Las continuas y fuertes lluvias en el país vienen provocando inundaciones, deslizamientos y huaicos en varias regiones. Recientemente, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), en base a información del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) advirtió que existen 379 distritos de la costa norte y de la sierra en riesgo de verse afectados por este tipo de eventos.
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Esta situación ha llevado al Gobierno a declarar el estado de emergencia en distintas jurisdicciones de siete regiones del Perú por 60 días calendario (Decreto Supremo N° 029-2023-PCM publicado el último viernes), con la finalidad de que las autoridades competentes ejecuten medidas y acciones que garanticen la protección de la ciudadanía.
En este marco, la semana pasada, la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) emitió un comunicado para informar sobre el cambio del estado de alerta de “No activo” a “Vigilancia de El Niño costero”. Este hecho ha sembrado la interrogante de si es posible que ocurra un nuevo fenómeno de El Niño y si este alcanzaría la magnitud del suscitado en el 2017, el cual ocasionó muchas muertes y graves daños materiales.
¿Por qué se cambió el estado de alerta?
En diálogo con El Comercio, el ingeniero Luis Vásquez Espinoza, miembro del Comité Técnico del ENFEN, explicó que el cambio del sistema de alerta se debe a que se ha incrementado la probabilidad de que ocurra un evento tipo El Niño. Sin embargo, precisó que esto no asegura que el fenómeno vaya a ocurrir, sino que debemos estar más atentos a cómo evolucionan las condiciones océano-atmosféricas.
“Existe una mayor probabilidad de que continúe el calentamiento anómalo observado entre lo que resta del verano y, por lo pronto, hasta mediados de otoño de 2023. Las temperaturas superficiales del mar en la región Niño 1+2 podrían alcanzar valores superiores a 27°C y 26°C en marzo y abril, respectivamente. El cambio de alerta no confirma la ocurrencia de El Niño”, indicó.
El experto señaló que arribarán ondas Kelvin cálidas a la zona norte y centro del litoral peruano entre marzo y mayo de este año, las que contribuirían a mantener o a incrementarlo el calentamiento del mar.
“Asociado a este calentamiento, y según el pronóstico estacional vigente de lluvias de marzo-mayo 2023, se espera que, en la costa norte y centro, además de la sierra norte y centro occidental del país, se presenten episodios de lluvias de moderada a fuerte intensidad”, dijo.
Vásquez explicó que, con el cambio del estado de alerta, el ENFEN ha variado la frecuencia de sus reuniones ordinarias, de cada 30 días (estado “No activo”) a 15 días (estado “Vigilancia”). Esto con el objetivo de brindar información colegiada de las condiciones ambientales para que los tomadores de decisiones tengan información oportuna y de calidad.
Probabilidades
Según refiere el comunicado del ENFEN, los pronósticos de la ocurrencia de El Niño para más allá de otoño muestran una incertidumbre alta debido a la barrera de predictibilidad.
Esto, porque el sistema océano-atmósfera en esta etapa es más susceptible a factores fortuitos haciendo que pronósticos a largo plazo solo sean más confiable a partir de mayo-junio.
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En esa línea, el miembro del Comité Técnico del ENFEN detalló que los pronósticos estudiados por la entidad para este tipo de eventos pueden ser tanto a corto, mediano o largo plazo. “Sin embargo, se debe considerar que a corto plazo estos son más certeros, en cambio los de más largo plazo pierden su asertividad”, sostuvo.
¿Cuál es la diferencia entre La Niña, El Niño y El Niño costero?
El ciclo ENOS (El Niño Oscilación del Sur) y sus fases, cálida (El Niño) y fría (La Niña), constituyen la oscilación natural de frecuencia interanual del sistema océano-atmósfera en el Pacífico tropical. Los eventos ocurren irregularmente, a intervalos de 3 a 5 años, y alteran sustancialmente por varios meses, y hasta por más de un año, el funcionamiento del ecosistema marino.
