- “Están matando mujeres como nunca antes en la historia y las estadísticas ya no nos duelen”
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En los últimos siete años, cada día, en promedio, 174 mujeres han sido víctimas de violencia física y sexual. Las cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) revelan el entorno miserable en el cual debe convivir una mujer en el Perú. Durante ese mismo tiempo, las cifras no han bajado de los 121 feminicidios cada año. Solo hasta octubre de este año se han registrado ya 142 asesinatos. Lejos de generar consternación, las muertes se mantienen en medio de una atmósfera perversa. “No hay estupor, todo se ha normalizado”, comenta a El Comercio, Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima.
Los datos revelan que el verdugo está más cerca de lo esperado. El Ministerio Público, al analizar los feminicidios perpetrados en los últimos 14 años, encontró que en ocho de cada 10 casos el agresor tenía un vínculo sentimental de pareja con la víctima. De los 1.675 feminicidios investigados desde el 2009 hasta febrero del 2023, el 80,7% de los casos involucraba al asesino como pareja o expareja de la víctima. El restante 19,3% estaba distribuido entre vínculos familiares (8,9%) o conocidos de las agraviadas (6,1%). Además, se observó que el 59% de los feminicidios ocurrieron dentro de la vivienda de las víctimas.
Los Centros de Emergencia Mujer atendieron más de 38.000 casos
Rosa (nombre que usaremos para llamar a la víctima) es una sobreviviente. Su expareja intentó asesinarla prendiéndole fuego dentro de su vivienda en el 2019. El suyo fue uno de 404 casos de tentativas de feminicidios registrados aquel año. Sin embargo, ella agradece no formar parte de la otra estadística, esa que es mortal y que aquel año registró su pico más alto con 166 casos.
Así como Rosa, según datos del MIMP, poco más de 3.000 mujeres han sido víctimas de tentativas de feminicidio desde el 2009, año en el que el Código Penal peruano incluyó este delito. “Ese sujeto quiso arrancarme todo, pero no pudo. Yo elegí luchar, contra él y contra el sistema de justicia”, cuenta a El Comercio haciendo referencia al tortuoso camino que tuvo que emprender para que su agresor pueda ser condenado.
Justicia: tarde o nunca
El proceso de Rosa para alcanzar justicia sigue siendo doloroso. Si bien su agresor está en prisión desde el 2021, previamente la policía lo dejó en libertad por la falta de un testimonio que corroborara que efectivamente se trataba de un feminicidio y no de un accidente, como el sujeto había declarado inicialmente. Lo más indignante es que Rosa ya había denunciado al hombre por violencia doméstica y había suficientes antecedentes para acelerar el proceso por intento de feminicidio.
La de Rosa no es una historia aislada. De hecho, son más los casos en los que las denuncias son archivadas e incluso rechazadas, que las que efectivamente logran una sentencia.
En el 2015 se promulgó la Ley 30364, que previene, sanciona y erradica la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; desde entonces, el porcentaje de sentencias es mínimo en comparación con las denuncias presentadas. Solo entre el 2018 y julio del 2023, el Poder Judicial evaluó 808.483 casos de violencia contra la mujer en el marco de la mencionada ley, y solo 354 obtuvieron una sentencia, mucho menos de 1%.
Para la psicóloga María Caballero, con frecuencia, el proceso termina siendo muy doloroso. “Revictimizan a la afectada. La hacen revivir el mismo sufrimiento, una y otra vez durante la prestación de su testimonio, en otros casos deben incluso estar cara a cara con su agresor. Repetir ese sufrimiento es terrible si hablamos de violencia física; imagínate si se trata, como usualmente ocurre, de episodios acompañados de violencia sexual”, señala a El Comercio.
Un caso emblemático de desidia en el aparato de justicia fue el que tuvo como protagonista a Estefany Flores Mendoza (20), quien en abril del 2019 fue brutalmente asesinada por su expareja José Falcón Gutiérrez. Ellos habían terminado su relación, pero el sujeto la seguía acosando. Ella hizo todo lo que debía hacer, todo lo que estuvo en sus manos, pero la justicia le falló: denunció al hombre por acoso, hostigamiento e intento de feminicidio, pero en la comisaría fue maltratada. La revictimizaron y sus familiares revelaron que en la dependencia policial los agentes se burlaron y desestimaron la gravedad del caso, la juzgaron, la responsabilizaron por lo ocurrido e incluso llegaron a gritarle. Un mes después fue hallada sin vida. Su madre narró que la notificación de garantías para su vida llegó cuando Estefany ya había sido enterrada.
