(Foto: Zenaida Condori / El Comercio)
(Foto: Zenaida Condori / El Comercio)
Zenaida Condori

En la (UNSA) de se ha generado una polémica por el pedido de un alumno transgénero que busca que lo reconozca formalmente con su nombre social y no como figura en sus documentos.

Bruno Montenegro Mamani cursa el quinto año de Relaciones Públicas en la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación. Ingresó a la universidad creyendo que era lesbiana, pero hace dos años se reconoció como una persona transgénero, es decir, que tiene una identidad diferente a su sexo bilógico. Bruno se siente hombre, pese haber nacido mujer.

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Entonces, con su identidad definida inició su proceso de transición y luce como cualquiera de sus compañeros, nunca tuvo problemas para relacionarse, ya que desde un inicio se hacía llamar por su apodo, Taz. Casi nadie sabe de su nombre femenino. El inconveniente surgió con los profesores, que lo llamaban tal como figura en su partida de nacimiento y DNI. Su nombre de nacimiento está inscrito en los registros de notas y en el carnet universitario.

“A inicios de las labores académicas del 2018 conversé con todos los docentes sobre mi identidad de género y les pedí que me llamaran por mi nombre social que es Bruno y no tuve ningún problema. Sin embargo, este año mi asesor de prácticas se negó a usar mi nombre social y en todo momento me llamaba por el nombre de mi DNI. En la institución donde hacía prácticas también lo hizo y pasé un mal momento”, contó Bruno.

La poca compresión del docente hizo que Bruno cayera en depresión. Su profesor le advirtió que siempre lo llamaría por su nombre fenemino por qué así figura en su registro y, si presentaba trabajos con el nombre de varón lo jalaría. Además la norma universitaria le impedía modificar su nombre. Por esa razón Bruno inició una cruzada para que dentro de la universidad se reconozca el nombre social de los estudiantes trans.

- Procedimientos - 
El pasado 17 de mayo 30 universitarios presentaron un manifiesto firmado ante el Consejo de Facultad. Allí expusieron que en ocasiones algunas personas y docentes objetaban la identidad de Bruno y fueron testigos de la afectación que le provocaban. Por ello, pidieron que en la próxima sesión de Consejo el tema sea tratado y emita un pronunciamiento donde dispongan políticas para generar mayor tolerancia a la identidad de género, para evitar la discriminación.

Al pronunciamiento anexaron el reglamento de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) con las normas relativas a la inclusión del nombre de los alumnos transgéneros. La PUCP es la única universidad en el país que reconoce la identidad de género de los alumnos trans. Ahí se permite el cambio del nombre en la Tarjeta de Identidad (TI) y en los trámites internos. Este ejemplo se quiere replicar en la universidad arequipeña.

La propuesta ha desatado un debate social, con posiciones a favor y otros en contra. El rector de la UNSA, Rohel Sánchez Sánchez no se ha pronunciado al respecto. Fuentes de la UNSA indicaron a este medio la posición de la universidad. Señalan que son respetuosos de la Ley y que si un alumno presentó sus papeles con un nombre y una identidad, esta debe mantenerse y no puede hacerse cambios, a menos que lo disponga el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). Aclararon que no están en contra de los derechos de las personas trans, solo son respetuoso de las normas.

- Trámites -
El Reniec solo realiza el cambio de nombre de una persona trans por medio de un mandato judicial. Montenegro Mamani inició su proceso legal, pero no cuenta con los recursos para mantener un abogado, solo recibe propinas por las prácticas que realiza. Tampoco tiene el tiempo, puesto que se encuentra en el último año de su carrera y su mayor deseo es que su certificado de estudios y su título lleven su nombre masculino.

La presidenta del movimiento Trans en el Perú, Ana Flavia Chávez, explico que un abogado cobra S/ 3.000 para demandar el cambio de nombre en el Poder Judicial y el litigio demora de dos a tres años. Además, mencionó que es un procedimiento discriminatorio en el que el demandante se ve sometido a una serie de exámenes para que determinen si es o no trans, y tiene que llevar testigos que den fe de su cambio identidad, cuando se trata de algo tan personal.

“Hay un gran vacío legal en el que nos encontramos las personas trans para rectificar nuestro nombre. El problema va más allá de la universidad, un reglamento es solo una solución inmediatista. Se necesita una Ley que permita la rectificación de nombre sin pasar por la vía judicial, que sea solo administrativo. Eso lo estamos trabajando con todos los colectivos”, indicó Chávez.

Ana Flavia también estudió en la UNSA y sufrió lo mismo que Bruno. Pese a que pidió que la traten con su nombre femenino, el 95% de los docentes la llamaban como masculino. También tuvo dificultades en el uso de los baños. Y pese a su transformación e incluso operación en todo sus documentos universitarios figura su nombre de varón. Apoya la iniciativa de Bruno, pero ella batalla por una ley que beneficie a toda su comunidad.

- Investigación -
El defensor universitario, Dante Cervantes, explicó a El Comercio que abrió una investigación preliminar sobre el caso y ha solicitado que se recaben los medios probatorios para determinar si hubo discriminación contra el alumno. Se cursó citación al afectado, a los docentes implicados y a los posibles testigos.

Cervantes aclaró que el universitario no presentó ninguna queja o denuncia en la Defensoría y que el proceso es de oficio. Es el primer caso sobre controversia de identidad de género que se presenta en la universidad. “Nuestro estatuto establece que no debe haber discriminación por ninguna circunstancia, menos por opción sexual. Tampoco hay trato diferenciado, de acuerdo a la constitución todos los peruanos somos iguales”, manifestó el defensor.

En caso exista algún otro caso similar donde un alumno se vea afectado en sus relaciones por tener una diferente identidad de género, Cervantes pidió que el afectado acuda a su autoridad inmediata que puede ser su decano de Escuela, luego de agotar ese procedimiento recién puede acudir a la Defensoría Universitaria.

Bruno Montenegro fue citado por la Defensoría para rendir su declaración y en el documento figura con su nombre social masculino “Ve no es tan difícil. Es un derecho que nos reconozcan como somos. Lo que estoy pidiendo no va afectar a los demás, solo hará que los estudiantes trans estemos mejor”, agregó.

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