El domingo 26 de marzo, una niña de 11 años en Ucayali fue agredida con dos estacas de 16 c.m. en la cabeza y un puñetazo en el estómago tras tratar de resistirse a una violación sexual. Actualmente está en UCI y su estado es crítico. El sábado 18 de marzo, Katherine Gómez de 19 años fue quemada viva en plena vía pública. Ella murió seis días después, Sergio Tarache, su agresor, sigue libre. El 20 de febrero, Xiomara Huallparimachi de 18 años fue hallada muerta, descuartizada, dos semanas después de que denunciaran su desaparición. El 16 de enero, Marilyn Yesenia Martínez Gonzales de 29 años fue apuñalada más de 30 veces por su esposo. Murió pidiendo auxilio.
Solo en enero y febrero de este año, el Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer ha registrado 33 casos con carácter de feminicidio y 43 tentativas de feminicidio. Además, registró, mediante los Centros de Emergencia Mujer (CEM) 4.015 casos de violencia sexual, 1.704 por violación. Eliana Revollar, Defensora del Pueblo en funciones, conversó con El Comercio sobre la crítica posición que están viviendo las mujeres de nuestro país, así como la crueldad y agresividad que se ven en los casos de violencia.
—¿Cuál es la situación que estamos viviendo en cuanto a la violencia hacia la mujer?
Es un momento muy crítico. La situación de las mujeres en el Perú también está en emergencia. Por ejemplo, en el 2021 la forma más cruenta de violencia, que han sido los feminicidios, alcanzaron 136 casos; en 2022, 137; pero en lo que va del año, son 39 mujeres que han perdido la vida víctimas de feminicidio.
En el 2018, recordemos, que la señorita Eyvi Ágreda fue quemada en un bus y en abril del 2018, dos meses después, pierde la vida. Eso mereció una respuesta del Ejecutivo. En su momento, se declaró una emergencia, hubo un plan de acción conjunto, una inversión de dinero en todo el sistema de prevención y de atención, un presupuesto por resultados. Luego, llegamos a este momento, con la joven Katherine Gómez, rociada en combustible y prendida en una plaza en la capital, el agresor huyó, pero ya no hay ese nivel de respuesta.
Entonces preocupa que ante eventos tan graves ya no hay esa capacidad de respuesta para dar políticas que realmente respondan.
—La agresividad que estamos viendo en los últimos, como el de la niña de 11 años en Ucayali y el caso de Katherine, ¿en qué situación nos pone?
Estamos tocando fondo. No solamente es pedir que se le captura, esa es la justicia, aunque llegue tarde, sino debe haber una actitud desde el Estado. El Estado es responsable de garantizar derechos, de respetar derechos, pero también de adoptar medidas internas que sean coherentes y eso es algo que no estamos viendo. Hay una pasividad ante eso, a veces hasta mensajes que se quieren dar, pero hay que interpretarlos bien.
"Estamos en una situación muy compleja en el país. La emergencia política ha cedido a la emergencia climatológica, pero en todo este marco la efervescencia de los ataques brutales a las mujeres continúan".
"Con el plan de acción conjunta, se estimó que todos los distritos judiciales, los 34, debían tener fuentes y fiscales especializados en temas de violencia hacia la mujer. Esto se ha quedado en 8"
—Sobre eso, la ministra de la Mujer dio unas declaraciones polémicas y dijo que las mujeres debían elegir con quiénes estaban, ¿cuál es su opinión?
Precisamente, si lees toda la entrevista ella habla que se debe sancionar y se debe perseguir, pero le pone el énfasis en el marco de la denuncia a que las mujeres deben elegir bien.
Yo lo que he pedido es, respecto al tema, que ella vaya a dar las explicaciones de lo que ha dicho. Ha salido la viceministra de la mujer a tratar de explicar; pero, en el fondo, este tema necesita convicción, necesita compromiso, necesita responsabilidad para poder salir adelante. No es un tema solamente de la ministra de la Mujer, el Ministerio de la Mujer tiene un presupuesto reducido [...].
