El Congreso de la República aprobó el último 29 de marzo un proyecto de ley que permitiría a las municipalidades distritales incorporar armas no letales y equipamiento adicional a los serenazgos. Este estaría compuesto por cuatro artefactos, entre elementos disuasivos y de protección personal. Aún debe ser aprobada por el Ejecutivo para entrar en vigencia.
La autógrafa mencionada reúne hasta tres proyectos de Ley previos y está compuesta de dos artículos que buscan modificar la Ley 31297, Ley del Servicio de Serenazgo Municipal. En primer lugar, se enfatiza en que, de manera adicional a los agentes policiales, las Fuerzas Armadas también instruirán al personal municipal. A esto se suma la modificación en el equipamiento.
En segundo lugar, la autógrafa busca añadir el artículo 21-A, el cual establece que la autoridad municipal deberá proveer los recursos respectivos “para el equipamiento, la capacitación y las evaluaciones psicológicas periódicas de los serenos municipales”.
El pasado 2 de abril, durante un operativo en el distrito de Independencia, el ministro del Interior, Vicente Romero, arguyó ante América Noticias que “que sí es necesario que ellos [los serenos] manejen armas no letales de manera que colaboren y contribuyan a la seguridad de todos los ciudadanos”.
En dicho sentido, mencionó que su sector está alistando capacitaciones, pues es un “riesgo” que el personal de Serenazgo no esté preparado. “Estamos preparando entrenamientos para capacitarlos y puedan estar adecuadamente entrenados”, señaló Romero.
Estos elementos son utilizados para inhabilitar a una persona. En un estudio publicado en la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos, se evidenció que el mal uso de las esposas puede concluir en lesiones en las muñecas, incluyendo fracturas y daños en los nervios.
Si bien el proyecto no especifica cuál es el nivel de chaleco a utilizarse, estos reducen la capacidad de movimiento funcional del operario, por lo que su aplicación debe acompañarse de entrenamiento. Así lo demostró un artículo publicado en la Revista Internacional de Ciencias del Ejercicio.
Están compuestos de químicos irritantes que generan ardor profundo en la persona rociada. Según una investigación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, estos pueden comprometer la salud gravemente, e incluso, generar estímulos que puedan concluir en un fallecimiento, razón por la cual se debe entrenar a los portadores.
El Manual de Operaciones de Mantenimiento y Restablecimiento del Orden Público de la Policía Nacional explica que hay zonas anatómicas que, de ser golpeadas, pueden causar la muerte o comprometer la integridad física y emocional del individuo. Por esto, la PNP no permite su uso en efectivos no entrenados.
El Comercio entrevistó a Abdul Miranda, gerente de seguridad ciudadana de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), quien recalcó que la comuna respalda la decisión del Congreso.
El funcionario agregó que parte de los elementos indicados en la autógrafa ya eran empleados en algunos municipios, como los chalecos antibalas y las varas. Sin embargo, enfatizo en que “si van a usar las varas, [deberían ser] de goma y no rígidas [como las fonfa], porque estas se podrían convertir en un arma letal”.
“El uso del gas pimienta es una novedad para el uso de los serenos. Eso sí me parece una buena opción porque lo que hace es irritar la vista y las fosas nasales de manera momentánea. En ese tiempo, un sereno puede reducir a un delincuente”, resaltó Miranda.
El vocero enfatizó en que la MML está en contra del uso de armas con munición de goma. El proyecto de Ley buscaba permitir la utilización de escopetas con munición menos letal, pero fue posteriormente eliminado antes de ser aprobado por el Congreso.
Finalmente, Miranda explicó que la Municipalidad entregó “un edificio de siete pisos al Poder Judicial para que funcionen los juzgados de flagrancia. Allí, los delincuentes que sean llevados, [por los serenos o la policía] serán procesados y sentenciados”.
Opiniones encontradas
En conversación con El Comercio, el exviceministro del Interior, Ricardo Valdés, consideró que la nueva medida “puede ser un paso previo a generar policías municipales. Esto implica una situación de competencia con la Policía Nacional, lo que significaría la fragmentación del control del orden interno, y sería contraria a la Constitución”.
“Se está desvirtuando la norma que crea el servicio de los serenazgos. Dicha normativa tiene como objetivo prioritario la prevención. A los serenos se les debería dotar de mayores elementos de comunicación y patrullaje, antes de darles gas pimienta o bastones tonfa”, enfatizó Valdés.
Finalmente, el exviceministro advirtió que la autógrafa representa un peligro para el personal municipal, ya que se les estaría “asignando una responsabilidad que le compete a la Policía” en la lucha contra el crimen.
Por su parte, el exministro del Interior, Rubén Vargas, concluyó, en entrevista con El Comercio, que no habría “una interferencia con la labor de la policía porque [se trata] de las funciones municipales respecto a la seguridad ciudadana. No se está generando una duplicidad de funciones”.
“La autoridad que responde y auxilia de manera más próxima al vecindario es el serenazgo. Por esto, creo que es importante dotarlos [a los serenos] de mayor logística que les permita hacer frente a la inseguridad cotidiana”, opinó el exministro.
Sin embargo, Vargas advirtió que “si no los capacitamos y les damos armas no letales, caemos en el facilismo y estas podrían convertirse en letales. Es sustancial que los alcaldes entiendan que esto no puede [suceder], y esa responsabilidad es de las propias autoridades distritales”.
Previamente, en conversación con RPP Noticias, Percy Castillo, adjunto para los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, refirió que “no existen armas no letales” y lo que se refiere en el proyecto de ley son a “armas menos letales”, según sustenta las Naciones Unidas.