Los primeros vecinos del edificio Rosa Nancy en La Victoria que llegaron a la escena del crimen la encontraron sin vida en su dormitorio. La niña de diez años (de iniciales Y.V.M) tenía marcas de estrangulamiento. De inmediato, los vecinos recordaron que esa mañana escucharon gritos y llantos de la menor luego de ser agredida por Zarela Chávez Mozambite, su madrastra. Esto no era una novedad. A lo largo de los tres años que Chávez llevaba viviendo en el edificio con las dos hijas de su última pareja, quien falleció, habían sido testigos de múltiples agresiones físicas que realizó esta mujer contra las menores. Sin embargo, por increíble que parezca, nunca denunciaron estos hechos ante las autoridades.
El asesinato de una niña en La Victoria a manos de su madrastra expone una serie de problemas sobre el poco compromiso en la sociedad para erradicar las agresiones contra los menores de edad. Basta detenerse en las escalofriantes palabras que dijo Chávez Mozambite (66 años) al ser increpada por los vecinos. “Sí, la maté, se me pasó la mano”, pronunció la mujer entre risas, sin pena ni lástima, quien incluso obligaba a la niña de 10 años a trabajar en Gamarra.
El Ministerio Público abrió investigación preliminar contra Zarela Chávez Mozambite por el presunto delito de homicidio. La Primera Fiscalía Penal de La Victoria dispuso tomar declaraciones a la imputada, los testigos y policías que efectuaron la intervención; realizar los exámenes toxicológico y etílico; así como recabar videos de cámaras de vigilancia del lugar, entre otras acciones.
Cifras alarmantes
En el 2023, el programa nacional Aurora del MIMP atendió 56.924 casos de violencia contra niños y adolescentes en los Centros Emergencia Mujer (CEM). La mayor parte (28.132) corresponde a víctimas entre los 12 a 17 años. Asimismo, 9.464 menores de 5 años agredidos fueron atendidos. Cabe destacar que el 70.6% de víctimas atendidas fueron mujeres menores edad.
Los CEM atendieron 15.444 casos de violencia física, 20.835 de violencia psicológica, 20.377 de violencia sexual y 268 de violencia económica.
Las estadísticas sobre violencia sexual indican que, en 9 de cada 10 casos contra menores de edad que atienden los CEM, la víctima es una niña o una adolescente (92.5% del total). En esa línea, del total de 7.787 casos de violaciones sexuales a menores de 18 años, el 94.5% de casos corresponden a niñas y adolescentes.
En el 2022, los CEM atendieron 54.144 casos de violencia contra niños y adolescentes. De este total, 18.458 son casos de violencia sexual y 7.555 de violaciones sexuales; en relación a los resultados reportados el 2023, existe un incremento porcentual de 10,4% y 3.1%, respectivamente.
Patricia Garrido, directora del programa Nacional Aurora del MIMP, explicó a El Comercio que estos resultados no necesariamente representan un incremento del índice de violencia contra menores de edad.
“El aumento en la cantidad de casos atendidos por los CEM significa que estos obtienen mayor visibilización, porque se recibe la denuncia del caso y se brinda una atención. Esto permite que no queden en silencio, como lamentablemente ocurre en muchas ocasiones”, subrayó Garrido. “Las denuncias a través de la línea 100 o en comisarías permiten que el MIMP sepa del hecho y pueda atenderlo. Por ejemplo, de no ser por su fallecimiento, nadie hubiera sabido que esta niña [Y.V.M] era maltratada por su madrastra, porque nunca se reportaron los abusos que padecía”, sostuvo.
¿Qué herramientas y programas existen para atender la violencia infantil y de género?
Con el propósito de respaldar a las víctimas de violencia de género o violencia infantil, el Estado ofrece la Línea 100 y una atención integral en los CEM. La Línea 100 brinda orientación y soporte gratuito las 24 horas del día durante todos los días del año para canalizar una denuncia (puede realizarse de forma anónima) o brindar apoyo psicológico. Por su parte, los CEM brindan una atención multidisciplinaria, asesoría legal y apoyo social en cada una de sus sedes.
Existen 422 CEM a nivel nacional. En Lima, existen 25 CEM en convenio con gobiernos locales y otros 40 en comisarías. Además, 85 comisarías cuentan con uno. Revisa aquí la ubicación y el teléfono de los CEM de cada departamento.
Por otra parte, Garrido destacó la nueva aplicación ‘Yanapp’ del MIMP. Esta brinda información y herramientas oportunas para que las usuarias prevengan la violencia de género. Por ejemplo, cuenta con la opción ‘círculo de confianza’, que permite añadir hasta seis personas para enviarles la ubicación o una solicitud de ayuda en tiempo real a través de mensajes de texto o Whatsapp.
Más del 50% de peruanos tolera la violencia infantil como forma de correción
Patricia Garrido informó que la institución brindará contención y soporte emocional, y asesoría legal a la abuela materna de la menor fallecida en las diligencias correspondientes sobre las circunstancias de su fallecimiento.
Además, advirtió que, a nivel nacional, persiste la tolerancia a la violencia física contra los niños. “El 58% de la población justifica la violencia a niños y adolescentes como un método de corrección. Este caso en La Victoria nos lleva a reflexionar que toleramos el castigo físico hacia niños y adolescentes con el objetivo de que hagan caso o aprendan, lo cual es completamente erróneo”, sostuvo. La funcionaria advirtió que la severidad de los castigos físicos incremente conforme se repiten estas prácticas abusivas.
Acerca de las medidas para prevenir las agresiones contra menores, Garrido señaló que lo más importantes es comunicar y denunciarlas en una comisaría o a través de los canales de atención del MIMP, como la línea 100. En ese sentido, lamentó que los vecinos de la menor fallecida, quienes sabían que Zarela Chávez la agredía constantemente, no hayan reportado estos ataques al MIMP o la Policía.
“No vimos un intento previo de los vecinos por comunicar sobre la violencia que padecía la menor. Esto impidió que podamos brindarle el apoyo correspondiente con anticipación, que hubiera evitado la tragedia. Invocamos a la población a involucrase en la tarea de acabar la violencia hacia los menores a través de sus denuncias. Si sabes que en una casa vecina o la de un familiar ocurren estas prácticas, apóyanos reportando el caso”, señaló Garrido.
Así también, la directora del programa Aurora mencionó algunos de los principales signos de alerta que indican que un menor sufre de agresiones en su hogar. Prestar atención a ellos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
“Algunos niños cubren los moretones o cicatrices con prendas largas y las usan incluso en temperaturas altas. El desaseo y el bajo peso también son otros indicadores a nivel físico. También, los cambios de conducta repentinos o el retraimiento son indicios de un abuso sexual. Por otro lado, que un niño tenga sueño durante la mayor parte de sus clases puede sugerirnos que está realizando actividades laborales fuera del horario de clases”, explicó.
¿Qué condena puede recibir la madrastra?
Para Ronny Santillán, abogado penalista, Zarela Chávez merece una condena por el delito de parricidio con el agravante de ferocidad debido al desprecio total que demostró al asesinar a su hijastra. En consecuencia, Santillán indicó que le correspondería una pena privativa de la libertad no menor de 25 años.