La Asociación Civil “Unión Ciudadana por la Defensa y la Valoración del Patrimonio Cultural y del Ambiente” presentó dos demandas de amparo ante el Poder Judicial para que el Estado Peruano paralice el proyecto del futuro Aeropuerto Internacional de Chinchero (AICC). Adujeron que sus obras y puesta en funcionamiento provocaría un “daño irreparable” en el patrimonio cultural y arqueológico del Cusco, así como en las fuentes de agua de la región.
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El Comercio informó en los últimos días que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) no cuenta con el estudio de impacto patrimonial (EIP) requerido por la Unesco para evaluar una posible afectación en Machu Picchu y el Qhapaq Ñan debido al aeropuerto. Pese a ello, el Gobierno viene licitando las obras preliminares (que empiezan en febrero) y las principales (en junio). En tanto, el Ministerio de Cultura (Mincul) señaló que las recomendaciones de Unesco “no son vinculantes”.
Protección del patrimonio
El miércoles, esta asociación sin fines de lucro presentó una de las dos demandas ante el Segundo Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco. En el documento argumentaron que, al construir el aeropuerto, el Estado vulnera los derechos de protección del patrimonio histórico de la Nación y de todas las personas a su identidad cultural y a participar en la vida cultural; todos expresados en la Constitución. Los demandados son el MTC, Pro Inversión, el Mincul y la empresa Korea Airports Corporation (KAC), una de las firmas surcoreanas que integra el consorcio que gestiona el aeropuerto a través una oficina de proyectos (PMO).
Por ello, la demandante solicita al Poder Judicial que “ordene la paralización de la construcción del aeropuerto de Chinchero antes de que se vuelva irreparable el daño que ocasionarán al patrimonio cultural existente en el lugar”. Además de que el Gobierno se abstenga de construir o iniciar cualquier obra en la zona del proyecto, también pidieron que no apruebe ningún acto administrativo con ese fin, y que restablezca las cosas al estado previo de cualquier alteración o afectación en el territorio (por ejemplo, buscan la reparación del movimiento de tierras ya realizado en el suelo).
La segunda demanda fue presentada este jueves ante el Juzgado Civil de Urubamba, adscrito también a la Corte Superior del Cusco. En este documento –donde se repitieron los demandados, a excepción del Mincul– se planteó que el futuro aeropuerto ocasionaría afectaría las fuentes de agua en su área de influencia, “incluyendo la Laguna de Piuray, que abastece de agua potable a la urbe de Cusco y a los pobladores de [los distritos de] Chinchero y Huayllabamba”.
Debido a esto, sostuvo la asociación civil cusqueña, se vulnerarían los derechos fundamentales al agua y al medio ambiente de los moradores locales. En esa línea, solicitaron que se paralice cualquier obra en la zona, además de que el Estado Peruano “promueva la realización de estudios científicos para determinar el daño a la red hídrica” en las áreas mencionadas.
Protección de fuentes de agua
Mark Zeisser, presidente de la Unión Ciudadana por la Defensa y la Valoración del Patrimonio Cultural y del Ambiente, explicó a El Comercio que las demandas de amparo presentadas responden “a la premura de la situación”, ya que el Gobierno confirmó que en febrero se iniciará el movimiento de tierras (en el 90% del terreno destinado al aeropuerto) y un proceso administrativo tomaría mucho más tiempo en resolverse.
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“Pero también porque las entidades encargadas del proyecto –inicialmente Pro Inversión y ahora el MTC– han demostrado de manera reiterativa no tener ninguna intención de respetar el marco legal del país. Ellos son juez y parte, y no brindan ninguna garantía de que un reclamo por la vía administrativa surta efecto [...] Si el propio Mincul ha señalado a este Diario que lo que recomienda la Unesco no es vinculante, nos queda claro que, si se objeta el proyecto, igual seguirán adelante”, dijo.
Zeisser precisó que el objetivo no es detener el desarrollo de la región Cusco con la paralización de Chinchero. “Este proyecto ha tenido observaciones de todo tipo y lo que corresponde hoy es resolverlas; se requiere un debate abierto antes de que inicien las obras y sea irreversible el daño. En segundo lugar, estamos en plena pandemia; no puede ser prioritaria la construcción de un aeropuerto –que tiene tantas objeciones– en un contexto donde se requiere cerrar brechas en salud y educación. No hay ningún apuro para construir el aeropuerto, cuando sabemos que la demanda turística estará afectada en los próximos meses y años”, concluyó.
El Comercio buscó al MTC para que expliquen sobre cuándo estará listo el EIP solicitado por la Unesco, pero al cierre de la nota no hubo respuesta.
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