(Foto: Dircetur Cusco)
(Foto: Dircetur Cusco)
Miguel Neyra

Cada año, más de la mitad de los turistas extranjeros que llegan al Perú por vacaciones viajan a la ciudad del Cusco, motivados principalmente por conocer el parque arqueológico de Machu Picchu. Esto, según el último estudio titulado “Perfil del turista extranjero”, realizado por Prom-Perú.

Pero este no es el único atractivo cusqueño: según la estadística, cuatro de cada diez visitantes llegan a esta región para practicar deportes de aventura. Es común ver una gran cantidad de agencias –en los alrededores del aeropuerto, en el terminal terrestre o en las calles del Centro Histórico– que ofrecen tours de aventura.

Algunas de las actividades ofrecidas son andinismo, recorridos en bicicleta y motos, canotaje, parapente y otras que implican algún tipo de riesgo.

Según datos de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco (Dircetur), de las 1.700 agencias de viajes y turismo que operan en la región, el 37% son informales. Rosendo Baca, director de la entidad, anunció una serie de acciones de fiscalización contra estas empresas.

El pasado 1 de febrero, la autoridad regional emprendió una operación en el Valle Sagrado y en el terminal terrestre de la ciudad cusqueña, a fin de verificar que los operadores de turismo cuenten con la autorización y los implementos de seguridad requeridos.

El día siguiente, 2 de febrero, se cumplió un mes de la desaparición de la turista española Nathaly Salazar Ayala, quien –según lo que ha investigado la policía– murió luego de realizar ‘zip line’ (deporte de aventura que consiste en desplazamientos en cables suspendidos a alturas variables, con el uso de poleas) en el distrito de Maras.

La Dircetur informó que Maras Adventure, la agencia dueña de la infraestructura donde ocurrió el hecho, no contaba con autorización.

—Normativa poco clara—
El Decreto Supremo 005-2016 del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) aprobó el reglamento de seguridad para la prestación del servicio turístico de aventura. En el documento, se establece que cada Dircetur –dependientes de los gobiernos regionales– está encargada de registrar y supervisar a las empresas que ofrecen estos servicios.

La norma obliga a los operadores de turismo a contar con equipos de primeros auxilios, programas de mantenimiento de la infraestructura y de manejo del riesgo y un manual interno de operación, entre otros requisitos.

La disposición establece que, de no cumplir los requerimientos, solo se suspenda la actividad de la empresa. No plantea la cancelación de licencias ni la imposición de multas a los infractores. Tampoco especifica cómo fiscalizar a las empresas que no estén empadronadas por cada Dircetur.

Carlos Moscoso, alcalde de la Municipalidad Provincial del Cusco, dijo que el último viernes sostuvo una reunión con varias autoridades vinculadas al turismo local, así como de los distritos donde se realizan deportes de aventura. Comentó que la idea es crear, “en el más corto plazo posible”, un nuevo reglamento que regule los vacíos de la actual norma.

A fines de enero, la Defensoría del Pueblo del Cusco convocó a un encuentro en el que participaron el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Policía de Turismo, Indecopi y la Municipalidad del Cusco. Allí se trató el problema de la informalidad en la oferta turística y se recomendó contratar a más inspectores especializados en el turismo de aventura, además de fortalecer la fiscalización a nivel multisectorial.

Carlos Milla, presidente de la Cámara Regional de Turismo de Cusco, dijo que en las próximas semanas su gremio iniciará una campaña para promover la adquisición formal de paquetes turísticos en empresas autorizadas. De acuerdo a Prom-Perú, solo el 38% de los turistas que llegan a Cusco lo hace a través de un paquete turístico, mientras que el 62% viaja por cuenta propia.

Consultado por El Comercio, el Mincetur informó que “viene impulsando la formalización y consolidando el trabajo con los gobiernos regionales”, para que los operadores turísticos ofrezcan las condiciones adecuadas y brinden así un servicio de calidad a los turistas. No obstante, el sector no respondió si planteará cambios en la normativa sobre el turismo de aventura.

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