"Cada lengua es un tesoro. Cada lengua es el correlato verbal de una modalidad de ser humano. Es el resultado de la acumulación de miles de años de conocimiento y de interacción con el entorno", dice Agustín Panizo, jefe de la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura cuando se le pregunta por la vigencia de los idiomas originales del Perú. Para él, el quechua, el aimara -o cualquiera de las 48 lenguas nativas del país- no solo son códigos de comunicación usados por poblaciones cada vez más reducidas. Para Panizo, nuestros idiomas son formas particulares de ver el mundo que merecen ser preservados.
Las estadísticas, sin embargo, no son alentadoras. Los censos demuestran que en los últimos 45 años cada vez menos peruanos tuvieron un idioma nativo como lengua materna. En contraste, el uso del español se ha expandido notablemente en el mismo periodo. Hasta el año pasado, del total de lenguas originarias del país, había 4 en peligro y 17 en serio peligro (es decir, tienen muy pocos hablantes, en su mayoría ancianos).
Para intentar revertir la progresiva desaparición de las lenguas nativas, el Ministerio de Cultura promulgó el 10 de agosto del año pasado la Política Nacional de Lenguas Originarias, Tradición Oral e Interculturalidad. Según se explicó, la política nacional ha trazado tres ejes de acción: garantizar la transmisión de los idiomas nativos, trabajar en su valoración positiva y preservar su conocimiento mediante la pedagogía y el estudio lingüístico. La meta es ambiciosa e involucra el compromiso de casi todas las entidades del Estado.
Como parte de sus labores de difusión, la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura elaboró una publicación llamada "Doce palabras de lenguas indígenas que abrirán tu mente". Este encarte -que puedes descargar aquí - explica que cada lengua nativa transmite las prácticas, saberes y valores culturales de sus hablantes. Por lo tanto, hay muchos términos indígenas que no tienen un equivalente en español como "nodo", una palabra matsés que describe el vuelo de las aves desde el suelo hasta las ramas de los árboles. O la palabra cashinahua "hinin iki", que puede ser traducida como "hambre de sexo" y revela la visión libre de prejuicios de ese pueblo amazónico sobre la sexualidad.