En los últimos siete años, cada día, en promedio, 174 mujeres han sido víctimas de violencia física y sexual. Las cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) revelan el entorno miserable en el cual debe convivir una mujer en el Perú. Durante ese mismo tiempo, las cifras no han bajado de los 121 crímenes anuales, con picos que incluso llegaron a los 166 (2019). Solo hasta octubre de este año se han registrado ya 128 asesinatos. Lejos de generar consternación, las muertes ya no sorprenden.
Así lo detalla el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima (IGL). En entrevista a El Comercio, señala que nunca antes en la historia se han matado tantas mujeres como en la actualidad, tomando en cuenta que existe una mayor exposición de este flagelo y se ha reforzado la legislación para sancionar a los feminicidas. Pese a ello, la cifra de casos no baja.
Para el especialista los esfuerzos del Gobierno y la sociedad en su conjunto no deben centrarse únicamente en los aspectos sancionadores y las denuncias, que ciertamente son clave para castigar a los agresores, sino también en los temas educativos para prevenir nuevos episodios de violencia. Y por supuesto en la sanación de las víctimas.
¿Qué refleja la alta tasa de feminicidios y el hecho de que desde hace varios años estas cifras no disminuyan?
No recuerdo ningún momento dentro de la historia donde haya tanta violencia en general y tanta violencia contra la mujer. Están matando mujeres como nunca antes en la historia y parece ser que las estadísticas ya no nos duelen. Sobre todo habiendo una exposición a los casos, programas de ayuda, habiendo además penas privativas como existen ahora. Lo que está faltando, en realidad, es un trabajo preventivo.
¿Cree usted que se están normalizando estas agresiones?
Ha habido un aumento significativo de la cifra (de feminicidios), lo cual es preocupante. Lo malo es que las estadísticas ya no tienen el impacto que deberían de tener. Se ha normalizado tanto la violencia en nuestro país y ya no nos sorprende. No nos sorprende ver más feminicidios, no nos sorprende ver más violencia en la escuela, en la calle, violencia de todo tipo. Entonces ya lo vemos como habitual. De repente, antes lo veíamos de lejos, ahora la estamos viviendo, lamentablemente, en el día a día.
¿La violencia contra las mujeres tiene vínculos con la salud mental?
Yo creo que es un problema de salud mental, pero al mismo tiempo es un problema social que lamentablemente está tan introyectado, que según las estadísticas, se desarrolla básicamente dentro de la relación de pareja. Entonces yo me pregunto, como sociedad: ¿qué estamos haciendo para que los peruanos aprendan a tener una relación de pareja saludable? Tanto hombres como mujeres. Tenemos una estadística que señala que el 60% de los feminicidios estuvo a cargo de las parejas y el 17% de las exparejas, entonces claramente hay un problema que tiene que ver con la elección de estas, pero también que tiene que ver con la relación misma.
¿Qué es lo que sucede con un niño que es víctima de violencia o es testigo de violencia, que es otra forma de violencia? Se va a identificar con el agresor o se va a identificar con la víctima.
¿Cómo hacer frente a ello?
Educando a las personas. No podemos centrarnos solamente en la cultura de la denuncia o de la sanción, que es clave. Pero tan importante como ello es educar para prevenir, el trabajar para que esto no ocurra en los próximos años.
Nosotros estamos con un problema no solamente de violencia a la mujer, sino de violencia en general. Y eso comienza desde el colegio. Porque si tenemos en el colegio que cada día hay más casos de bullying y tenemos además en los colegios violencia por parte del mismo personal que trabaja ahí; imagínate, la normalización viene desde que son pequeñitos. Desde niños están siendo testigos de la violencia de un profesor hacia su alumno, o siendo víctimas del mismo. ¿Qué es lo que sucede con un niño que es víctima de violencia o es testigo de violencia, que es otra forma de violencia? Se va a identificar con el agresor o se va a identificar con la víctima.
Entonces, desde la educación, desde el colegio, tenemos que empezar a tomar acciones concretas, cursos que tengan que ver con inteligencia emocional, que tengan que ver con valores. O sea, esa parte es importantísima para que los niños aprendan a tener relaciones saludables como parte de un estilo de vida.
Además del colegio, la familia es un espacio fundamental en ese aprendizaje...
