El jueves, poco después del mediodía, una fuerte explosión sorprendió a los pobladores del distrito de Anco, en Ayacucho. Al salir de sus casas observaron una extraña nube en el cielo.
El ducto de líquidos de gas natural reventó a la altura del kilómetro 183, según confirmó la empresa Transportadora de Gas del Perú (TgP). Tras la explosión, procedieron a cerrar algunas válvulas para evitar que el hidrocarburo siga escapando al medio ambiente.
Según comprobó El Comercio, son nueve las comunidades afectadas por el derrame. Estas son Wayrapata, Mejorada, Pampa Aurora, Chontabamba y San Antonio, en donde viven 1.056 pobladores. También fueron afectados los pobladores de Villa Unión, Puerto Asunción, Bella Vista y Naín.
Pese a que han transcurrido más de 48 horas del incidente, la población hasta ayer aún continuaba registrando síntomas, como intensos dolores de cabeza, vómitos y la aparición de manchas en la piel.
Hasta el poblado más cercano, Wayrapata, en donde viven 216 personas, llegó personal de la Microrred de Salud de San Antonio. Según contaron a este Diario, el mismo miércoles fue necesario trasladar a la mayoría de la población, ya que al parecer carecían de medicinas para atender la emergencia. Recién en el establecimiento de salud se les suministraron inyecciones.
PIDEN SER ATENDIDOS
Los pobladores entrevistados por este Diario denunciaron que, hasta la noche de ayer, la empresa solo había llegado a la zona para revisar el ducto dañado, mas no para asistir a los afectados.
“Los funcionarios de TgP hasta el momento no se hacen cargo de las personas afectadas y más bien han minimizado el hecho”, dijo Óscar Pérez Curo, alcalde de Anchiguay, uno de los centros poblados de Anco.
Ayer, representantes de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental arribaron al lugar para verificar la magnitud del daño ocasionado al ecosistema. También llegó personal del comando Vraem, integrado por la Policía Nacional, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.
Pese a que no se permite ingresar a la zona sin trajes de protección, los pobladores de las comunidades aledañas al ducto dañado continúan en el lugar.