Ni bien uno coloca un pie dentro de la cabina se percibe el primer vértigo. El ímpetu con el que se desliza el remonte, siempre en constante movimiento (nunca se detiene, solo baja la velocidad para que uno suba o baje del teleférico), puede removerle el estómago al más azaroso pasajero. Seis metros por segundo. Podrá parecer poco si se ignoran los tres mil metros de altura que lo separan a uno del suelo.
Sin embargo, a medida que la cabina se desliza, uno comienza a contemplar cómo de pronto la estación de embarque se vuelve cada vez más pequeña. Las nubes se dispersan, se asciende sobre el río Tingo y se adentra entre el valle de Uctubamba hasta llegar a la cima del cerro Barreta, donde reposa la legendaria fortaleza de Kuélap, vestigio icónico de la cultura Chachapoyas.
Todo esto lo podrá experimentar el visitante que quiera arribar a la ciudadela en el departamento de Amazonas gracias al próximo funcionamiento del primer teleférico del Perú, el cual recorre cuatro kilómetros del distrito de Nuevo Tingo, en la provincia de Luya. El sistema, compuesto de 26 telecabinas, acorta la distancia de arribo. Antes tomaba hasta tres horas llegar a las ruinas de Kuélap. Pronto solo 20 minutos. El precio del boleto será, ida y vuelta, de S/.20.
Entérate más sobre el recorrido que hará el teleférico y la historia de la fortaleza este sábado en Somos.
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— Revista Somos (@SomosElComercio) 6 de enero de 2017
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