A mediados de la década de los 20’ llegó al pueblo de Camaná Jesús Vergara Morris, el primer fotógrafo que trabajaría en esa zona de la costa de Arequipa. Durante más de cuatro décadas, Vergara Morris, nacido en Pisco, se dedicó a retratar las costumbres y los personajes de esa provincia que recién estaba ingresando a la modernidad. Luego de su muerte, en 1965, las fotos que tomó Vergara Morris quedaron en el olvido. Sin embargo, en el 2009, su nieto Milton Zevallos Vergara empezó a digitalizar los cerca de 4.000 negativos que encontró en los archivos familiares y rescató el legado de un artista que había captado al detalle la cotidianidad de un poblado al borde del mar. Sobre la base del material de su antepasado, Milton Zevallos elaboró la exposición fotográfica “Camaná fue así”, la cual podrá visitarse hasta el 2 de mayo en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa (en la Calle San Francisco 308).
— ¿Cómo fue la llegada de tu abuelo a Camaná?
De muy joven mi abuelo partió de Pisco y se fue a Lima a buscarse la vida. Ahí aprendió el oficio de fotógrafo y empezó a trabajar de manera itinerante. Llegaba a los puertos y luego iba caleteando por los poblados del sur. Primero estuvo por Ayacucho y otras ciudades de la sierra. Luego, llegó al puerto de Quilca y se dirigió al valle de Camaná. Al ver la tranquilidad de la zona decidió quedarse ahí para instalar su estudio foto gráfico.
—¿Qué características tenía la ciudad en ese entonces?
Era un sitio pequeño y muy apacible en donde tenías todo a la mano: de las chacras y del mar sacabas los alimentos que necesitabas. Según se puede ver en las fotografías de mi abuelo, a comienzos del siglo XX Camaná era un poblado sin vías asfaltadas, hospitales ni servicios básicos como electricidad o alumbrado público.
—Entonces, ¿su abuelo tuvo condiciones poco favorables para realizar su trabajo?
Su primer estudio estaba ubicado en la casita que había alquilado al ingreso del pueblo. Como no había electricidad abrió un hueco en la pared para que entrara luz para sus sesiones. Por otro lado, prefería tomar fotos en las calle, en pleno día, ya que por muchos años no tenía energía para hacer funcionar el flash.
—¿Cuál creer que es el principal aporte de la fotografía del estudio Vergara Morris?
De esa misma época conocemos los archivos de Max T. Vargas y Martín Chambi, que muestran la vida de las ciudades. Con esa referencia, pienso que la obra fotográfica de mi abuelo tiene un gran valor histórico, documental y artístico ya que es uno de los escasos registros de las poblaciones de la costa arequipeña que existen de esa época. No hay precedentes de un archivo similar en una provincia del sur de Perú.
—¿Qué tipo de imágenes de Camaná puede encontrar el público en la exposición?
En primer lugar, aparece la vida cotidiana: retratos de los equipos de fútbol, la cosecha del arroz, los veraneantes en el balneario La Dehesa y los ritos mortuorios. En las fotos también aparecen personajes famosos o curiosos que pueden llamar mucho la atención. Por ejemplo, en el archivo encontré un retrato de Santos Pastor, quien vivió más de 126 años y fue considerado en su tiempo el hombre más longevo del mundo. Además, hay un registro de Pedro Llosa Bustamante, el abuelo de Mario Vargas Llosa, cuando fue alcalde de la provincia de Camaná. En otra imagen, aparece la camaneja Madeleine Hartog, quien fue Miss Mundo en 1967.
—¿Cómo empezaste a recuperar estas fotografías?
Cuando mi abuelo falleció en 1965, mi madre y mi tía continuaron con el estudio fotográfico hasta 1980. Ellas se dedicaron más a la fotografía de estudio. Durante esos años, los negativos de mi abuelo, que en su mayoría estaban en tubos de vidrio, se quedaron archivados en un rincón de la casa. Hace seis años, el escritor Juan Carlos Gamarra, quien había escrito una biografía sobre Santos Pastor, el hombre más longevo del mundo, me pidió que rebuscara en los archivos para hallar su foto. Empecé a bucear entre los negativos y sentí la necesidad de digitalizarlos todos.
—¿Cuál era tu intención al elaborar esta muestra?
No solo quise rescatar el legado de mi abuelo sino mostrar cómo era la vida de Camaná hace un siglo. ¿Cómo se vestían? ¿Qué costumbres tenían? ¿Cuánto hemos cambiado? Comencé con una exposición en la ciudad de Camaná. Ahora estoy en Arequipa y mi intención es que la exposición recorra más lugar del Perú.
— ¿Cuántas fotografías tomó su abuelo a lo largo de su vida?
He encontrado alrededor de 4.000 tubos de negativos y debo haber digitalizado recién la mitad. El proceso ha sido arduo ya que lo hice artesanalmente. Soy dentista, y con el negatoscopio que uso para captar las radiografías, revelé los negativos usando una luz fuerte. Para que salga bien hay que hacerlo con mucha precisión y paciencia, así que me esperan aún varias amanecidas para culminar todo el trabajo.