Las protestas contra el proyecto minero Tía María en el Valle de Tambo, en la provincia arequipeña de Islay, apenas son controladas por la policía. Tras el fallido intento de restablecer el orden en los distritos de Cocachacra, Deán Valdivia y Punta de Bombón, los agentes tuvieron que retroceder hasta el puente Pampa Blanca. Esta zona aún es controlada por los manifestantes, entre los cuales hay infiltrados que emplean explosivos y armas de fuego, reveló ayer el general PNP Luis Enrique Blanco Ridoutt, jefe de la policía en Arequipa.
“Hemos encontrado infiltrados que tratan de atentar contra el Estado de derecho, al extremo de atacar una comisaría. Esto ha dejado de ser una demanda social y ha pasado a otro escenario más violento, que atenta contra la vida. Los policías no solo son atacados con piedras, sino también con otros proyectiles y hasta con cartuchos de dinamita”, dijo Blanco.
El oficial llegó a esta conclusión tras el enfrentamiento producido el último domingo, en que un poblador, identificado como Richard Chañi Calcina (23), y un policía resultaron heridos. El joven presentaba un orificio de bala en el pie derecho, que habría sido causado por un proyectil de calibre 22 milímetros. Blanco explicó que esta munición y el arma de la que salió no son de uso policial.
“Creemos que alguien disparó accidentalmente hacia el suelo y lo hirió”, sostuvo.
En tanto, agentes de la Unidad de Servicios Especiales (USE) de la PNP destacados al puente Pampa Blanca, en Cocachacra, contaron a este Diario que el policía afectado –cuya identidad no fue revelada– presenta un orificio de bala de entrada y salida en un brazo. Indicaron que inicialmente atribuyeron la herida al impacto de un cohetón.
[Lea más en nuestra edición impresa]