José Cayetano

Si usted hubiera nacido con y la hubiera padecido hasta los 3 años, su desarrollo cerebral hubiera sido dramáticamente inferior al de un niño que crece sin la enfermedad. Este daño sería irreparable y tendría repercusión en todos los ámbitos de su vida.

Así crece un niño con anemia en el Perú
Retraso para hablar, caminar, sistema inmune débil y riesgo académico son algunas de las graves consecuencias de padecer anemia a temprana edad. El impacto de esta afección al desarrollo cerebral de los niños entre 6 a 35 meses es irremediable. Este problema de salud pública afecta hoy a 4 de cada 10 niños del país sin importar su estrato económico.

Del total de 70 alumnos del nido Cruzani en el distrito de Ilave, , la mitad padece esta afección. “Dos niños con anemia del salón de 5 años se duermen a la primera hora de clase. Se les ve pálidos y no juegan igual que sus compañeritos en el recreo”, narra Eva Maquera, directora de la institución ubicada en la región con mayor nivel de anemia del país en niños de entre 6 a 35 meses de edad: 67,2%.

A más de 600 kilómetros de distancia, en el colegio Francisco Izquierdo del distrito de Yauli en , Fany Pacori es la tutora de un estudiante de 12 años de segundo de secundaria con un nivel severo de anemia por insuficiencia de hierro. “Recién este 2023 ha logrado aprender a escribir, pero se limita a copiar lo que puede. Lamentablemente, él no responde en ningún curso”, relata Pacori. El nivel de anemia infantil en Huancavelica es de 65%.

Ambos casos son ejemplos del mayor problema de salud pública que amenaza el futuro del país: según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) el 42,4% de niños de 6 a 35 meses a nivel nacional .

El nivel prevalencia de anemia en 2022 supera a los porcentajes registrados desde el 2019. Foto: Minsa.
El nivel prevalencia de anemia en 2022 supera a los porcentajes registrados desde el 2019. Foto: Minsa.

En comparación a los menores que crecen sin padecerla, la anemia en niños a edad temprana limita su potencial de desarrollo cognitivo y conductual.

El Comercio entrevistó a pediatras, nutricionistas y expertos en políticas sociales sobre las consecuencias que ocasiona la anemia.

El perjuicio en la edad temprana es irreparable

Los 1.000 primeros días de un menor desde su concepción se conocen como la ventana de oportunidad de desarrollo infantil. Lena Arias, oficial de Nutrición del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas explica que, desde el principio de esta etapa, se forma el cerebro, el órgano que determina nuestro desarrollo cognitivo y conductual.

Es el órgano que requiere más oxígeno y lo obtiene a través de la hemoglobina que fabrica el hierro. La anemia impide esta función. Por eso, es preocupante que se presente en los primeros 3 años”, explica Arias.

Estudios nacionales y extranjeros concluyen que un niño que no presenta anemia durante los 36 primeros meses de vida logrará un desarrollo cerebral apropiado. Sin embargo, de acuerdo con estudios del PMA, el coeficiente intelectual de los niños con anemia en su primer año disminuye en 5 puntos. Andrés Guizado, hematólogo pediatra de la Clínica Internacional, sostiene que el impacto puede incrementarse hasta 10 puntos si el menor no recibe un tratamiento.

A lo largo de su crecimiento, esto afectará su capacidad de atención, manejo de emociones, comportamiento, entre otros áreas del desarrollo.

Iván Hidalgo, ex viceministro de Desarrollo Social y coautor del libro ‘Ganarle a la anemia’, explica que un bebe desarrolla la coordinación de la vista y el oído 3 meses antes de nacer y hasta su primer año. Además, en sus primeros doce meses, desarrolla su capacidad de lenguaje. “Al cumplir 1 año, el niño pronuncia sus primeras palabras y reconoce su nombre cuando lo llaman”, añade Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma.

Sin embargo, un niño menor de 36 meses con anemia presentará deficiencias en el desarrollo de esta capacidad. “A los 6 meses, aún será incapaz de balbucear. Los bebes pronuncian sus primeras palabras formando sílabas al cumplir 1 año aproximadamente. Pero un menor con anemia lo hace alrededor de los 14 meses”, explica Karina Flores, nutricionista de la ONG Misión Huascarán.

Por otro lado, acerca de su desarrollo psicomotriz, Muñoz indica que un infante con anemia empieza a caminar por su cuenta a los 18 meses, es decir, con un retraso de casi 6 meses respecto al desarrollo regular de esta habilidad.

Asimismo, Hidalgo señala que, entre los 3 y 6 años edad, un niño debe ser capaz de realizar actividades de motricidad fina —por ejemplo, rasgar papel— como parte de la educación inicial. Los niños con anemia tienen una capacidad reducida para realizar estas actividades.

