En los últimos días, el volcán Sabancaya, ubicado en la margen izquierda del valle del río Colca, en la región Arequipa, ha incrementado ligeramente su actividad eruptiva, emitiendo cenizas con mayor intensidad de las arrojadas semanas y meses atrás.
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Asimismo, el cambio de dirección de los vientos hace que las cenizas se desplacen hacia los poblados aledaños al macizo. Rigoberto Aguilar, ingeniero del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), indicó a El Comercio que esta situación ya se ha producido en anteriores ocasiones durante el actual proceso eruptivo del Sabancaya, iniciado el 10 de noviembre del 2016, aunque lo más común es que las cenizas se dispersen en sentido sur y sureste.
“Ya hemos cumplido tres años de erupciones con emisión de cenizas. El número de explosiones es variable. Hay días donde se han alcanzado hasta 100 erupciones. En estos días hemos tenido entre 10 y 20 explosiones por día. La diferencia a otras veces es la dirección a la que están soplando los vientos, que normalmente lo hacen hacia al sur y sureste del volcán, donde no hay mucha población. Pero desde el martes están soplando hacia el norte, donde están ubicados los pueblos del valle del Colca. Se ha registrado caída de cenizas, principalmente en los pueblos de Achoma, Lari y Maca, incluso en Chivay”, señaló.
El especialista agregó que el cambio del soplo del viento se debe a la altitud del Sabancaya (5.800 m.s.n.m.) y de las condiciones climáticas en la zona.
Sin embargo, algo nuevo que está ocurriendo en los últimos meses en el volcán Sabancaya es el crecimiento de un domo al interior del macizo. Un domo es un cuerpo de lava que asciende por el cráter del volcán y se va acumulando lentamente. Tiene una forma semicircular, pero en realidad es magma.
“Este domo no está tapando completamente el cráter, es por eso que ocurren explosiones con emisiones de ceniza. Como Ingemmet hemos estado siguiendo el crecimiento de este domo con la red de monitoreo que tenemos desplazado en el volcán Sabancaya y también en campañas de campo que realizamos permanentemente y sobrevuelos con drones, donde hemos podido tomar imágenes inéditas de este domo que nos ayuda a saber cómo va evolucionando su crecimiento”, detalló Aguilar.
Añadió que este domo no se había observado en las erupciones anteriores de los últimos años en el Perú. “No hemos tenido este tipo de fenómeno, el crecimiento de un domo que se combine con explosiones y emisión de cenizas”, expresó.
-Posibles escenarios-
Entre los posibles escenarios respecto a la evolución de este domo es que si continúa creciendo y llena todo el cráter puede desbordarse y crear flujos de lava. “Este sería el evento menos peligroso porque los flujos de lava, en el caso de los volcanes peruanos, descienden por el flanco del macizo a velocidades muy lentas y solo pueden llegar a tres o cuatro kilómetros de distancia”, explicó el experto.
Otro escenario es que el domo crezca y por efecto de la gravedad colapse, lo que generaría flujos piroplásticos (materiales muy calientes). “Estos flujo sí se desplazan a altas velocidades y pueden llegara a varios kilómetros de distancia. Lo que preveemos es que lleguen a 10 o 12 kilómetros de distancia del cráter. Lo bueno es que en el caso del Sabancaya no hay población cercana hay cráter. El poblado más cercano es Achoma y está a 20 kilómetros”, sostuvo.
-Lluvias-
Aguilar también dijo que en época de lluvia las cenizas emitidas por el volcán, que se acumulan alrededor de este, se pueden mezclar con el agua pluvial y generar huaicos o los denominados lahares. “Estos lahares pueden descender por las quebradas. Este fenómeno ya ha ocurrido en años anteriores, normalmente entre noviembre y febrero”, indicó.
Asimismo, estos lahares pueden descender por una quebrada cercana al Sabancaya que se llama Pinchollo, zona muy visitada por los turistas. La caída de huaicos pueden bloquear la carretera de acceso y vías de irrigación.
-Caída de cenizas-
Sobre la caída de cenizas, Aguilar explicó que las emitidas actualmente por el Sabancaya son partículas finas, del tamaño de la arena o el polvo, por lo que son fácilmente transportadas por el viento.
“La gente debe utilizar lentes, protectores de ojos, también mascarillas para proteger las vías respiratorias y el sistema digestivo. Además tiene que cuidar las fuentes de agua de consumo humano y cerrar las viviendas para que la ceniza no ingrese”, recomendó.
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