"Las chicas del cable" trae de regreso los años 20 a la TV
"Las chicas del cable" trae de regreso los años 20 a la TV

En el corazón de “Las chicas del cable” late una telenovela, y a mucha honra: musas, amores, pasiones, desengaños y lágrimas. También hay personajes prototípicos que despiertan identificaciones de alcance universal: los villanos son desbocadamente malos y los buenos son un pan de Dios, aunque la sombra de una duda ética a veces se cierne sobre estos últimos, como para sacudirse de las acciones caricaturescas. Esta producción española no se complica para intentar empatizar con las audiencias globales. Los directivos de Netflix sonríen agradecidos.

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“Las chicas del cable” es, además, la recreación idealista de una época: a fines de los años 20 se inaugura el edificio de la compañía de telefonía más importante de España y casi todo emana el 'glamour' de un catálogo publicitario hecho con un presupuesto respetable. El estándar estético de Netflix no podía esperar menos de esta fábula melodramática. Nadie ha promulgado una ley que solo permita a “Mad Men” regodearse en el pasado con brillo.

Y en esa agitación social y tecnológica de “Las chicas del cable”, cuatro trabajadoras de la mencionada compañía (encarnadas por Blanca Suárez, Nadia de Santiago, Ana Fernández y Maggie Civantos) muestran sus rostros de seducción. Los matices del empoderamiento femenino abarcan a una provinciana encantadora, una madre sacrificada, una feminista arrojada y una mujer de antecedentes intrigantes. En sus dramas y alegrías íntimas se vive otra revolución.

CONEXIÓN MEDIÁTICA
Algo hermana a ese monstruo llamado Netflix con “Las chicas del cable”: el foco en una empresa que establece un nuevo orden en las comunicaciones. Hoy la revolución viene en streaming.

En el posicionamiento y la expansión global de Netflix también hay cabida para los lazos locales. O al menos eso parece. “Las chicas del cable” tiende ese hilo con España mediante una factura y narrativa aptas para conquistar a cualquier audiencia hispanohablante. Su éxito o fracaso condicionará los siguientes pasos de Netflix en la región. El porvenir queda en las manos de “Las chicas del cable”.

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