acudieron el 12 de abril para dialogar con los vecinos. “Personal de limpieza pública realizó el recojo de los desechos para tratar de comprobar la existencia de madrigueras, no encontrándose ninguna. Asimismo, personal de Sanidad estuvo mapeando la zona para poner bulbos con veneno a fin de erradicar a los roedores”, informó la municipalidad a El Comercio.
Cuando el municipio fue a supervisar la vivienda que tendría el criadero de gallos, un cuidador no autorizó el ingreso, indicando que los dueños estaban de viaje.
El 13, 14 y 15 de abril, personal de Sanidad colocó cebos de veneno en las casas aledañas al criadero de gallos. La comuna aseguró a este Diario que tienen programado retornar el lunes 24 de abril para constatar el estado de la zona.