(Foto: Archivo El Comercio)
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Zenaida Condori

Arequipa es una ciudad vulnerable frente al cambio climático: su ubicación y sistema ecológico la hacen más susceptible respecto a otras urbes del país. Esa es la principal conclusión de un reciente informe publicado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Según el documento titulado “Vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en Arequipa metropolitana”, en esta ciudad se “manifiestan visiblemente” los impactos de la variabilidad climática, a través del retroceso glaciar y de los cambios en el patrón de temperaturas y precipitaciones locales.

Debido a esto, se prevé una posible disminución de la disponibilidad de agua, así como un incremento de eventos climáticos extremos “asociados a lluvias intensas, que ya vienen impactando en la ciudad al causar huaicos”. El objetivo, precisó el informe, es gestionar la adaptación de Arequipa metropolitana al cambio climático.

—El dilema del agua—

La principal fuente de agua de la ciudad es la cuenca hidrográfica del río Chili, que tiene un caudal anual promedio de 11,33 m3/s y una longitud de 102 km. Esta cuenca abastece el sector agrícola, industrial y energético de Arequipa, pero también sirve para el consumo humano. De acuerdo a la CAF, la cobertura de agua potable llega al 88% de viviendas.

Sin embargo, el informe detalló que no hay correspondencia entre la demanda de los habitantes y las licencias de uso. El derecho para uso poblacional es de 68 millones de m3 anuales, mientras que la demanda es mayor: 79,6 millones de m³.

Para el especialista del Centro de Estudios para el Desarrollo Regional (Ceder) Alipio Montes, Arequipa “vive una temporada de abundancia artificial de agua”, ya que los glaciares se están derritiendo y sus filtraciones generan una oferta temporal que “en el mediano plazo se agotará”.

Montes advirtió que si no se toman medidas, en 20 años la ciudad tendría graves problemas en el abastecimiento de agua potable.

—Pérdida de campiñas—

Arequipa es de las pocas ciudades que mantiene zonas agrícolas en su Centro Histórico: las campiñas. Según el informe de la CAF, actualmente se evidencia “una pérdida progresiva” de estas áreas por la creciente urbanización, el cambio de uso de suelos y la falta de atención por parte de las autoridades.

El Instituto Metropolitano de Planificación (Impla) calculó que, entre el 2002 y 2015, han desaparecido 592 hectáreas de campiñas. Por otro lado, también se ha reducido el promedio de áreas verdes urbanas en la ciudad: hoy se calcula en 0,5 m2 por habitante, es decir, 16 veces menos que el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

–La contaminación–

Se reportó también que la ciudad no cuenta con un sistema de tratamiento de residuos sólidos. Si bien la recolección de la basura se efectúa en todos los distritos arequipeños, su almacenamiento se realiza en botaderos a cielo abierto, donde los residuos son quemados emitiendo gases contaminantes a la atmósfera.

La CAF estimó que la generación total de residuos domiciliarios es de casi un millón de toneladas por día. Según el vocero del Instituto de Energía y Medio Ambiente de la Universidad Católica San Pablo, Javier Montalvo, se requiere con urgencia la construcción de un relleno sanitario para tratar de manera integral la basura.

Según Montalvo, en el actual botadero –ubicado en uno de los ingresos de la ciudad– no se ha gestionado un proceso de aprovechamiento de los residuos. “En Brasil no se habilita ningún relleno sanitario si este no tiene la capacidad de generar metano [gas natural]. Nuestras políticas de protección del medio ambiente están desactualizadas. Arequipa, ante la vulnerabilidad identificada, debe elaborar ordenanzas de mitigación ante el cambio climático”, explicó.

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