Accidente en Amazonas: ¿Cómo se realizan los trabajos de desminado en la frontera?

El conflicto entre Perú y Ecuador que se prolongó hasta 1995 dejó como secuelas un territorio plegado de minas en la zona de frontera entre ambos países, sobre todo en Tiwinza, un sector ubicado en plena selva amazónica. 

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Las dos naciones llegaron a un acuerdo de paz y límites que facilitaron el entendimiento final en octubre de 1998. Uno de los puntos establecidos en el tratado es la entrega a Ecuador de Tiwinza, un territorio que el gobierno de Quito reclamaba como suyo durante el conflicto bélico. 

A partir del 2013, durante los gobiernos de Rafael Correa y Ollanta Humala, el trabajo de desminado humanitario se intensificó. La última víctima de una mina antipersonales en la zona posconflicto fue el suboficial del Ejército peruano Miguel Travezaño Méndez, quien perdió parte de los pies al tropezarse con una que había sido enterrada en el distrito del Cenepa, cerca de los ríos Cangana y Cenepa, donde realizaba trabajos de búsqueda y desminado. Este hecho sucedió el 14 de octubre del 2014.

Pasaron los años y el trabajo de desminado culminó en los sectores de Cenepa, Santiago y Achuime, y se espera que el retiro total de minas en el sector Tiwinza concluya para el 2024.

Un equipo de El Comercio recorrió en octubre del año pasado el kilómetro cuadrado de Tiwinza, luego de un recorrido terrestre y aéreo que replicó los movimientos de tropas peruanas que viajaron en 1995 hasta la zona del conflicto. Luego de viajar a la base de El Milagro (en Bagua), el aeropuerto El Valor y la base de Urakusa, el helicóptero del Ejército aterrizó en un pequeño helipuerto de esta inhóspita zona.

En este espacio irregular, cubierto de bosques y de historia, se libraron los últimos choques entre las tropas de Perú y Ecuador. Cuentan algunos militares que pelearon en este conflicto que el enemigo se encontraba apenas a pocos metros de distancia, detrás de los árboles, tan cerca que no podían verse pero sí escucharse. En el kilómetro cuadrado de Tiwinza aún quedan armas ya carcomidas por la selva y por el tiempo, utensilios de cocina, equipos de comunicación, restos humanos. Además de minas, hay una historia entera por desenterrar.

Días atrás de que un equipo del diario recorriera esta zona, una gestión del Centro Peruano de Acción contra las Minas Antipersonas (Contraminas), del Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador de la República Federal de Alemania en el Perú, Stefan Herzberg, entregó al ministro de Defensa, general EP (en retiro) José Huerta, una donación de su gobierno de bienes y equipos destinados al proceso de desminado humanitario que se lleva a cabo en el sector de Tiwinza, en la frontera con Ecuador.

Aquella vez, en diálogo con El Comercio, el ministro de Defensa, José Huerta, reconoció que el desminado en la frontera es una tarea larga, difícil y a veces impredecible. “Muy pocos países en el mundo tienen una zona tan complicada para el desminado. Es inaccesible, abrupta y los mapas de minas han cambiado porque estas se han desplazado a través de los años con las lluvias”, explicó.

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