Si uno tuviera que viajar en auto a las playas de Asia desde Chorrillos, podría encontrarse con siete trampas de clavos: uno en la avenida Matellini, otro en Defensores del Morro (antes Huaylas); otro en el kilómetro 43 de la Panamericana Sur, a la altura de la playa Los Pulpos; luego en el kilómetro 48 por Punta Hermosa y finalmente tres trampas más en Mala (km 86), Bujama (km 90) y Asia (km 101).

En la Panamericana Sur, a la altura de Bujama, los ‘pinchallantas’ colocan los clavos en papas cortadas por la mitad. También ubican clavos en pedazos de caucho para que se mantengan en posición vertical, como lo revela una víctima. Suelen doblar los clavos y colocarlos en huecos de la pista para que estén erguidos y así asegurar el pinchazo.
En la Panamericana Sur, a la altura de Bujama, los ‘pinchallantas’ colocan los clavos en papas cortadas por la mitad. También ubican clavos en pedazos de caucho para que se mantengan en posición vertical, como lo revela una víctima. Suelen doblar los clavos y colocarlos en huecos de la pista para que estén erguidos y así asegurar el pinchazo.

Y si uno viaja desde más lejos, partiendo de San Borja, podría terminar casi sin llantas y sin dinero. Solo en este distrito hay al menos tres puntos donde se han registrado constantemente trampas de tachuelas y otros objetos punzocortantes: la cuadra 3 de San Borja Sur y las cuadras 5 y 6 de la avenida Parque Sur.

Lo que empezó como una serie de noticias aisladas y casos fortuitos durante la pandemia hoy se ha convertido en una práctica sistemática y planificada que genera no pocas ganancias a talleres mecánicos: el trabajo de los ‘pinchallantas’.

En detalle

En las bulliciosas calles de Lima, se ha identificado una peligrosa práctica que afecta no solo a los conductores desprevenidos, sino también revela la manera en que opera una serie de talleres y llanterías de Lima. Se trata de la colocación estratégica de clavos y tachuelas en las vías, con el objetivo de dirigir a los conductores afectados hacia talleres específicos.

El Comercio viene recogiendo denuncias contra ‘pinchallantas’ desde setiembre del 2020, cuando reveló que un sujeto colocaba durante las madrugadas clavos y tachuelas en las pistas y sobre todo en ciclovías de Chorrillos en complicidad con talleres mecánicos, en una época en la que se disparó el uso de la bicicleta. Una de sus víctimas fue Nelson Morales, un ciclista chorrillano que llegó a recoger medio kilo de tachuelas alrededor de donde operan más de 10 talleres de servicio de llantas, la mayoría informales.

Días después del reportaje, un sujeto identificado como José Urbano Rodríguez fue detenido por serenos, pero liberado por la policía horas después pese a que admitió su responsabilidad: recibía 30 soles diarios por taller que lo reclutaba para reventar llantas. A partir de ese primer caso hecho público, esta práctica se ha ido incrementando. Solo entre octubre del 2023 y enero del 2024, la campaña de denuncias vecinales #pasaenlacalle de El Comercio (995 818 486) ha recogido denuncias similares que han ayudado a identificar 16 puntos de la capital donde se ponen estas trampas, todos ellos próximos a talleres mecánicos o llanterías.

La mayoría de casos están en la Panamericana Sur, entre Chorrillos y Asia, debido a la temporada de verano que atrae a miles de personas a las playas del sur chico que se movilizan en auto.

Un trabajo calculado

La primera jefa de la policía de tránsito en el Perú, la coronel Shirley Asto, quien comenzó su gestión a inicios de enero, confirmó a El Comercio la existencia de esta red de llanterías en complicidad con ‘pinchallantas’, sujetos capaces de cargar mochilas enteras repletas de clavos, tachuelas, tornillos, púas, grapas industriales y punzones.

Esas personas planifican incluso la manera en que colocan estos objetos para que se mantengan en posición vertical y así asegurar el pinchazo. En Bujama, varios ciudadanos denuncian que han hallado clavos en papas cortadas en la mitad; en San Borja, Asia y Magdalena, los tornillos son clavados estratégicamente en pedazos cuadrados de caucho para que se mantengan erguidos y sean casi imperceptibles ante el color del asfalto.

Estas tachuelas y clavos que a propósito las ponen, con una mala intención de reventar las llantas con la finalidad de tener un beneficio para que los vehículos vayan a sus talleres. Somos conscientes de esto y vamos a hacer los operativos también sobre este tipo de malas prácticas que pueden ocasionar accidentes de tránsito fatales”.

“Definitivamente vamos a reaccionar sobre esto y también con la coordinación con las autoridades correspondientes como las municipalidades que tienen que fiscalizar a estos locales si tienen autorización, para que los puedan cerrar”.

Coronel PNP Shirley Asto Primera jefa de tránsito del Perú

Coronel PNP Shirley Asto

La clave: prevención

Para identificar posibles trampas en la carretera, es recomendable que los conductores estén alertas a ciertos indicios. El primero es prestar atención a la presencia de grupos de personas cerca de su vehículo o en las inmediaciones, particularmente si no están relacionados con actividades de mantenimiento vial. También se aconseja observar el comportamiento de otros conductores: si uno nota que varios vehículos están deteniéndose en una ubicación específica o enfrentan problemas en sus neumáticos en una zona concreta de la carretera, esto podría ser un indicio de posibles artimañas.

Al estacionar el vehículo en lugares públicos, es bueno escoger áreas bien iluminadas y de ser posible con presencia de cámaras de seguridad. Asimismo, al notar la presencia de individuos sospechosos cerca del vehículo, se recomienda alertar a las autoridades.

Si uno cae en la trampa de clavos, la policía recomienda mantener la calma, no retirar el clavo o tornillo por sí mismo, ya que podría empeorar la situación; llamar a una asistencia vial profesional o utilizar el kit de reparación de neumáticos si se cuenta con uno. Es importante documentar la situación tomando fotografías del neumático dañado y del objeto incrustado, ya que esta evidencia puede ser útil en caso de presentar un reclamo a las autoridades. Posteriormente, uno debe acudir a un taller mecánico de confianza para evaluar y reparar el daño, y mantener un registro de los costos y recibos asociados.

Se registran al menos 16 puntos críticos

  • (1) Km 90 de la Panamericana Sur (altura Bujama)
  • (2) Km 43 de la Panamericana Sur (altura Los Pulpos)
  • (3) Av. San Borja Norte con Av. Guardia Civil, San Borja
  • (4) Puente Santa Cruz (altura río Mala)
  • (5) Km 87 de la Panamericana Sur
  • (6) Av. Defensores del Morro (antes Huaylas), Chorrillos
  • (7) Av. Guardia Civil cuadra 1, San Borja
  • (8) Pasaje Ávila, Mala
  • (9) Av. Parque Sur cuadras 5 y 6, San Borja
  • (10) Av. San Borja Sur cuadra 3, San Borja
  • (11) Av. San Borja Sur cuadra 5, San Borja
  • (12) Av. San Borja Sur con San Luis, San Borja
  • (13) Tomás Ramsey con Juan de Aliaha, Magdalena
  • (14) Km 101 de la Panamericana Sur, altura Boulevard de Asia
  • (15) Avenida Matellini, Chorrillos
  • (16) Av. Jorge Salazar Aráoz cuadra 1, La Victoria.