La agresión a una joven venezolana en Cajamarca es uno de los casos que el embajador de Venezuela en Perú, Carlos Scull, atiende desde hace algunas semanas. Pese a este y otros cuestionables ataques contra la comunidad venezolana, el diplomático afirma que el Perú ha sido uno de los países más solidarios en atender la migración. El 30 de setiembre y 7 de octubre se reunió con autoridades de la cancillería, Defensoría del Pueblo y Migraciones dentro de la agenda de protección a la población venezolana en el país.
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— ¿Cuál fue la principal conclusión de la reunión que tuvieron con la cancillería y la Defensoría del Pueblo?
La semana pasada, salieron una serie de videos donde varios venezolanos se vieron agredidos y eso causó conmoción en la comunidad venezolana en el Perú. Nosotros estamos agradecidos porque este ha sido uno de los países más solidarios. No sentimos que el Perú sea un país xenófobo o donde haya discriminación. Tuvimos una reunión donde solicitamos formalmente protección para nuestros ciudadanos, que se atiendan estos casos. Establecimos un canal de WhatsApp (922-534-337) para recibir ahí las denuncias. Tenemos que caminar hacia una sociedad más tolerante, justa y donde se aprecie la diversidad. Entender que el mensaje es que los venezolanos quieren trabajar y salir adelante.
— ¿Qué otros acuerdos tuvieron?
Hicimos una solicitud formal al Gobierno Peruano para regularizar la situación migratoria de aquellos venezolanos que entraron después del 31 de octubre del 2018.
— Luego del plazo para obtener el permiso temporal de permanencia (PTP).
Sí, alrededor de 300 mil personas están como solicitantes de refugio, algunos como turistas, pero creemos que si tenemos una regularización migratoria va a ser bueno para los venezolanos. Primero porque se van a poder formalizar. Lo segundo, es bueno para el Perú porque habrá más fiscalización. Los venezolanos también se pueden sujetar a las normas y los derechos laborales, y además tributar. Según Sunafil, solo 40 mil ciudadanos venezolanos están formalizados. Con base en eso vamos a trabajar.
— En su opinión, ¿qué ha detonado el rechazo a la comunidad venezolana? En una encuesta que publicamos en El Comercio, el 62% de venezolanos de cinco ciudades respondió que se ha sentido discriminado.
Es una migración avasallante y, claro, ¿cómo se absorbe? También, lamentablemente, hay venezolanos que han cometido delitos. Es una minoría, pero el impacto que ha causado ha sido muy negativo, empaña la imagen de la gran mayoría que quiere trabajar. Lo que creemos es que no se puede dimensionar, ponerle nacionalidad a unos criminales. Cuando se señala en los medios, se hace mucho énfasis en el tema de la nacionalidad de la persona que comete este delito, en términos de percepción puede afectar a los demás.
— El Gobierno Peruano ha venido difundiendo la expulsión de venezolanos relacionados con delitos. ¿Cómo atender también esta realidad?
Nosotros respetamos la soberanía del Gobierno, que cada uno toma las medidas pertinentes para proteger el país según sus leyes, normas y aplicarlas como debe. Ahora, nosotros lo que sí pensamos, y el mensaje que queremos dar, es que no se puede generalizar que todos los venezolanos puedan ser malos. Nosotros estamos dispuestos, como embajada legítima, a cooperar para evitar que estas personas entren al país. Cuando hablamos que han salido más de 4 millones y medio de personas, se pueden filtrar estos elementos.
— ¿Cómo están impactando en el desplazamiento de los venezolanos en Sudamérica los visados implementados en el Perú, Chile y Ecuador?
Al haber más restricciones obviamente complica lo que se llama el corredor humanitario. Lo importante es que haya coordinación regional para que los venezolanos, sobre todo los que están en situación de vulnerabilidad, puedan establecerse en algún país receptor. Muchos venezolanos están saliendo de una situación difícil, pero hay que ver que los países que dan el visado estén coordinados.
— ¿Y no lo están?
Se hacen reuniones de movilidad, pero hay que seguir avanzando. Hay un punto importante, que se necesita mayor cooperación internacional. Estamos hablando de que hay una brecha muy grande entre lo que se da a otras crisis migratorias, como Siria, Sudán del Sur, en comparación con la crisis migratoria venezolana en temas de cooperación.
— ¿Qué opina sobre la cobertura de hechos que tienen que ver con la comunidad venezolana en el Perú?
Hay que informar lo que sucede, y eso es así. Lamentablemente, en algunos hechos que han causado conmoción, y nos avergüenza muchísimo, han estado involucrados venezolanos, y cuando eso sucede, aunque a veces son focos, nos avergüenza. Creo que ahí lo que hay que hacer es trabajar con los medios para, como dije, no se generalice y podamos visibilizar lo positivo de la migración venezolana. Eso tiene que tener su espacio y también todo este tema de delitos... hay un tema de seguridad ciudadana que no se puede enfocar en una sola nacionalidad.
— Vemos que dialoga con la comunidad en distintas regiones. De lo conversado, ¿cuál es el principal obstáculo que han encontrado en el Perú?
Muchos, por la crisis humanitaria ocasionada por Nicolás Maduro, llegan en una situación difícil. Comenzar de cero es lo más duro. Ese proceso de integración, de buscar trabajo, de todo lo que es regularizar su situación migratoria, creo que eso es lo más complicado y en eso hay que trabajar. Pero lo que hemos sentido en la mayoría es que están agradecidos con el Perú.
— ¿Todavía hay esperanza para los venezolanos que esperan que el régimen de Nicolás Maduro caiga?
Sí, estamos dando una lucha muy importante en Venezuela. Estamos enfocados en que cese la usurpación porque el régimen de Maduro destruyó el país. Para que el cambio se dé, lo hacemos no solo con la presión interna, sino con la presión de la comunidad internacional donde el Perú juega un papel importante.
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