La población extranjera en los centros penitenciarios del Perú se ha triplicado en seis años. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), en julio del 2018, la población extranjera en los establecimientos penitenciarios del Perú era de 1.621. Hasta julio del 2024, el registro más actualizado hasta hoy, la cifra alcanza los 4.968.
Sobre su situación jurídica, del total, en julio del 2024, 2.910 extranjeros en los penales estaban procesados y 2.058 tenían sentencia. En julio del 2018, la cantidad de procesados era de 670, mientras que la de sentenciados era mayor con 951.
Por otro lado, con respecto al género, la cantidad de hombres extranjeros presos es de 4.634 (93.28% del total de extranjeros presos) y de mujeres, 334 (6.72% del total). Siete años atrás, la cantidad de hombres extranjeros en los penales ascendía a 1.381 (85.19% del total) y de mujeres a 240 (14.80% del total).
La Superintendencia Nacional de Migraciones registra 1′354.891 personas extranjeras residentes en el Perú hasta el 2023. La inmigración extranjera creció significativamente desde el 2018. En ese año, ingresaron 476.870 extranjeros al país, de acuerdo con cifras de Migraciones. En el 2019, ingresaron 354.444 personas.
En el 2020, el gobierno peruano determinó el cierre de fronteras terrestres debido a la pandemia del COVID-19. Aquel año ingresaron 163.670 extranjeros; 73.552 ingresaron el 2021. El 2022, las autoridades determinaron la reapertura de las fronteras terrestres; en ese año, 62.636 personas extranjeras entraron al Perú. Finalmente, el año pasado, Migraciones registró el ingreso de 33.826 extranjeros.
Principales países de procedencia de los reos
De los 4.968 ciudadanos extranjeros presos en los penales del país, 3.582 tienen nacionalidad venezolana. El segundo lugar corresponde a 747 presos colombianos. En tercer lugar, existen 163 ciudadanos ecuatorianos en los centros penitenciaros. En cuarto lugar, 99 mexicanos recluidos y, en quinto lugar, 67 bolivianos encarcelados.
Estas cifras representan una variación en el orden de los primeros lugares que se registraba en julio del 2018.
En aquel año, la mayor parte de ciudadanos extranjeros presos era de nacionalidad colombiana: 547. Los mexicanos ocupaban el segundo lugar de detenidos con 223. En tercer lugar, había 122 ecuatorianos recluidos y, en cuarto lugar, 87 bolivianos. Los ciudadanos venezolanos en los centros penitenciaros ocupaban el quinto lugar: 79.
Es decir, la cantidad de presos de nacionalidad venezolana en el Perú incrementó en 45 veces entre julio del 2018 y julio del 2024.
De acuerdo con Migraciones, la población venezolana residente en el Perú hasta el 2023 era de 1′161.482 personas. Las cifras de la institución muestran que, en el 2018, ingresaron 456.883 venezolanos. En el 2019, fueron 334.345.
La cantidad descendió en el 2020, pues solo entraron 157.946. En el 2021, 62.765 venezolanos ingresaron al país y 2022 lo hicieron 47.945 personas. Finalmente, el año pasado se registró el ingreso de 24.961 venezolanos.
Delitos más comunes cometidos por los presos extranjeros
Conforme a estadísticas del INPE hasta julio del 2024, los cinco delitos más cometidos por los presos extranjeros son robo agravado (1.304); robo agravado en grado de tentativa (641); tráfico ilícito de drogas (574); la promoción o favorecimiento del tráfico ilícito de drogas (277); y la fabricación, comercialización, uso o porte de armas (206).
Los otros delitos más comunes son el tráfico ilícito de drogas en sus formas agravadas (187), tenencia ilegal de armas (152), extorsión (144) —uno de los delitos que más a atemorizado a los ciudadanos en este año—, el asesinato (138) y la tenencia ilegal de armas de fuego, municiones y explosivos (73).
Salvo en los delitos de tráfico ilícito de drogas y la promoción o favorecimiento del mismo, los venezolanos fueron los ciudadanos extranjeros que cometieron la mayor cantidad de estos delitos.
¿Qué establecimientos penitenciarios tienen la mayor cantidad de presos?
