'Gobernanza y liderazgo', por Jeffrey Radzinsky

E n octubre del 2012 se creó la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad (ONDS). El pomposo nombre pretendía enmarcar a un órgano técnico que dirija y coordine el proceso de diálogo entre autoridades, empresas y comunidades con la finalidad de prevenir y gestionar conflictos sociales. Evidentemente, la ONDS no logró cumplir sus objetivos.

Las violentas protestas vinculadas principalmente con actividades extractivas de minería e hidrocarburos llevan años afectando a los peruanos y toman protagonismo mediático con casos emblemáticos como Tía María, Conga, Pichanaki o Las Bambas, a pesar de tratarse de una situación general y permanente que nos confronta con la forma de relacionarnos como sociedad y Estado.

Me reafirmo en señalar que es un error de enfoque no tratar los conflictos sociales como problemas institucionales (valores, normas y predictibilidad) y políticos (administración del poder), y en la falta de liderazgo que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) ha tenido, con un manejo ineficaz, centralista y reactivo.

Para no seguir incurriendo en los mismos errores, requerimos soluciones distintas, sin olvidar que la formulación de un problema puede ser tan importante como su solución, por lo que considero un acierto la reforma en la PCM para la creación del Viceministerio de Gobernanza Territorial.

Tenemos la oportunidad de gestionar mucho mejor. Establecer la prevención de conflictos como una prioridad, fijando objetivos concretos y medibles, abrazados por una estrategia política sostenida por un equipo que incorpore un nuevo esquema de trabajo junto a gobernadores y alcaldes, procurando dejar de lado la limitada óptica del “exterior” limeño. 

Lo que resulta incierto es cómo la PCM, a través de su nuevo viceministerio, tendrá el liderazgo político y operativo frente a las oficinas de gestión social de sectores del propio Ejecutivo, como Minería, Energía, Transportes, Ambiente, Agricultura, Vivienda y Saneamiento, y Pesquería, protagonistas de la conflictividad y que en muchos casos cuentan con equipos que por años no han trabajado con la PCM.   

Por otro lado, el viceministerio tiene a su cargo la demarcación territorial –otra fuente de conflictos–, asunto postergado en un país de equivalencias sin sentido entre departamentos y regiones, 196 provincias y 1.875 distritos, que en muchos casos son producto de demagogia transformada en legislación, ocasionando disputas que van desde las apurimeñas provincias de Cotabambas y Grau, pasando por los distritos de Pangoa y Mazamari en Junín, hasta el límite entre los capitalinos San Isidro y Magdalena del Mar.

El respaldo ciudadano se recupera con confianza, y en la ardua tarea de construirla o fortalecerla, replantear prioridades de gestión resulta clave.