El padre Luis Antonio Palomino Palacios, alcalde del distrito de Quillo, provincia de Yungay, Áncash, en el periodo 2007-2010, señaló esta mañana durante la audiencia descentralizada de la Comisión de Fiscalización del Congreso que desde el 2012 vive en la clandestinidad, recibe mensajes amenazadores y duerme en lugares diferentes.
“El pecado ha sido dejar mi labor sacerdotal, ser alcalde del distrito más pobre del Perú que logré transformar. Estoy reglado, mi teléfono está intervenido. Nunca denuncié porque algunos buenos policías de Chimbote me dijeron que el actual coronel jugaba chueco y tenía corazón amarillo”, puntualizó.
Según narró en la sesión, el 1 de junio del 2010 siete matones en Huaraz, “al mando del señor Elvis Camarena, actual gerente del proyecto especial Chinecas, del señor José Rupay y de la señora Victoria Vásquez Carrillo”, le rompieron el tabique y los dientes.
Aseguró que dos años después tres sicarios lo buscaron en la casa parroquial Santos Mártires, en Miraflores Alto, para darle muerte pero no lo encontraron. “Me pongo a disposición si me dan la garantía para denunciar los hechos. Si creen que esta vida vale, protéjanme sino muchísimas gracias”, refirió.
En la audiencia pública que se realiza en el Centro de Convenciones de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote participan además de los miembros de la Comisión de Fiscalización del Parlamento, el director general de la Policía, Jorge Flores Goicochea, el fiscal de la Nación, José Peláez Bardales y el contralor de la República, Fhuad Koury.
Ahí se informa de los casos de violencia atribuidos al presidente regional de Áncash, César Álvarez. Se tienen previstas 64 participaciones, una de estas fue la del padre Palomino.