Descentralización: ensayando un balance del proceso
Descentralización: ensayando un balance del proceso
Redacción EC

JOSÉ MIGUEL SILVA ()

Restan poco más de cuatro meses para que por cuarta vez en nuestra historia se realicen las elecciones para los gobiernos regionales.

Son dichas instituciones las que, en los últimos días, han estado en el ojo de la tormenta por autoridades que abusando de la confianza ganada en las urnas, no respetaron el mandato para el cual fueron electos.

Editorial: Ladrones regionales

No obstante, así como hoy existe un presidente regional bajo prisión preventiva y más de una quincena con denuncias que deben ser esclarecidas, hay otros que sí tuvieron una buena gestión. Entonces surgen las preguntas: ¿Cuál es el balance de este proceso? ¿Qué se hizo mal al iniciarse? ¿Qué debe mejorarse? 

Para resolver algunas de estas preguntas conversamos con Paula Muñoz Chirinos, profesora del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico y experta en política subnacional y descentralización.

¿Cuál es su opinión sobre el proceso de descentralización en nuestro país?

Primero, muchos de los problemas que hoy discutimos públicamente, como escándalos de corrupción o concentración excesiva de poder, en buena cuenta no tienen como responsable solamente lo que se hace o se deja de hacer en las regiones o en las municipalidades, sino también lo que desde Lima se ha hecho o dejado de hacer en términos de conducción del proceso. Una primera reflexión es que hubo una suerte de descuido desde el gobierno central. Segundo, creo que en el balance no puede decirse que todo sea negativo. Hay que resaltar la heterogeneidad de experiencias que existen.  Es muy difícil generalizar a partir de un solo caso. Eso no ayuda a pensar en el proceso.

¿Hay factores externos que influyen en el desarrollo del proceso descentralizador?

Estamos viendo que las reformas de la descentralización se han dado en un contexto que ha sido marcado por el contexto internacional. Entonces, el incremento de las materias primas ha generado este ‘boom’ minero y a su vez una serie de cambios que, en el momento que se dieron las normas, no se veía venir. Los legisladores encargados de plantear estas normas (en la Ley de Descentralización) no pensaron que esto podría pasar.  

Los congresistas han votado hace muy poco a favor de prohibir la reelección de presidentes regionales. ¿Considera correcta la propuesta o cree que es simplemente un ‘manotazo de ahogado’ al no poder controlarlos de otra manera?

Estoy de acuerdo con lo que planteas en torno a que es una solución facilista, superficial o efectista. El Congreso puede decir que esa ley va a resolver los problemas que existen,  cuando en realidad hay una serie de argumentos y razones para pensar que prohibir la reelección, primero, no es una solución para problemas de fondo y, segundo, puede generar aún más problemas. El argumento esgrimido es que prohibiendo la reelección vas a acabar con los problemas de concentración de poder y de corrupción, cuando en realidad la reelección no es muy frecuente a nivel municipal o regional. Nosotros no reelegimos mucho a nuestras autoridades.  En buena parte, el que haya estos problemas y abusos se debe no tanto a que haya un problema con la reelección sino que las instituciones nacionales que deberían fiscalizar y controlar el manejo de recursos no están funcionando bien.

Efectivamente, algunos cuestionan que al momento de iniciar la descentralización no se tenía entidades de control y fiscalización fuertes y consolidadas.

El proceso respondió a cierta demanda o a una  necesidad. La reforma por la descentralización se da en un contexto en el cual veníamos de un gobierno bastante centralizado y corrupto. Se pensó que los problemas se iban a acabar si descentralizábamos y hacíamos normas de participación y transparencia. No obstante, no se corrigieron otros temas. Sin embargo, el punto no está en ver si estuvo bien o mal hacer la descentralización. Pudo haberse lanzado y corrigiendo en el camino. Lo que sí es cierto es que se hizo de forma muy apresurada, sin pensar muy bien muchas de las consecuencias que algunas de las normas planteadas como, por ejemplo, haber creado los gobiernos regionales como una decisión con base a los departamentos. Se esperó que después haya regiones, cuando en realidad ya creando los gobiernos regionales era muy difícil pensar que se podría crear regiones más grandes, económicamente más viables. Como lo vimos en el referéndum del 2005 donde la gente no estuvo de acuerdo.

Varios de los gobiernos regionales investigados reciben mucho dinero por el cánon minero. Algunos creen que esto genera esto genera una sensación de “gran poder” en ciertas autoridades.

Hay un tema de fondo que sí es real y que se encuentra en los estudios realizados. Hay una literatura que habla de la ‘maldición de los recursos’. Cuando un Estado comienza a depender demasiado de rentas extractivas se presentan ciertos riesgos. Uno de estos es justamente que al obtener muchos recursos es muy probable que los casos de corrupción aumenten. Este es un tema que sí debe atenderse. Reitero, muchas de estas reformas descentralizadoras se hicieron antes del ‘boom’ minero. Incluso los empresarios que también estuvieron de acuerdo con esta medida no pensaron en qué pasaría si habría un boom de recursos y en las desigualdades que se estarían generando.

La descentralización pudo haber significado una gran oportunidad para que se fortalezcan los partidos políticos ‘nacionales’ y sin embargo, son los movimientos regionales los que han obtenido más éxitos electorales.

Definitivamente, el espíritu de descentralizar el poder en un contexto en el que no había partidos fuertes no necesariamente iba de la mano con el fortalecimiento de los partidos. Entonces, lo que hemos visto es que partidos que ya estaban en crisis o no casi no existían, varios de ellos, ganaron las primeras elecciones regionales, pero no les fue muy bien y eso ayudó a aumentar el desprestigio que ya tenían. Al mismo tiempo, los gobiernos regionales se vuelven puestos que atraen la atención y el interés creciente de cada vez más gente dentro de las regiones, pero en este contexto donde no existen los partidos y donde estos no le aportan nada a los candidatos locales, estos últimos prefieren ir con movimientos regionales o locales porque así creen que van a tener mayores posibilidades de ganar. Y los partidos no les ofrecen nada atractivo. Por ejemplo, los mismos candidatos se pagan sus campañas, incluso los partidos les solicitan una contribución. No hay muchos recursos financieros (en los partidos) y encima les dan una mala reputación

Esto no ayuda a que las figuras regionales logren dar el ‘gran salto’ al ámbito nacional. Lograr esto ha sido muy difícil. Algunos llegaron pero terminaron estrellándose.

Claro, eso es lo que ha pasado. La descentralización te da una posibilidad de ser alcalde provincial o presidente regional, te da una posibilidad de mayor figuración en tu región, pero es muy difícil, en un contexto sin partidos, que tu candidatura sea conocida mucho más allá de tu región. Hubo casos de alcaldes o presidentes regionales exitosos que intentaron llegar a la vía nacional sin éxito. Sea vía electoral o a la Presidencia del Consejo de Ministros, como ocurrió con Yehude Simon o César Villanueva. 

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