José Cayetano Chávez

El Perú reúne el 68% de glaciares tropicales del mundo. Lamentablemente, debido al cambio climático, el país ha perdido el 56,22% de sus glaciares en los últimos 60 años. En el nevado Pastoruri de Áncash, antaño uno de los principales destinos de viajes de promoción, quedan apenas menos de 0,75 kilómetros cuadrados de cobertura de hielo de acuerdo al Instituto Nacional de Investigaciones de Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem). La alarmante situación de los glaciares impacta seriamente en la provisión de agua, que alimenta y sostiene diferentes territorios altoandinos, además de la diversidad biológica peruana. Resulta importante contar con un registro para evaluar el retroceso de los glaciares y sus consecuencias.

Por ello, el Inaigem presentó los resultados del Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas de Origen Glaciar (INGLOG II) para proporcionar información del estado actual de esos territorios: cantidad, superficie, ubicación y principales características físicas y morfológicas de los glaciares y lagunas de todo el país.

Los resultados del informe revelan que existen 2.084 glaciares libres y cubiertos por escombros de rocas, o detritos, que ocupan una superficie de 1.050,32 km2. Asimismo, se han registrado 8.466 lagunas de origen glaciar, que representa una superficie total de 1.081,31 km2.

Entre otros hallazgos, destacan la identificación y caracterización de 2.147 glaciares rocosos cuya extensión comprende 107,49 km2. Estos no presentan de manera evidente la masa glaciar superficial, por lo que han sido escasamente reconocidos y estudiados en nuestro país.

El cambio climático hace que el Ministerio del Ambiente [Minam] impulse el desarrollo de estudios nacionales que generen información sobre la situación de nuestros ecosistemas y su impacto en nuestras vidas. Este inventario es una valiosa herramienta para que las autoridades, la comunidad científica y la sociedad conozca mejor la situación actual de los glaciares”, dijo la ministra del Ambiente, Albina Ruiz.

Laguna en formacion en el glaciar Shallap, Áncash, en el 2021. Foto: Edwin Loarte.
Laguna en formacion en el glaciar Shallap, Áncash, en el 2021. Foto: Edwin Loarte.

La titular del Minam manifestó que, “aunque no se puede evitar que los glaciares desaparezcan con el paso de los años, sí podemos reducir la velocidad con la que se pierden”. “La montaña nos provee vida”, subrayó Ruiz.

La investigación del INGLOG II se realizó en las 20 cordilleras glaciares del Perú, que se distribuyen en 14 departamentos. Se ha elaborado en base a imágenes del satélite europeo Sentinel 2A del año 2020. La presentación del informe se realizó en Huaraz, Áncash, provincia que alberga la cordillera blanca, la principal reserva de glaciares tropicales en el mundo.

Glaciares: reservas de vida

Los glaciares almacenan agua en forma de hielo. Esa reserva de agua es fundamental para las épocas donde no se registran lluvias. Las lagunas de origen glaciar son formadas por el derretimiento de glaciares. Ambos son reguladores hídricos.

Glaciar Jatunraju en la cordillera Blanca. Foto: Alexzander Santiago.
Glaciar Jatunraju en la cordillera Blanca. Foto: Alexzander Santiago.

El cambio climático genera el retroceso glaciar y eso implica la pérdida de la cantidad de reserva de agua en forma de hielo. En algunas ocasiones, se pierde también la calidad del agua almacenada por fenómenos de contaminación natural, que son procesos de acidificación de las aguas al incorporarse los metales pesados de la base geológica que queda expuesta con el derretimiento del hielo”, explicó Beatriz Fuentealba, directora del Inaigem.

Los glaciares tropicales son indicadores del cambio climático, porque muestran de manera más dramática y evidente los impactos que este genera. Cabe resaltar que muchos de ellos son referentes espirituales de las comunidades indígenas andinas como Apus. Tal es el caso del nevado Quelccaya, el glaciar tropical más extenso del mundo.

Retroceso glaciar y formación de lagunas de origen glaciar en el Quelccaya, cordillera Vilcanota, en el 2022. Foto: Renny Diaz.
Retroceso glaciar y formación de lagunas de origen glaciar en el Quelccaya, cordillera Vilcanota, en el 2022. Foto: Renny Diaz.

El retroceso glaciar reduce la cantidad y calidad de agua disponible para la poblaciones que habitan las áreas cercanas a los glaciares. Además, favorece la formación de nuevas lagunas glaciares. Algunas de ellas son peligrosas, porque pueden generar aluviones de origen glaciar, como el que afectó a Huaraz en 1941 y la laguna Artison en Huaylas en 2012. El descenso de los glaciares también incrementa el riesgo de desprendimientos.

Por lo tanto, la publicación del INGLOG II permite realizar un seguimiento al retroceso de los glaciares. “Es importante saber cómo cambian los glaciares para tomar decisiones y medidas que permitan una mejor gestión del territorio, en relación con los recursos hídricos frente a una futura escasez de agua”, sostuvo Fuentealba.

Antecedentes de inventarios de glaciares y lagunas

En el Perú, el primer Inventario Nacional de Glaciares fue elaborado por la Unidad de Glaciología e Hidrología, que reportó una extensión de 2041.85 km2 de glaciares a nivel nacional, con datos de 1960.

La Ley de Creación del Inaigem en 2014 le asignó como función principal la publicación del INGLOG cada 5 años. En ese contexto, en 2018, se publicó el primer informe con datos de imágenes del 2016. Los resultados mostraron 2259 glaciares, con una extensión glaciar de 1.118,11 km2 y 8.577 lagunas de origen glaciar, cuya extensión fue de 1022,3 km2.

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