El complejo de la Villa Panamericana, ubicado en el distrito de Villa El Salvador, solía ser la residencia oficial de los atletas que participaron en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos del 2019. Este rumbo cambió cuando, el 18 de marzo del 2020, el entonces presidente Martín Vizcarra declaró que el uso de sus instalaciones serviría como un hospital ante la pandemia del COVID-19. Este Diario conoció la historia de Nilda Chamilco Reyes, la paciente con la que se terminan las atenciones médicas del centro.
La lucha de Nilda
El pasado 18 de octubre, luego de dos años, Essalud puso fin a la atención de los pacientes con COVID-19 en la Villa Panamericana. En total, 61 mil 321 recibieron tratamiento en el complejo. La última de todos fue Nilda Chamilco Reyes, una maestra de 48 años. Esta es su historia.
Nilda fue dada de alta el mismo 18 de octubre. El doctor Juan Oriundo, quién se desempeñó como director del complejo durante la segunda, tercera y cuarta ola, comenta que todo empezó cuando ella se comunicó con Essalud a través de la línea 107 para solicitar su aislamiento. “Estaba preocupada debido a que presentó síntomas de COVID mientras vivía con sus padres mayores y cinco hermanos en la misma casa”, añadió.
LEE TAMBIÉN: Essalud cierra atenciones en Villa Panamericana tras dar de alta a su última paciente con COVID-19
Nilda no quería exponer a sus seres queridos; por ello, el 10 de octubre del 2022 se hizo efectivo su ingreso al centro para pasar ocho días en aislamiento.
Durante su periodo de internamiento, tuvo congestión nasal, dolor de garganta y una tos constante que la atormentaba todas las noches. “Lo más preocupante era que Nilda sufrió de hipertensión arterial, bronquitis y más patologías que la ponían en un riesgo mayor”, sostuvo el médico. Afortunadamente, no requirió de máquinas de oxígeno para respirar.
LEE TAMBIÉN: Essalud reporta que hospitalizaciones por COVID-19 se incrementaron en más del 60 % en la Villa Panamericana
Pero, pese a la difícil situación, sus padres y hermanos le brindaron su apoyo en todo momento. El doctor cuenta que se implementó un servicio de encomiendas para que tanto ella como los demás pacientes pudieran recibir recados; además, tenían acceso al celular para comunicarse con su familia.
Nilda logró recuperarse del virus y se convirtió en la última paciente en recibir atención en la Villa Panamericana. Cuando se retiró, los 300 trabajadores del complejo, conformados por médicos, psicólogos y nutricionistas, no pudieron ocultar su alegría. Pusieron una sonrisa de oreja a oreja que acompañaron con aplausos. “Sentí la satisfacción de haber batallado contra el virus, todo ese esfuerzo conllevaba a un ciclo que se iba cerrando”, señaló Oriundo.
Asimismo, asegura que siempre recordaran a los 436 pacientes que lastimosamente perdieron durante el camino.
LEE TAMBIÉN: Expertos de la OMS se reúnen para evaluar si el COVID-19 aún constituye una emergencia internacional
Nilda ya volvió a sus labores como maestra y es monitoreada constantemente por los médicos de Essalud, quienes afirman que está feliz, recuperada y fuera de peligro.
Proceso de transformación y futuro
Con el uso médico de la villa desde marzo del 2020, se instalaron un promedio de 1,400 camas, distribuidas en cuatro edificios y dos salas de observación.
LEE TAMBIÉN: Secretario de Salud de EE.UU. asegura que el país no ha superado la pandemia del COVID-19
Los edificios de 19 y 20 pisos eran las viviendas de los deportistas que residían en el complejo durante el 2019. Por otro lado, las salas de observación ubicadas al aire libre fueron cubiertas con carpas metálicas.
Luego de 1 año de esta travesía y de haber incrementado el número de fallecidos por COVID-19, se instaló una sala de observación más con 150 camas.
Al adentrarse en lo más recóndito de los pasillos, se observa que cada piso de las cuatro torres refugiaba una estación de enfermería, medicina, una farmacia y 21 pacientes. Los espacios tenían un total de 420 concentradores de oxígeno, 2 tanques con 5 mil litros de oxígeno líquido y una planta de oxígeno de 40 metros cúbicos.
LEE TAMBIÉN: El hombre que ha estado encerrado en casa desde el comienzo de la pandemia sin ver a nadie por miedo a contagiarse
Con la despedida emotiva de Nilda , surge la duda sobre cuál será el futuro del complejo. Hasta el momento se desconoce qué sucederá con los edificios. Este centro pasaría al Proyecto Legado de los Juegos Panamericanos.
El especialista recalcó que, si bien el cierre de las atenciones médicas en este complejo y otras medidas muestran una disminución de casos de COVID-19, la ciudadanía debe seguir manteniendo los cuidados necesarios para evitar contagios, como el lavado de manos o el uso de mascarilla en caso de síntomas. Le suplica a los lectores que no se confíen y se mantengan en constante prevención.