Los niños deben explorar el mundo que los rodea caminando, tocando. Al dificultar la actividad motora, la anemia reduce la exploración de su entorno mediante los sentidos. Esto afecta gravemente a su desarrollo cognitivo”, sostiene Arias.

Desempeño escolar y laboral en riesgo

La deficiencia de hierro a temprana edad impactará negativamente al desempeño de un menor a lo largo de su etapa escolar, porque afecta su aprendizaje, capacidad de atención y memoria.

Un niño que padece anemia en sus primeros años presentará dificultades para memorizar, prestar atención y desarrollar habilidades espaciales cuando ingrese al colegio. Entonces, ese menor tendrá grandes dificultades para comprender lo que lee y hacer ejercicios de matemática”, subraya Flores.

Así también, Hidalgo manifiesta que aproximadamente a los 6 años, edad promedio del inicio de la educación primaria, se manifiestan las limitaciones en el desarrollo habilidades socioemocionales, como la perseverancia y la importancia del esfuerzo, en un menor que padeció de anemia.

Son tan importantes como el aprendizaje académico. Los niños deben aprender a ser proactivos, laboriosos, a trabajar en equipo. Por eso, un estudiante de primaria que tiene o padeció de anemia en su primera etapa tiene altas probabilidades de no desarrollar las habilidades blandas necesarias en su futuro profesional”, asevera.

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En la adolescencia, etapa de estudio del nivel secundario, el impacto de la anemia en el ámbito emocional y conductual se expresa a través de un comportamiento retraído, menos sociable e irritable.

Los niños con retraso cognitivo son propensos a repetir de año o abandonar el colegio por frustración o bajo rendimiento. Ellos tendrán menos oportunidades acceder a una formación superior, detalla Arias.

En esa línea, Hidalgo menciona que existen altas probabilidades de que un niño que padeció de insuficiencia de hierro tenga dificultades para insertarse con éxito en la vida laboral, pues su productividad laboral sería baja.

Preocupante
Sistema inmunológico débil

Los niños con anemia están más expuestos a los patógenos. También, son más propensos a padecer enfermedades respiratorias agudas y diarreicas.

Esta situación se agravará si no cuentan con acceso a agua y saneamiento.

¿La anemia es exclusiva de familias en pobreza?

Muñoz sostiene que la anemia no tiene relación directa con el estrato económico al que pertenece la familia de un niño. “Un menor que no vive en estado de pobreza puede desarrollar anemia si su dieta no incluye alimentos ricos en hierro”, detalla.

Sin embargo, la situación es más grave en contextos de pobreza debido a la baja capacidad adquisitiva de los padres para comprar alimentos ricos en hierro, limitado acceso a agua potable y saneamiento, entre otros factores.

¿Cómo prevenir la anemia infantil?

Es necesario que se promueva el tamizaje de hemoglobina en los niños a partir de los 6 meses de edad. Esta prueba se realiza en los establecimientos de salud y permite identificar si un niño está sano o si tienen anemia para recibir un tratamiento oportuno.

El Minsa dio a conocer estadísticas sobre anemia. Foto/Difusión.
El Minsa dio a conocer estadísticas sobre anemia. Foto/Difusión.

Si el menor no tiene anemia, también debe recibir la suplementación con hierro. En el caso de los niños diagnosticados con anemia deberán recibir el tratamiento con hierro en las dosis que el médico lo indique.

Jessica Huamán, decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, opina que a nivel gubernamental no se toma en serio la repercusión de la anemia en el desarrollo psicomotor e intelectual de los niños. Asimismo, subraya que los gobiernos locales tienen una responsabilidad para mitigar el incremento de casos de la enfermedad.

Como parte de las estrategias y proyectos para combatir el incremento de la prevalencia de anemia, Huamán resalta las Instancias de Articulación local de lucha contra la anemia, espacios donde actores municipales e instituciones especializadas como el Colegio de Nutricionistas de Lima se discuten las estrategias para monitorear y fiscalizar las acciones para reducir los niveles de anemia. Este proyecto fue aprobado el 2019 a partir de la Ordenanza (Ordenanza que aprueba acciones municipales de lucha contra la anemia) en el marco del programa ‘Lima vive sin anemia’.

Con el cambio de gestiones municipales, este año enviamos oficios a los 43 municipios incluyendo a la Municipalidad de Lima (MML) para formar parte de sus estrategias para combatir la anemia. Sin embargo, solo recibimos la respuesta de San Miguel y Los Olivos. Invitamos a los demás distritos y el alcalde Aliaga a sumarse”, indica.

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