El Niño se caracteriza por un debilitamiento a gran escala de los vientos alisios y el calentamiento de las capas superficiales del océano ecuatorial en los sectores oriental y central del Pacífico.
“Es un evento climatológico que consiste en el calentamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico ecuatorial oriental (en las proximidades de las costas sudamericanas), lo que implica que afecta el clima de países como Perú, Ecuador y en ocasiones a Chile”, explicó Vásquez.
En cambio, La Niña se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente frías en el Pacífico oriental y central, y se asocia a vientos alisios más intensos de lo normal.
“El ciclo ENOS tiene importantes consecuencias para el clima en todo el mundo. Por ejemplo, durante El Niño hay un aumento de las precipitaciones en la costa norte y central del Perú, a veces acompañadas por inundaciones destructivas, y sequía en el Pacífico Occidental, a veces asociada con devastadores incendios forestales en Australia”, precisó Vásquez.
La historia de El Niño se remonta al menos a hace 120.000 años, aunque registros paleoclimáticos indican que la configuración actual de su magnitud y frecuencia se instaló hace unos 5.000 años. “Las observaciones de las condiciones en el Pacífico tropical, incluyendo el sector oriental frente a la costa sudamericana, se consideran esenciales para la predicción de las variaciones del ENOS en un horizonte de varios meses”, dijo el experto.
Opinan los especialistas
Patricio Valderrama, expresidente ejecutivo del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), precisó que lo que está controlando el tema de lluvias y el calor en estos momentos es la temperatura del mar.
“El mar se ha calentado. Estaba frío debido a La Niña, pero esta ya se fue y ahora estamos en una situación entre neutra y cálida. El mar está más caliente de lo esperado. Entonces, cuando esto ocurre las lluvias de la sierra tienden a bajar hacia la costa. Eso es lo que está pasando y va a continuar. Vamos a tener lluvias fuertes, o sea, bastante lejos de lo normal. Eso nos va a traer problemas porque no estábamos preparados para este fenómeno, al menos no este año”, explicó.
Valderrama detalló que el fenómeno de La Niña tuvo un periodo de casi cuatro años. Por ello, lo normal es que ahora podamos pasar a un período cálido. Esa situación, indicó, podría originar que el próximo verano podría darse El Niño.
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“Habrá lluvias de mucha intensidad, inclusive con rayos y relámpagos en la costa, muy similar a lo que tuvimos en el 2017, pero ojalá que con menor intensidad”, señaló.
“Ahora ahí viene la pregunta ¿qué hemos hecho para prepararnos? En el Perú llueve en verano, de diciembre a marzo. Entonces, no es que se trate de lluvias sorpresivas, no es que nunca ha llovido en nuestra historia, llueve todos los años, entonces qué es lo que hemos hecho para prepararnos”, agregó.
Pronóstico de lluvias
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) informó mediante su aviso meteorológico N°44 que, entre el jueves 9 y sábado 11 de marzo, se presentarán precipitaciones (lluvia, nieve, granizo, aguanieve y lluvia) de moderada a extrema intensidad en la costa norte y sierra del país.
La institución detalló que estas precipitaciones estarán acompañadas de descargas eléctricas y ráfagas de viento con velocidades cercanas a los 35 km/h. Además, se espera la ocurrencia de granizo de forma localizada en zonas por encima de los 2.800 msnm y nieve aislada en localidades sobre los 4.000 msnm. Asimismo, se espera lluvia de moderada a extrema intensidad en Piura, Tumbes, Lambayeque y La Libertad y lluvia de ligera a moderada intensidad en la costa central.
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Agregó que el jueves 9 de marzo, se esperan acumulados de lluvia con valores cercanos a 55 mm/día en la sierra norte, alrededor de 20 mm/día en la sierra centro y valores por encima de 15 mm/día en la sierra sur.
Además, se prevén registros por encima de los 70 mm/día en Tumbes, en la costa de Piura, y 25 mm/día en Lambayeque y la Libertad.