La captura de los criminales prófugos es otro eslabón roto en la cadena. La lista de los más buscados tiene a más de 30 feminicidas y por lo menos la mitad está en el registro desde el 2019 sin que hayan noticias de su paradero. Eduardo Vergaray, secretario técnico del Programa de Recompensas del Mininter, reconoció a El Comercio en una nota previa que, aunque se han logrado capturas importantes, es necesario profundizar la difusión de los casos. La búsqueda, sin embargo, recae directamente en la policía.
Abuso normalizado
Un reciente estudio realizado en Lima, Piura y Cusco por la Asociación de Comunicadores Calandria, con el apoyo de la Unión Europea y Aecid (cooperación española), revela la percepción de la sociedad respecto de la violencia que viven las mujeres en el Perú.
Según el estudio de opinión titulado “Estudio de percepción sobre violencia, roles y estereotipos de género: desafíos desde los medios de comunicación”, los encuestados identifican la violencia contra la mujer como el tercer problema más preocupante del país, y contra las niñas y adolescentes, como el quinto. Sin embargo, un 10% de la población considera que este tipo de violencia es “inevitable”. En Piura y Cusco, la situación es peor.
“Esto demuestra que parte de la población normaliza o naturaliza que existan maltratos, trata o abusos sexuales, por dar tres ejemplos. Aunque en Lima la cifra llega a 9%, el porcentaje se eleva significativamente en Piura (16,7%) y más aún en Cusco, donde el 22,6 por ciento de personas entrevistadas ―casi la cuarta parte― considera que la violencia contra las niñas es inevitable y que siempre ha existido”, detalló Marisol Castañeda, presidenta de Calandria e investigadora principal del estudio.
Para Saravia, nunca antes en la historia se han matado tantas mujeres como en la actualidad, tomando en cuenta que existe una mayor exposición de este flagelo y se ha reforzado la legislación para sancionar a los feminicidas. Pese a ello, la cifra de casos no baja.
Lo mismo ocurre con los casos de violencia sexual, opina Miguel Vallejos Flores, decano del Colegio de Psicólogos del Perú. “Se han naturalizado tanto estos execrables casos, que la indignación termina siendo pasajera en la opinión pública y lo único que evidencia es el deterioro de nuestra sociedad en general”, dijo a este Diario.
El último caso reportado es el de Elar Peña Huamán (34), un sujeto acusado de violar a sus dos hijas, de 16 y 12 años, en el caserío Laguna del Rey, distrito de Alonso de Alvarado, en la provincia de Lamas, región San Martín. Fue precisamente una de las víctimas la que denunció el hecho ante la policía. Ella narró ante los agentes que el hombre la obligó a abortar y para ello le aplicó inyecciones, sin que luego la víctima reciba asistencia médica.
Tras encontrar los restos del feto, la policía interrogó a la madre de las menores y esta aceptó que conocía los hechos, pero no denunció al sujeto. Tras cometer el abominable delito, Peña Huamán fugó y hoy su paradero es desconocido.
Entre enero y septiembre del 2023 se han registrado 4.879 presuntos abusos por parte de personal educativo ante el portal SíseVe, la segunda cifra más alta desde que se creó el sistema.
Nadie más
El Grupo El Comercio inició la campaña No Más Violencia, para visibilizar los abusos en contra de mujeres y menores a lo largo del país, a fin de reducir su incidencia y evitar que queden impunes.
Información de servicio
Si eres mujer o formas parte de un grupo familiar y te encuentras en situación de violencia, puedes visitar los Centros de Atención Institucional, los Servicio de Atención Urgente o los Centros Emergencia Mujer del MIMP.
Estos son servicios públicos especializados y gratuitos, de atención integral y multidisciplinaria, para víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar y personas afectadas por violencia sexual. Permite acceder a asesoría legal, contención emocional y apoyo social a nivel nacional.
En todo el Perú, los 245 CEM regulares y un CEM en centro de salud (Santa Julia, Piura) atienden de lunes a viernes de 8 a. m. a 4:15 p. m., y los 185 CEM en comisarías, las 24 horas del día, los 365 días del año.
Si deseas más información puedes llamar a la central telefónica (01) 4197260.
Además, puedes comunicarte con el chat 100, que es confidencial y se encuentra disponible las 24 horas.