Luego de unos siete meses de espera, el pasado 30 de marzo se aprobó el reglamento para la Ley Nacional del Cáncer. Es sin lugar a dudas un avance sustancial en la atención oncológica, que por mucho tiempo ha sido descuidada. Pero ¿cómo esta nueva normativa puede cambiar aquel panorama? El Comercio conversó con pacientes y un especialista en el tema para resolver esta pregunta.
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Viajes recurrentes
Alrededor de siete horas le toma a Leslie Nolasco llegar a Lima desde Huancayo, donde vive. Cada 15 o 21 días tiene que ir el INEN por el cáncer de mama que padece. Pero sus viajes no son solo para ser tratada, sino también para hacerse diversas pruebas y análisis, cada uno en distintas fechas.
“Uno tiene que viajar constantemente. Y es que muchos de los pacientes que venimos de provincia no tenemos familiares en Lima. Felizmente hay albergues que nos apoyan”, detalla Leslie.
“Es frustrante. Es muy tedioso. A veces hay paros. Muchas compañeras han perdido sus quimioterapias y citas por las últimas huelgas. Deben ahora reprogramarlas, y están dando citas para junio o julio”, cuenta Leslie.
Los institutos regionales de enfermedades neoplásicas (IREN) se ubican en Trujillo, Arequipa y Junín. No obstante, la atención oncológica se centra en Lima, en el INEN, donde la mitad de pacientes son de provincias. De acuerdo a Diego Venegas, exviceministro de Salud, el nuevo reglamento permite fortalecer varios puntos claves para combatir este problema..
“El artículo 9.5 del reglamento establece que el INEN tendrá que aceptar los resultados de exámenes de otros lados para tomar decisiones. Lo mismo va a ocurrir en los hospitales que tienen la política de repetir todas las pruebas. Esto puede reducir los tiempos de espera, que van de 15 a 30 días”, indica.
Él agrega que el reglamento plantea la creación de la red oncológica nacional, la cual permitirá que los centros de salud con servicios oncológicos estén interconectados; por ejemplo, si una paciente necesita realizarse un examen en Junín, debe comunicarlo a un coordinador de la red, quien le dirá el lugar más cercano donde se podrá hacer el análisis. Esta prueba será válida para que su médico tratante, ya sea en Junín, Lima o en cualquier otra región, pueda atenderla, detalla Venegas. En otras palabras, los centros ya no funcionarán como islas aisladas, ofreciendo un servicio integral.
El INEN será el organismo público ejecutor y conductor de la red oncológica nacional. Diego Venegas opina que esto podría limitar los recursos humanos y la logística de la red, ya que el INEN debe mantener a la par su trabajo como centro de atención oncológica.
Por otro lado, Mauricio León, jefe de la Unidad de Mastología de la Clínica Ricardo Palma, que la falta de especialistas calificados en provincia es también una gran problemática.
“No hay más de 30 pediatras oncólogos en el Perú, y el 100% está en Lima, como si no hubiese cáncer pediátrico fuera de la capital”, advierte León.
El especialista señala que se ha planteado la creación de una red de servicios de oncología pediátrica en Piura, Lambayeque, La Libertad, Callao, Cusco, Arequipa, Junín y Loreto. De esta forma, los pacientes menores de edad no tendrán que viajar a Lima con sus padres o tutores para ser tratados.
Mejores tratamientos
A Pina Rodríguez le diagnosticaron cáncer de pulmón en el 2020, en plena pandemia. Inició su tratamiento en el INEN pero finalizada su cuarta quimioterapia le dijeron que debía ser sometida a una inmunoterapia. Sin embargo, la junta médica le negó el tratamiento, argumentado que el precio de los medicamentos era muy alto.
Meses más tarde, le propusieron ser parte de un ensayo clínico de una inmunoterapia experimental. Ella aceptó, sabiendo los riesgos que existían, pero era lo más cercano a lo que necesitaba.
“Mi cáncer ha avanzado pero no ha pasado a otros órganos. He resistido bien, a pesar de que vivo sola y hago mis cosas sola. Creo que vieron eso y por eso me ofrecieron ser parte del ensayo clínico de un tratamiento de inmunoterapia. Yo tengo el Seguro Integral de Salud (SIS), pero parece que no alcanza para recibir una inmunoterapia”, comenta.
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El nuevo reglamento establece un plazo de unos 90 días para evaluar y autorizar fármacos y dispositivos médicos que sean de alto costo o que no estén dentro del Petitorio Nacional Único de Medicamentos Esenciales. El período puede reducirse a 72 horas si se trata de una emergencia. Además, la normativa indica que cada dos años se actualizará el listado de los medicamentos oncológicos complementarios. En otras palabras, el estado facilitará el acceso a fármacos de alto costo y reducirá el tiempo de espera para su aprobación.
Aunque suene bien, Venegas opina que la ley creará una barrera más grande en la adquisición y aprobación de medicamentos.
“El médico va a solicitar un fármaco que no se encuentra en el petitorio o es de alto costo. Pasarán siete días, luego el comité lo envía a la Red Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Renetsa), pasan siete días más. En la Renetsa uno va a tener que esperar 45 días o 90 días, y, finalmente, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) no especifica cuánto tardará en comprar el producto”, explica el experto.
Escenario específico
Indyra Oropeza recuerda que eran 15 las personas en el pasillo oncológico de la clínica donde se atendía, todos con leucemia. Hace unas semanas falleció uno del grupo, solo queda ella.
“Todos ellos murieron porque la burocracia hizo que el tratamiento no llegara a tiempo, porque no había dinero para salir del país en busca de mejores procedimientos, porque no había una máquina o porque un hospital no podía prestar una tecnología”, dijo la joven.
A través de un trasplante de médula Indyra superó la leucemia que le detectaron. Sin embargo, la operación causó que su cuerpo desarrollara la enfermedad de injerto contra huésped, que produce graves daños en los tejidos y órganos.
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Muchos de estos casos específicos necesitan con urgencia diversos productos que no están incluidos en el petitorio o en lista complementaria. En estas situaciones, el reglamento señala, en el artículo 13.4, que en un plazo no mayor de 24 horas se deberá solicitar la autorización al comité farmacoterapéutico. No obstante, el paciente no deber ser terminal, y en muchos casos las personas con enfermedad de injerto contra huésped han pasado por varios tratamientos sin éxito y pueden tener una expectativa de vida menor de tres meses.
“Cuando aparezca la enfermedad de injerto contra huésped, que es una emergencia, ¿cómo van a discriminar este criterio que el reglamento señala de terminalidad? Y esto se lo están dejando al médico especialista, según la norma. Hay un tema discrecional que lamentablemente no dice más el reglamento”, sostiene Venegas.
Si bien no se puede negar que este reglamento y la Ley Nacional del Cáncer son un avance importante en la atención oncológica en el Perú, y tienen el potencial para hacer la diferencia, todavía presentan falencias. Es necesario, afirma Venegas, mantener un monitoreo y seguimiento para que lo bueno de esta normativa se cumpla a cabalidad.