Un ejemplo es el Sistema Nacional Especializado de Justicia (SNEJ), donde está la Policía, Fiscalía, Poder Judicial. En 2018, 2019 y 2020, con el plan de acción conjunta, se estimó que todos los distritos judiciales, los 34, debían tener fuentes y fiscales especializados [en temas de violencia hacia la mujer]. Esto se ha quedado en 8. Entonces, si tú eres violentada en un lugar que no sean estos ocho, vas a ver que no hay una perspectiva de género para investigar, no hay conocimiento y muchas veces los operadores judiciales terminan responsabilizando y culpabilizando a la víctima.
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—A raíz de lo sucedido con el influencer “Makanaky”, quien habría confesado una violación grupal en un programa en vivo, ¿cuál es el problema que se está viviendo en temas de pensamiento y normalización de estos casos?
Makanaky da cuenta de una violación sexual y quien lo entrevista sigue haciendo preguntas, ni siquiera lo corta. No hay asombro, es una situación normalizada. En este tema, junto con el Ministerio de la Mujer, hemos pedido que se investigue por la violación contra una presunta víctima, pero también por la apología a a la violación sexual.
Hay una normalización del tema y contra eso se tiene que luchar porque el riesgo es que, si esto se normaliza, se termina institucionalizando, si desde el Estado no se hace lo necesario y suficiente para contrarrestarlo. Eso significa hacer todo un trabajo de educación en igualdad y respeto, desde el colegio. Ministerio de Educación, Ministerio de Cultura, gobiernos regionales y locales, se necesita una gran cruzada pero con compromiso y convicción. Eso tiene que ir desde la primera magistratura en el país.
—Hay muchas falencias en nuestro sistema para prevenir y actuar frente a la violencia de género, una de estas se ha visto en el caso de Katherine, donde la orden de captura demoró cinco días y tras 12 días el agresor sigue libre, ¿cómo se debe mejorar esto?
De eso es lo que se trata, en temas de política, es la efectiva implementación de los Sistema Nacional Especializado de Justicia (SNEJ), están pendientes 26 distritos judiciales. Pero en Lima estaba vigente, estamos hablando de la capital, entonces sí se tiene que culminar este proceso de especialización de justicia, capacitar a los operadores. A ese señor en flagrancia se le podía detener. Se necesita una justicia más efectiva y comprometida, porque es encargada o exclamativa solamente cuando los medios de comunicación levantan el tema.
"La primera gran medida es un Estado presente. No se puede seguir con esa ausencia en lugares donde las diversas formas de violencia hacía la mujer y niñas, especialmente la sexual, está extendida"
—Otra de las falencias es la falta de Estado en algunas zonas del país, como la agresión a la menor de 11 años en el centro poblado Oventeni, en la provicia de Atalaya, Ucayali, donde la comisaría más cercana está a 5 horas y la siguiente a 8, las personas de ahí denuncian que la violencia y las violaciones sexuales ocurren siempre, ¿cómo se debe actuar?
La primera gran medida es un Estado presente. No se puede seguir con esa ausencia en lugares donde las diversas formas de violencia hacía la mujer y niñas, especialmente la sexual, está extendida.
—Mencionabas que estamos tocando fondo y que estamos en una situación crítica, ¿existe una tendencia al aumento de violencia hacia la mujer, feminicidio y violación?
Sí, definitivamente hay una tendencia al incremento. Si el año pasado hemos tenido un registro de 136 casos de feminicidio y este trimestre vamos 39, imagínate, esta cifra va a subir. Esto es solamente de los casos denunciados. Lo que sí hay que reconocer es que ya hay una tipificación. En esto insistía la Defensoría el año 2015 y 2018, en que se califique bien como feminicidio. En eso se ha avanzado, pero la calificación no es justica, la correcta calificación debe llevar a una correcta sanción.
El tema de fondo es trabajar en la prevención. Grandes campañas de movilización. El tema se ha dividido, lamentablemente, en nuestro país, como que fuera un tema de ideología. No es así. Es un tema de derechos y está reconocido constitucionalmente. Con que un niño aprenda a respetar a una niña desde el colegio, hemos ganado bastante como sociedad. Si tomamos cifras de enero y febrero, son 1.704 violaciones sexuales de las cuales 1.112 son a niños niñas y adolescentes. Sí hay un enfoque etario y de género.