CARLOS ZANABRIA
Durante casi una hora, los arequipeños observaron pequeñas fumarolas sobre el cráter del volcán Misti. La actividad -que fue catalogada como normal por los especialistas del Instituto Geofísico del Perú (IGP)- atemorizó a los habitantes de los poblados ubicados a menos de 12 kilómetros del macizo, pues también incrementaron su actividad los volcanes Ubinas y Sabancaya, distantes apenas 70 kilómetros de la Ciudad Blanca.
El jefe del área de investigación en Vulcanología del IGP, Orlando Macedo, explicó que las fumarolas son producto de la evaporación del agua que ingresó al cráter del volcán. Descartó que estas contengan gases magmáticos.
El Misti es un volcán joven. Aunque se creía que estaba dormido, los especialistas del Ingemmet y el IGP coinciden en que está en actividad y que la emisión de fumarolas es constante. Incluso los arequipeños llegan a encontrarles formas similares a las de un sombrero o una chalina.
MONITOREO
El monitoreo del volcán se realiza mediante 4 disciplinas. La más sencilla es la visual. Mediante el uso de cámaras de video y fotografía se registra la emisión de fumarolas.
Además, se realiza la observación geoquímica de las fuentes de agua próximas al volcán. Periódicamente se toman muestras en Jesús, Charcani y Tingo.
Mediante la instalación de prismas en el cono volcánico se realiza el control geodésico; es decir, se observa la deformación de la estructura.
Finalmente se realiza un minucioso monitoreo sísmico, mediante una red de sismógrafos.