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ENRIQUE VERA CARO @kiquevera
El asesinato del ex consejero regional de Áncash Ezequiel Nolasco, perpetrado el pasado 14 de marzo, se ejecutó en menos de 20 segundos y sin más testigos que el abogado y el guardaespaldas de la víctima, dentro de la bodega Centenario, ubicada en el óvalo de Huacho.
Ello quedó corroborado ayer durante la reconstrucción del crimen, realizada en el local donde Christian Cruzate Pereda, ‘Bayron’ o ‘Colombiano’, asestó ocho balazos a Nolasco en la cabeza y abdomen.
El personal policial de Huacho a cargo de las primeras pesquisas indicó a El Comercio que Cruzate y sus cómplices Jorge Luis Loloy Valencia, alias ‘Chino Malqui’, y Johnny Saavedra Acosta ‘Winny’ se refugiaron en la casa del narcotraficante Juan Garay Obregón ‘Huachanito’ luego del crimen.
En esa misma vivienda los sicarios estaban hospedados desde inicios de marzo, pues habían sido contratados por ‘Huachanito’ para vengar el ultraje sexual que sufrieron su esposa e hija a manos de Los Malditos de Santa María. Fue en medio de la búsqueda de esos hampones que ‘Colombiano’ y sus secuaces hallaron a Nolasco de manera fortuita dentro del restaurante Célix, también ubicado en el óvalo de Huacho.
‘Chino Malqui’ recordó que la presunta mafia encabezada por el presidente regional de Áncash, César Álvarez, habría ofrecido por su muerte hasta S/.100 mil, e inició las negociaciones con llamadas a Chimbote. Mientras tanto, Cruzate quedó ‘reglando’ a Nolasco hasta que este cruzó la Panamericana Norte y, junto con sus acompañantes, ingresó en la bodega donde tendría terrible muerte.
EN MENOS DE 20 SEGUNDOS
Ayer, ante los agentes de Homicidios y fiscales contra el crimen organizado que participaron en la diligencia, Christian Cruzate reiteró que un mototaxista le trajo la pistola Pietro Beretta y una capucha cuando estaba en el frontis del local.
Esposado y vistiendo una prenda similar a la que usó la noche del homicidio, el sicario recreó cómo se dirigió con sigilo y arma en mano al lugar donde Nolasco, su seguridad personal y su abogado bebían unas cervezas.
‘Colombiano’, además, simuló cómo descerrajó contra el ex consejero y cómo salió a la carrera de la tienda para luego fugar en la mototaxi que era conducida por un sujeto solo identificado como ‘Gordo’. Todo en no más de 20 segundos.
La dueña de la bodega Centenario, Carmen Pascasio, dijo que el fallecido y sus amigos fueron los únicos clientes que tenía cuando ocurrió el asesinato.
Para la diligencia, el confeso asesino material fue trasladado desde la DIPA al estadio Santa María, en el distrito del mismo nombre, a bordo de un helicóptero. Desde ahí, agentes de la SUAT y Homicidios lo llevaron hacia el Departamento de Investigación Criminal de Huacho y enseguida al escenario del crimen.
REGATEO Y MUERTE
Puja por crimen
Rubén Moreno ‘Goro’ habría cerrado la negociación con la presunta red de Álvarez por la muerte de Nolasco. ‘Chino Malqui’ lo llamó desde Huacho para pedir los S/.100 mil que, al parecer, se ofrecían.
“MALDITO ASESINO, PÚDRETE EN LA CÁRCEL”
“Siento odio hacia él por haber acribillado a mi hermano”, exclamó, al final de la diligencia policial de reconstrucción del crimen de Ezequiel Nolasco, una mujer que se identificó como Juana La Rosa, al referirse a Christian Cruzate Pereda alias ‘Colombiano’ o ‘Bayron’.
El hermano de Juana La Rosa era José Luis La Rosa Santos ‘Pepito’, uno de los tres sujetos sindicados como integrantes de Los Malditos de Santa María, que murieron baleados en un campo deportivo de Huacho a manos de Cruzate Pereda, Jorge Loloy Valencia ‘Chino Malqui’ y otros dos sicarios.
Esta banda de pistoleros había sido reunida y dirigida por el narcotraficante Juan Garay Obregón ‘Huachanito’ para cobrar venganza por la violación sexual que sufrieron su esposa e hija. Sin embargo, los desconsolados familiares de ‘Pepito’ negaron de manera tajante que este haya sido un delincuente y afirmaron que fue confundido.
Para perpetrar su sangriento desagravio, la banda de ‘Huachanito’ primero secuestró al cabecilla de Los Malditos de Santa María, alias ‘Chacuero’, quien fue torturado y obligado a delatar a sus cómplices. Después lo mataron.
