A las mujeres se nos prohíbe bajar al puente Q’eswachaka en el último día de los trabajos de renovación porque, según la tradición, es de “mala suerte”. Los guardianes del último puente inca, ubicado en el distrito cusqueño de Quehue (Canas), cuentan que “puede ocurrir algo malo” si no garantizan una zona libre de las mujeres durante el tendido y tejido.
La misma explicación le dieron a la esposa del gobernador regional de Cusco, Jean Paul Benavente. Ella había llegado junto a dos señoritas ataviadas en traje típico. Los comuneros tampoco les permitieron el ingreso.
LEE TAMBIÉN: Puente inca Q’eswachaka de más de 600 años se desploma por falta de mantenimiento
El alcalde distrital de Quehue, Mario Tacuma, explica que ellos deben cumplir lo que siempre han hecho sus ancestros. “El 70% del trabajo lo hacen las mujeres con la preparación de la ‘q’eswas’ (soguillas). Cada comunidad (Huinchiri, Chaupibanda, Choccayhua y Ccollana Quehue) trae, pero resulta ser insuficiente y el último día las mujeres continúan preparando las soguillas en la vía principal”, dice.
En las sociedades tradicionales y en la vida cotidiana siempre existió y existe la división del trabajo; todo ello forma parte de la tradición cultural, explica el antropólogo cusqueño Rossano Calvo. “Es un trabajo de manera complementaria, con tradición de división social del trabajo. No quiere decir que hay diferencia o exclusión de géneros”, comenta.
En el 2018, para un reportaje en la BBC, la gestora de patrimonio cultural Carmen Arróspide explicó que si las mujeres no elaboraran las soguillas no habría puente. “El valor de la mujer en los Andes no se mide por el nivel de participación, sino por la labor que desempeña”.
Ingeniería inca
Durante el 2020, por la pandemia, la comunidad no pudo darle mantenimiento a este puente construido por los incas hace más de cinco siglos y el pasado 23 de marzo del 2021 colapsó. El Comercio llegó a esta zona el último domingo para presenciar estas labores de reparación en la que han participado más de 1.000 personas, la mayoría de ellas jóvenes.
La ofrenda a la tierra a cargo de los sacerdotes abrió la mañana de trabajo. Mientras pasan las horas, a lo decenas de mujeres caneñas apuran su trabajo aplastando con piedra la qoya (paja, fibra vegetal) y trenzan q’eswas (soguillas) que se extenderán y tejerán en el puente. Ellas se encuentran en una zona apartada de donde los varones arman la superficie y los pasamanos del puente. Es un proceso que ellos aprendieron de sus padres, abuelos y ancestros.
“Nuestros ingenieros andinos se encargan de tejer el puente; están colgados, no usan arnés. Toda la población tiene mucho respeto y admiración por ellos”, comentó Tacuma.
Respetando la tradición, buscamos el ángulo desde una ladera ladera para congelar los momentos de reparación del Q’eswachaka. A lo lejos se ve que tendieron cuatro sogas gruesas que sirven de base. Colocaron dos barandas o pasamanos. Cada comunero empleó su máxima fuerza para tensarlas y fijarlas entre piedras. Al promediar las 14:30 horas, los ingenieros andinos, que llevan chullo típico, toman sus puestos. Se encargan de unir las soguillas con los pasamanos y tejer el puente en su totalidad.
Por la tarde, lograron reparar el puente en sus 33 metros de longitud y 1,2 metros de ancho.
De esta manera, la localidad de Q’eswachaka, donde está el puente, poco a poco empieza a reactivar su economía. Recibía a miles de turistas al año, pero con la llegada de la pandemia la cifra de visitantes cayó a cero.
A la par de la construcción del puente, se ha inaugurado el Centro de Interpretación de Q’eswachaka, un proyecto de la Gerencia Regional de Turismo del Gobierno Regional del Cusco. Estará al servicio de los turistas locales, nacionales y del extranjero para conocer en detalle todas las costumbres alrededor del puente inca. La localidad de Q’eswachaka, donde está el puente, poco a poco empieza a reactivar su economía.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Machu Picchu: Mincul rechaza discriminación a turista y aclara que esta vulneró reglamento de visita
- Lanzan ofertas para promover el turismo en Cusco
- Cusco: 10 razones por las que siempre vale la pena volver a la ciudad imperial
- Florencia y Fortunata, la iniciativa que revaloriza a las mujeres cafetaleras peruanas
- Hiram Bingham, a 65 años de su muerte: ¿Por qué le llamaban “el hombre de las seis piernas”?
- Cusco: Advierten que riesgo de aluvión por lagunas glaciares es más crítico en Canchis y Quispicanchi