Los tres establecimientos penitenciaros que reúnen a la mayor cantidad de presos extranjeros se encuentran en el departamento de Lima. El penal de Lurigancho tiene una población total de 9.812 personas, de la cual 1.045 son ciudadanos extranjeros (10.65%). En el penal Miguel Castro Castro reúne a 5.795 reclusos y la población extranjera es de 417 (7.20%). Además, en el centro penitenciario de Aucallama en Huaral tiene a 344 extranjeros (10.51%) de un total de 3.273.
Tres expertos analizan el panorama y sus repercusiones
Percy Castillo, exadjunto para los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, explicó a El Comercio que el incremento de ciudadanos extranjeros presos desde el 2018 tiene una relación directa con el ingreso de más de 1 millón 300 mil extranjeros. En segundo lugar, dijo que también se corresponde con el número de la nacionalidad mayoritaria de extranjeros que han ingreso: la venezolana.
“Cuando existe un movimiento humano tan grande de personas de una nación a otra, es habitual que un porcentaje mínimo incremente la cantidad de personas extranjeras detenidas; este es el caso que vemos en las cárceles del Perú”, arguyó.
“Dentro del gran número de ciudadanos venezolanos, hay personas que infringen la ley, pues no todos los migrantes aspiran a construir un futuro acorde a la ley en otro país. Entonces, se han trasladado al Perú, realizan inconductas sociales y se involucran en el ámbito delictivo. Por eso están privados de su libertad y corresponde que se les aplique la ley”, detalló Castillo.
Así también, el experto precisó que el fenómeno delictivo no se debe anclar al tema migratorio o a una nacionalidad, pues esto fomenta la xenofobia. “Por eso, la policía, la Fiscalía y las autoridades encargadas de la seguridad ciudadana y la aplicación de la ley deben actuar con fortaleza y herramientas para sancionar, capturar y sancionar a los extranjeros que cometan delitos en el país”
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Eduardo Pérez Rocha, exdirector de la Policía Nacional (PNP), considera que el incremento de extranjeros recluidos guarda relación con el aumento de acciones delincuenciales violentas desde el 2018. “Esto explica cuáles son los principales delitos cometidos por los presos extranjeros en este año”, dijo.
Asimismo, indicó que la gran cantidad de inmigrantes ha servido de caldo de cultivo para las organizaciones criminales. “Las organizaciones criminales se han afincado en el país con la presencia mayoritaria de extranjeros y se están dedicando a delitos especializados. Por ejemplo, las extorsiones, el sicariato y la trata de personas”, sostuvo.
“Este año hemos visto que asesinan a personas con más de diez o veinte balazos. Eso no lo hace un sicario profesional, a quien solo le basta con uno o dos disparos, esto es una modalidad nueva y más violenta. El delito en aumento que más me preocupa es el de las extorsiones. Una o dos personas son las que realizan las amenazas, pero detrás existe toda una organización de 10 a más personas que lamentablemente está conformada en su mayoría por extranjeros. Ahora ni las orquestas de cumbia se salvan”, detalló.
José Luis Pérez Guadalupe, exministro del Interior y ex jefe del INPE, analizó las dinámicas entre presos venezolanos, peruanos y la autoridad penitenciaria en las cárceles del país. El experto argumentó que, mientras que en la calle se presentan más casos de asociaciones delictivas entre los delincuentes de estas naciones, en la cárcel, por el contrario, se manifiestan más sus diferencias y conflictos. “En este sentido, ya se pueden apreciar bandas binacionales que se insertan para potenciar sus actividades criminales en la calle”, mencionó.
Por otro lado, Pérez Guadalupe profundizó en un fenómeno complejo. “Anteriormente, no hubo necesidad de someter a los extranjeros a las reglas internas porque las cumplían sin mayores problemas. En cambio, ahora los internos peruanos sienten que es necesario obligar a los venezolanos a cumplirlas: primero, por el comportamiento díscolo de ellos, que no es más que la expresión de su cultura delictiva; en segundo lugar, por su número creciente; y, en tercer lugar, por la posibilidad que tomen algún poder dentro del pabellón”, puntualizó.