Uno de los pocos estudios sobre contaminación por basura plástica en el país lo hizo el Instituto del Mar del Perú en el 2015. Esta investigación reveló que en cada m2 de arena de la playa Costa Azul, en Ventanilla, había 522 micropartículas de plástico. Son restos de menos de 5 milímetros, casi imperceptibles, que llevan décadas sin descomponerse.
Según la bióloga Sara Purca, a cargo de la investigación, el Perú está a media tabla en el ránking mundial de las playas más contaminadas por microplástico. Estas se encuentran en el continente asiático y registran 1.200 fragmentos por m2 de arena.
Países como Australia, México, Inglaterra, China, Francia, Argentina, Colombia y, recientemente, Chile ya cuentan con una legislación para frenar el uso excesivo del plástico. En el Perú, el debate está en el Parlamento.
El pasado 7 de junio, la Comisión de Ambiente del Congreso aprobó un dictamen en mayoría que recoge las propuestas de siete legisladores y las recomendaciones del Ministerio del Ambiente. El texto “Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables” plantea varias prohibiciones de aplicación gradual.
De aprobarse la norma, tal y como está planteado el dictamen en mayoría, los supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general deben comenzar a reemplazar las bolsas tradicionales por bolsas reutilizables, biodegradables o compostables. También deberán comenzar a cobrar por cada bolsa plástica que den a sus clientes.
Las restricciones más drásticas empezarían a regir a partir de los 180 días de promulgada la ley. Desde ese plazo –según la propuesta–, en el país ya no se podrá fabricar, vender o usar envases y vasos de tecnopor, bolsas plásticas no reutilizables y cañitas, salvo contadas excepciones.
—Reciclar y restringir—
Para la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), el uso del plástico necesita ser regulado, pero no prohibido. “El plástico no es el enemigo, el problema es que no lo estamos reciclando, por eso termina en ríos y mares”, opina el presidente del comité de plásticos de la SNI, Jesús Salazar Nishi.
Las razones que los empresarios tienen para preocuparse no son menores, dice Salazar, ya que esta industria, formada por más de 150 empresas que fabrican bolsas plásticas, descartables y otros productos, mueve en el Perú S/17,7 mil millones anuales y da trabajo a 200 mil familias.
Aunque coincide con los industriales en que deben crearse más incentivos para que la gente recicle el plástico, la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, sostiene que esta es una norma necesaria para que el Perú reduzca la generación de este tipo de residuos.
La especialista en temas de reciclaje Albina Ruiz, de la ONG Ciudades Saludables, opina que esta disposición necesita ajustes en el porcentaje de plástico reciclado que las embotelladoras deben usar en sus nuevos envases, pero que tiene avances importantes en la eliminación de objetos innecesarios como sorbetes, bolsas pequeñas y descartables. “El gran reto será el control, ya que hay mucha informalidad”, asegura Ruiz.
Si bien la política de reciclaje es parte de la solución a la contaminación plástica, según Carmen Heck, de la ONG Oceana, los países avanzados en esta materia también aplican restricciones como las que aquí se plantean.
El proyecto de ley aprobado en la Comisión de Ambiente del Congreso aún debe ser cotejado con un dictamen del grupo de trabajo de Economía, que propone crear un impuesto especial a la producción de plásticos de un solo uso. Luego, recién pasaría para el debate en el pleno.
Síguenos en Twitter como @PeruECpe