Claro, también en paralelo, considero importante el trabajo con las familias. Tenemos que involucrar a las familias, a la comunidad en general. Ese es un trabajo sistémico. No solamente se trata de encarcelar al agresor, sino tenemos que hacer un trabajo mucho más de prevención que involucre además toda la ruta de la violencia, desde dónde comienza y lamentablemente cómo termina para poder disminuirla y erradicarla.
Yo creo que el tema no queda solamente en acompañarla a denunciar y acompañarla, digamos, hasta que ya la otra persona no sea un peligro, sino seguir acompañándolas hasta que logren realmente un cambio en su estilo de vida. Porque lamentablemente a veces el agresor cambia de rostro.
La sanación es un proceso clave en la recuperación de una mujer que ha sido víctima de agresión ¿Cómo se da este proceso?
Lamentablemente en las estadísticas vemos que las mujeres que son víctimas de agresión tienen un problema muy severo de autoestima. En muchos casos el daño psicológico hace que estas personas desarrollen una dependencia emocional y estas mujeres necesiten de un proceso terapéutico de acompañamiento ¿Para qué? No solamente para sanar el estrés postraumático que puede haber sido parte de la consecuencia de la violencia que han vivido durante mucho tiempo o el cuadro depresivo que puedan presentar, sino además para que ellas puedan trabajar sobre lo que es la elección de pareja.
Estas víctimas también han normalizado probablemente, no lo digo en todos, pero en muchos casos las agresiones. Si desde niñas se acostumbraron a ver cómo el padre golpeaba a la madre o el padre golpeaba a todos, es muy probable que se repita la pauta. Entonces con ellas hay que trabajar lo que son los modelos para una relación saludable. En ese sentido es importante la parte psicoeducativa.
Yo creo que el tema no queda solamente en acompañarla a denunciar y acompañarla, digamos, hasta que ya la otra persona no sea un peligro, sino seguir acompañándolas hasta que logren realmente un cambio en su estilo de vida. Porque lamentablemente a veces el agresor cambia de rostro.
La frase de que “el agresor cambia de rostro” puede interpretarse se distintas formas. Por ejemplo cuando los operadores de justicia revictimizan a las mujeres agredidas
A veces estamos muy preocupados por el tema de las competencias duras, de los grados, de los títulos, de las especializaciones, y no nos estamos preocupando de cómo están las competencias blandas, justamente que tienen que ver con la empatía, con la solidaridad, con la sensibilidad. Y para eso yo creo que sí es importante capacitar a estas personas (operadores de justicia), porque a veces lo que pasa es que las personas no saben cómo reaccionar, no saben qué hacer, y a veces en ese afán de neutralidad lo que generan es más bien una sensación de poca empatía con la víctima de violencia cuando más lo necesitan.
Nadie más
El Grupo El Comercio inició la campaña “No más violencia” para visibilizar los abusos en contra de mujeres y menores a lo largo del país, a fin de reducir su incidencia y evitar que queden impunes.
Información de servicio
Si eres mujer o formas parte de un grupo familiar y te encuentras en situación de violencia, puedes visitar los Centros de Atención Institucional, los Servicio de Atención Urgente o los Centros Emergencia Mujer del MIMP.
Estos son servicios públicos especializados y gratuitos, de atención integral y multidisciplinaria, para víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar y personas afectadas por violencia sexual. Permite acceder a asesoría legal, contención emocional y apoyo social a nivel nacional.
En todo el Perú, los 245 CEM regulares y un CEM en centro de salud (Santa Julia, Piura) atienden de lunes a viernes de 8:00 a. m. a 4:15 p. m., y los 185 CEM en comisarías, las 24 horas del día, los 365 días del año.
Si deseas más información puedes llamar a la central telefónica (01) 4197260.
Además, puedes comunicarte con el chat 100, que es confidencial y se encuentra disponible las 24 horas.
Salud Mental
Si estás en Perú y necesitas orientación y consejería salud mental, para ti o alguna persona de tu entorno, busca ayuda profesional.
- Para mayor orientación en temas de salud mental puede llamar a la Línea gratuita 113, opción 5. El servicio funciona los 7 días de la semana y las 24 horas del día.
- También puede acercarse a cualquiera de los 272 Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) a nivel nacional. Estos cuentan con personal especializado en adultos, niñas, niños y adolescentes. Equipos de diferentes disciplinas, de psiquiatría, psicología, servicios sociales, enfermería, así como terapeutas de lenguaje, terapeutas profesionales están a tu disposición. Puedes conocer los CSMC más cercanos a su domicilio ingresando aquí.