En Cusco la construcción del hotel Sheraton es uno de los casos emblemáticos de irregularidad inmobiliaria en el país. El caso tiene años en litigio, su edificación destruyó restos arqueológicos y rompió el perfil de la urbanidad cusqueña. En junio último, el Tribunal Constitucional (TC) ordenó al Quinto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco que ejecute la demolición de los nueve pisos y dos sótanos del hotel Sheraton, ratificando la resolución emitida el pasado 13 de setiembre del 2019. También ordenó al Quinto Juzgado Civil disponer la realización de un nuevo informe técnico para concretar las acciones de restauración integral de los muros arqueológicos incas afectados. Actualmente, pese al fallo, el caso sigue en stand by.
T’ika Luizar, integrante de la comisión de Juristas señaló que la normativa estipula que las casas en los alrededores de la plaza Mayor del Cusco solo pueden tener dos pisos sobre el suelo y no puede haber excavaciones ni sótanos. En el caso del Sheraton denunció la excavación hasta por debajo del río, la existencia de dos sótanos afectando el muro de contención del río Saphy. Asimismo, por encima del suelo hay un total de 9 pisos construidos.
Jesús Hernán Aráoz Becerra, representante de la comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos de Cusco, remarcó sobre la importancia de sancionar a los que vulneran las normas de construcción: “Se tiene que aplicar toda la fuerza de la ley y posibilitar la demolición de las construcciones que alteran el entorno urbano y aquellas que, aun contando con licencia, vulneraron las normas. Han construido por encima de lo que ha sido aprobado. Todas esas construcciones arbitrarias deberían ser demolidas”, señaló.
Como este caso, existen otros hechos que transgreden la normativa, el pasado 25 de agosto la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco (DDCC) informó sobre la demolición de una construcción ilegal de un cerco perimétrico, lote de terreno de 840 m2 y una pequeña edificación interior de 40 metros cuadrados, las que infringen la Ley No 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, debido a que las construcciones están edificadas sobre andenes de data incaica en el sector de Larapa, distrito cusqueño de San Jerónimo. La intervención respondió a un mandato judicial cuyo proceso legal inició en el año 2018.
La entidad cultural afirmó que ejecutarán los trabajos de restitución de la plataforma afectada, asimismo exhortó a la ciudadanía para que, antes de adquirir un terreno en zonas arqueológicas, se informen de sus cargas y restricciones legales, con la finalidad de evitar la afectación al patrimonio cultural.
Otras construcciones
De manera similar ocurrió en setiembre del 2021, donde ocho construcciones clandestinas edificadas en zonas intangibles de propiedad del Estado, ubicadas en la delimitación del Parque Arqueológico de Choquequirao, fueron retiradas y demolidas por la DDCC. En el sector de Marampata, el personal de la Dirección Desconcentrada de Cultura retiró cuatro construcciones clandestinas de madera y calamina, que estaban deshabitadas, no pudiendo identificarse a los responsables de las edificaciones. Asimismo, en el sector de Machaypata, se retiró dos construcciones clandestinas similares, las cuales no estaban habitadas, mientras que en el sector de Pulpituyoc se demolió dos habitaciones construidas con madera y calaminas.
Otro problema que crece es la lotización ilegal y venta de terrenos en zonas arqueológicas como las áreas de influencia del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán, en el 2021 la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco (DDCC) recibió denuncias sobre una posible demarcación de terrenos en el sector Muyu Orqo, ubicado parte alta del barrio de San Cristóbal, sectores considerados como intangibles al ser parte del patrimonio arqueológico de la zona.
Aquel año la congresista cusqueña Katy Ugarte, también denunció el riesgo que corre Sacsayhuamán por la invasión de construcciones en zonas protegidas que alteran su monumentalidad: “Esto ocurre a vista y paciencia de las autoridades del Cusco que deberían preservar la intangibilidad de dicha área reservada”, dijo.
La parlamentaria detalló que las vías de acceso y espacios de visita en zonas como la asociación Los huertos, la comunidad campesina de Yunacaypata y la comunidad de Huaylarcocha, entre otras, se edificaron hoteles de diversas dimensiones. Dijo que se observan viviendas con material noble de dos pisos que vulnerarían los parámetros permitidos en zonas restringidas.
En ese momento, la jefatura del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán, inició la fiscalización de la extensa área protegida por el Estado, ante los presuntos actos ilegales efectuada aparentemente por posesionarios.
Hay que recordar que el ex director de Cultura, Fredy Escobar, declaró luego de su renuncia que las construcciones ilegales amenazaban el parque arqueológico, pero que no se tenía apoyo del gobierno para hacer cumplir las normas en dicha zona.
Este año se conformó el Comité Multisectorial para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural de la región. Esta instancia debe resolver los problemas de afectación del patrimonio arqueológico, generados a partir del crecimiento urbano no planificado en los parques arqueológicos de Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Pisac y Valle Cusco Pata Pata.
“El objetivo de la conformación de este comité es contribuir, por un lado, a la conservación y protección del patrimonio arqueológico del Cusco y, por otro, a viabilizar las demandas de vivienda y servicios básicos en zonas restringidas de los parques arqueológicos. Todo ello dentro del marco legal y aplicando los instrumentos de gestión”, explicó la directora de la DDCC, Maritza Rosa Candia.
La titular de Cultura acotó que se deben armonizar el Plan de Desarrollo Urbano de la provincia de Cusco con el Plan Maestro del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán, para atender las demandas de los pobladores de este parque, que sufre grave afectación por las construcciones clandestinas y la compra-venta de tierras.
“También se ha evaluado la propuesta de gestionar las expropiaciones de tierras en zonas de amortiguamiento o zonas rígidas de los parques arqueológicos, que están en manos de particulares”, acotó Maritza Rosa.
Turismo, sostenibilidad y respeto del patrimonio
Finalmente, el especialista Jesús Aráoz agregó que es importante enfocar el turismo hacia la sostenibilidad y respeto del patrimonio: “No es que el turismo sea malo, sino que hay que conducirlo. El turismo ha propiciado a través de las inversiones el rescate de muchas casonas que se han convertido en hoteles y gracias a ello han podido ser restauradas y puestos en valor. Pero, por otro lado, hay otro tipo de gente que ha transgredido las normas y ha alterado el patrimonio, ha modificado, ha construido arbitrariamente. Incluso muchas construcciones tienen licencia de construcción, pero han transgredido los parámetros urbanísticos”, finalizó.
Un hecho similar de conflicto entre turismo y patrimonio cultural – natural ocurrió durante la pandemia, donde las autoridades de los distritos de Limatambo y Mollepata en la provincia de Anta, detectaron construcciones clandestinas en el sector de Soraypampa y Kiswarniyoq, las mismas que servirían como alojamiento turístico. El paso por esta zona es punto obligatorio para llegar a la laguna de Humantay y realizar la ruta Salkantay.
Los burgomaestres distritales de aquel año Leonardo Vargas Garzón y Juan Carlos Almirón Concha de Limatambo y Mollepata respectivamente, coincidieron en que estas construcciones son un atentado al paisaje natural. Varios ambientes de piedra y cemento estaban a medio terminar, también encontraron una especie de cápsula realizada con una estructura de metal y vidrio en la parte exterior.
Además de no tener autorización, la empresa dedicada al sector turismo “Machupicchu Reservations” había hecho instalaciones artesanales de desagüe que significan un atentado al medio ambiente porque tenían como desfogue el río que pasa por este sector. Estas construcciones habrían sido realizadas desde que inició la cuarentena debido a la pandemia de la COVID-19, aprovechando también la paralización del sector turismo.