La noche del sábado 1 de abril, día previo al Domingo de Ramos, la casa de los mayordomos de la festividad de Cristo Ramos alojó a cientos de visitantes que llegaron en grupos para venerar al santo patrón en el Centro Poblado Porcón Bajo, en la región Cajamarca.
La Fiesta de las Cruces es una antigua expresión de fe, que escenifica el ingreso triunfal de Cristo a Jerusalén acompañado de más de 40 cruces que los marcadores sostienen entre la multitud. Llegan de todas partes para venerar a Cristo y, con rezos, incienso, cánticos y baile los fieles devotos rinden homenaje en el inicio de Semana Santa.
Julián Ayay Calua y Bella Chilón Tasilla son los mayordomos y anfitriones de la fiesta. Cubren los gastos de alimentación a los visitantes y pagan la misa del día central. Su casa abre sus puertas para que los apóstoles, ángeles, freneros, marcadores y fieles devotos entreguen su fe a Cristo Ramos.
Son tantos los fieles que quisieran ser mayordomos que “hay cupo para el 2035″, dice Juan Chilón, poblador y devoto. “Los actuales mayordomos tuvieron que esperar 13 años…”, prosigue.
La comida la compartieron sentados alrededor de una joijona (tela larga sobre la que se sirven los alimentos en el campo) y el pan, la cancha, el vino, los cuyes y el estofado de carne esperaban por los cientos de comensales que arriban desde Cajamarca, Bella Unión, Chugurpampa, El Milagro, La Ramada, Shilimpampa, Porcón Alto, Santa Bárbara, Choroporcón, Huambocancha Alta y Baja.
Las cruces
Dicen los pobladores más antiguos de Porcón que solo existieron tres cruces y con el tiempo la fe convirtió esta tradición en una celebración de piedad popular. Las cruces, elemento principal de la celebración, pesan entre 80 y 90 kilogramos. Las grandes estructuras de madera fueron adornadas de brillantes espejos, coloridas flores e imágenes de Jesús y la virgen María. Grimaldo Chilón es el padre de la mayordoma y a sus 94 años dirige a los cargadores. Su cruz es la más antigua de todas y con ella habría nacido esta solemnidad.
Los marcadores
Alexis Tafur es marcador de la Santísima Cruz del Barrio Samana Cruz de Cajamarca hace 13 años. Partieron a la medianoche y tardaron tres horas para llegar a la casa del mayordomo. A su ingreso, los anfitriones de casa los reciben con chicha de jora, cerveza y comida. Los devotos agradecen su visita con aplausos, mientras un promedio de 40 marcadores y sus acompañantes hicieron una reverencia como signo de amor y profundo respeto. Alexis dice que es reconfortante cargar la cruz, porque “nos sentimos libres de todo pecado. Es un acto de fe y penitencia. Significa: Señor estoy contigo, por eso venimos en procesión”.
Los apóstoles
Los doce apóstoles, reunidos en la sala principal de la familia Ayay Chilón, alabaron a Cristo Ramos con cántinos en español y quechua. Después del saludo de perdón se colocaron unas coronas de doce ramas de olivo que cuelgan desde su cabeza y dirigen las plegarias que acompañan al Cristo. “Ser apóstol es un privilegio que pone a prueba nuestro amor por el señor”, exclama Wilman Tejada, último apóstol de la festividad hace cinco años.
Raquel Alcalde, promotora turística y cultural de la empresa Mónaco, conversó con El Comercio e informó que la festividad de Cristo Ramos constituye una de las celebraciones más importantes del calendario turístico nacional y en los últimos años se ha convertido en una propuesta de turismo vivencial que busca reactivar la economía regional después de la pandemia. “Semana Santa en Cajamarca atrae a muchas familias, la mayoría del norte del país que busca conocer nuevas experiencias de fe”, sostiene.
LOS PERSONAJES
Los ángeles
Los ángeles son doce niños varones, menores de seis años inscritos por sus padres para ese rol. Jalan las fajas que tiene la burrita que lleva a Cristo Ramos.
La señorca o burrita
La señorquita, como le conocen popularmente, transporta sobre sus lomos la imagen de Cristo durante la procesión hasta la Capilla de la Hacienda. Esta tradición sigue vigente en Porcón y el animal elegido forma parte de un ritual que debe cumplirse a detalle. Está en ayuno, la bañan y le cortan el pelo, pero además le ofrecen 5 panes a la medianoche.
Los freneros
Los freneros son los encargados de adornar a la burrita y se encargan de limpiar los frenos, montura y cuidado de la burra ceremonial durante su recorrido de peregrinación.
El servicio
Son elegidos por el mayordomo principal o de cruz y su misión consiste en atender las necesidades de comida y bebida de los asistentes a la celebración.
Después de la misa en la capilla de Porcón, algunas cruces regresan a sus lugares de origen y otras se dirigen a la casa del gloriero.
El gloriero
El gloriero prepara los últimos rezos y ofrece una botella de aguardiente con dos mates de chicha a los acompañantes de todas las cruces que van a despedirse. La imagen del Señor de Ramos permanecerá allí hasta el Domingo de Pascua y regresará a la Capilla para reencontrarse con sus fieles el próximo año.