En medio de una eventual llegada de una tercera ola del COVID-19, el presidente Pedro Castillo anunció en su reciente mensaje a la Nación sobre la futura instalación en el Perú de una planta productora de la vacuna rusa Sputnik V. El ministro de Salud, Hernando Cevallos, aseguró que el proyecto se encuentra en fase negociaciones con las autoridades rusas y que se concretaría en el 2023.
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Sin embargo, esto ha desencadenado dudas y expectativas, sobre todo respecto al financiamiento y el plazo en que se construiría la planta de producción de la vacuna Sputnik V.
Posición
El exministro de Salud Óscar Ugarte afirmó en RPP Noticias que se trata de un proyecto de “mediano a largo plazo” y no de “corto plazo”, ya que el Perú no cuenta con una “base tecnológica”, como sí la tiene Argentina.
En esa línea, indicó que la construcción de una planta productora de vacunas podría realizarse entre tres a cuatro años y su costo en el país sería de más de 900 millones de soles, lo cual genera, según dijo, una interrogante respecto sobre quién financiará la implementación.
“El ministro Cevallos dijo el 2023, yo dudo que pueda ser 2023, pero creo que hay que pensar de tres a cuatro años la maduración y culminación de un proyecto de esta naturaleza”, expresó.
“En el proyecto del presupuesto presentado por el Ejecutivo al Congreso no hay nada, para esto no hay nada, en 2022 no habría mayor inversión, difícil que para 2023 ya esté maduro”, agregó.
“Lo que nosotros necesitamos conocer es qué tipo de arreglos están haciendo para ese fin, porque tampoco es tan fácil de decir: ‘yo quiero con Rusia’ y sale una planta así, porque hay otros países que podrían estar interesados. Nuestra norma y legislación dice que si hay la necesidad de una inversión de este tipo, por lo menos hay que sacar a concurso”, manifestó.
Expectativa
Por su parte, Percy Minaya, epidemiólogo y exviceministro de Salud Pública, indicó a RPP que “es una necesidad” que el Perú cuente con una planta productora de vacunas, ya que existe la posibilidad de que se presente a futuro una nueva pandemia.
“La buena noticia es que hay una decisión, en primer lugar, y eso hay que aplaudirlo porque desde el 2013 no avanzamos a pesar de tener un escenario favorable para eso. Ahora nuevamente lo tenemos, de todas formas hay que hacerlo, las amenazas epidémicas y pandémicas continúan, no solamente no va a ser el coronavirus, puede ser el retorno de la influenza en su momento, para eso hay que modernizar el trabajo que se hace con la planta de producción (del INS)”, indicó.
Incluso, recordó que en febrero del 2013 se firmó un convenio para que nuestro país participe conjuntamente en el diseño y ejecución de proyectos de transferencia tecnológica necesarios para intervenir en procesos de manufactura de vacunas. El acuerdo fue suscrito entre el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Instituto Sanofi Pasteur de Francia. También remarcó que el INS ha elaborado un proyecto de ley que puede servir de base para la construcción de una planta productora de vacunas.
“Hay un proyecto de ley que ha preparado el Instituto Nacional de Salud, y que está prácticamente listo unos cinco a seis meses atrás, y que puede servir como base para que tanto el Congreso y el Gobierno, si tuviera facultades legislativas, podrían dictaminar que esta ley, que fortalece la investigación, desarrollo, producción y gestión de productos biológicos y otros productos estratégicos, se apruebe, y con ello (se destinen) los recursos necesarios”, enfatizó.
Coincidió con Óscar Ugarte en que la planta productora no estaría lista para el 2023, ya que su implementación llevaría de 4 a 5 años. También afirmó que el país cuenta con un solo “pequeño grupo” de especialistas en vacunas.
“En el 2023 no creo que realmente esté lista una planta de ese tipo, eso necesita un proceso de maduración, desde el planteamiento, los planos, la planificación para la implementación, entrenamiento de los recursos humanos y finalmente la construcción. Demora unos cuatro a cinco años”, señaló.
Autonomía
Ernesto Gozzer, epidemiólogo y especialista en salud pública, aseveró que resulta “estratégico” que el Perú pueda producir vacunas, ya que eso le da autonomía en contextos como la pandemia del COVID-19.
“Es importante, es necesario y estratégico que en el Perú se comiencen a producir vacunas porque eso nos da autonomía ante situaciones como esta, en esta situación hemos tenido que esperar para poder recibir vacunas, además de los errores que se han cometido”, expresó.
“Lo importante es que en el país exista esa capacidad y que podemos atender no solamente las necesidades del país, sino también de la región, de Sudamérica”, agregó.
En el caso de la vacuna Sputnik V, remarcó que se trata de un vector viral, por lo cual consideró que Rusia tendrá que hacer una “transferencia tecnológica completa” al Perú.
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